Aprovechando el inminente estreno de Dunkerque, la nueva película de Cristopher Nolan, os traemos una selección de las mejores películas jamás rodadas sobre la II Guerra Mundial (1939 – 1945), una etapa histórica que influenció notoriamente al Séptimo Arte y propició la creación de auténticas masterpieces.
El Gran Dictador (1940) – Charles Chaplin
No podíamos comenzar este listado sin hacer alusión a la inmortal El Gran Dictador, una de las mejores obras de Charles Chaplin -y de toda la historia del cine- en la que nos enseñó que el mejor comediante también podía realizar el mejor de los dramas, capitaneado por un discurso final que se ha quedado grabado en la retina de quien ha disfrutado del filme.
Ser o no ser (1942) – Ernst Lubitsch
Una de las películas más aclamadas de los Estados Unidos durante el transcurso de la II Guerra Mundial, en la que Hollywood se dedicó mayoritariamente a lanzar productos propagandísticos y de parodia anti-nazi. Todo esto tuvo como objetivo desmitificar al bando eje y ofrecer narrativas acordes a los tiempos vivientes.
En Varsovia, durante la ocupación alemana, el profesor Siletsky -un espía al servicio de la Gestapo- está a punto de entregar una lista con el nombre de los colaboradores de la Resistencia. Joseph Tura, actor polaco, intérprete de Hamlet y esposo de María Tura, también actriz, intentará evitarlo haciéndose pasar por el cruel coronel Erhardt y Siletsky, con el objetivo de entrar en el cuartel de las SS.
Casablanca (1942) – Michael Curtiz
Una de las grandes Obras Maestras absolutas. Una de entre tantas y tantas se hacían en la época. Una película legendaria, irrepetible. Casablanca es el éxito, la sorpresa y el legado de Michael Curtiz, un cineasta de entre tantos en la época que ante la enorme masificación de títulos y la sobreexplotación a la que se veían engendró una obra cumbre, protagonizada por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman.
A consecuencia de la II Guerra Mundial, Casablanca era una ciudad a la que llegaban huyendo del nazismo gente de todas partes. Llegar era fácil, pero salir imposible, especialmente si el nombre del fugitivo figuraba en las listas de la Gestapo, que presionaba a las autoridades francesas capitaneadas por el corrupto inspector Renault.
Esta tierra es mía (1943) – Jean Renoir
Dirigida por Jean Renoir -autor de algunos títulos como La Golfa (1931), Boudu salvado de las aguas (1932), Toni (1935), Una Partida de Campo (1936), La Gran Ilusión (1937) o La Regla del Juego (1939)-, Esta Tierra es Mía narra la vida de Arthur, un profesor francés tímido y muy cobarde, que recupera el honor y la dignidad al pronunciar un efusivo discurso sobre la libertad durante el juicio al que se sometió por un crimen no cometido.
Los Verdugos también mueren (1943) – Fritz Lang
Dirigida por Fritz Lang, uno de los mejores directores de la historia del celuloide -con cintas como Las tres luces (1921), El doctor Mabuse (1922), Los Nibelungos (1924), Metrópolis (1927) o M, El Vampiro de Düsseldorf (1931)- llega Los Verdugos también mueren, cinta que narra el atentado ocurrido el 27 de mayo de 1942 contra Reinhard Heydrich, jefe del gobierno nazi de Praga. El doctor Franz Svoboda, miembro de La Resistencia y autor material del atentado, se esconde en casa del profesor Novotny.
Aprovechando su sabiduría narrativa y todo lo ejercido con anterioridad en el expresionismo alemán, Lang nos regaló una auténtica lección de cine en la que predominaban la composición, las luces y las sombras, la puesta en escena y el montaje, entre otros. Una de las grandes obras de un cineasta único.
Tener y no tener (1944) – Howard Hawks
Obra Maestra en la que intervino gran parte del mayor talento de Warner de la época: Howard Hawks a la dirección, Franz Waxman como compositor, Sid Hickox a la dirección de fotografía y el dúo de guionistas Jules Furthman y William Faulkner adaptando una obra de Ernest Hemingway. Además, el elenco estaba protagonizado por Humphrey Bogart (de nuevo, tras co-protagonizar Casablanca) y Walter Brennan.
Esta cinta narra la vida de los marineros Harry Morgan y Eddie cuando están en la isla de Martinica, esperando a que algún barco acceda a contratarlos. Al final, se verán obligados a trabajar para la Resistencia.
Roma, Ciudad Abierta (1945) – Roberto Rossellini
Junto con Ladrón de Bicicletas, Roma, Ciudad Abierta es una de las obras cumbre del neorrealismo italiano, una vertiente cinematográfica desarrollada mayoritariamente durante la década de los 40 y 50 que propone un cine comprometido con la dura realidad tras el ocaso de la II Guerra Mundial.
Dirigida por Roberto Rossellini, esta película nos narra una Roma ocupada por los nazis, en la que la temible Gestapo busca arrestar al ingeniero Manfredi, un comunista que es el líder del Comité Nacional de Liberación. Un filme duro, cruel y terriblemente real, que contaba los horrores de la guerra tras el término de esta.
A su visionado podrían unirse otros como la ya citada Ladrón de Bicicletas (1948), Las Noches de Cabiria (1957), Rocco y sus hermanos (1960), La Strada (1954), Umberto D. (1952) o Alemania, año cero (1948).
Los Mejores Años de Nuestra Vida (1946) – William Wyler
Película que aborda el regreso de los soldados estadounidenses tras el fin de la II Guerra Mundial, algunos con grandes heridas físicas. Al principio son recibidos como héroes, pero poco tiempo después comienzan a verse marginados por la sociedad de la época.
El propio Billy Wilder, en una serie de conversaciones con Cameron Crowe, la catalogó como «la mejor película dirigida que he visto nunca».
Juegos Prohibidos (1952) – René Clèment
Dirigida por René Clèment y ambientada en junio de 1940, esta cinta francesa aboga por centrarse en el drama del pueblo y dejar de lado el conflicto bélico.
La cinta nos narra la vida de la pequeña Paulette y sus padres, cuando se dirigen junto con centenares de franceses en un éxodo hacia el sur de Francia. Los aviones nazis sobrevuelan el camino y bombardean sin piedad, lo que propicia la muerte de los padres de Paulette y su perro durante el ataque. Alguien decide arrojar el cadáver del animal hacia el río, pero la niña, incapaz de separarse de él, decide seguirlo hasta propiciar su encuentro con Michel, un chico de once años, que la lleva a la granja donde es muy bien acogida por sus padres.
Traidor en el infierno (1953) – Billy Wilder
Como no podía ser de otra manera, el maestro Billy Wilder debía aparecer en esta lista. En este caso con Traidor en el inferno, un drama carcelario que narra la vida de un grupo de 600 sargentos americanos apresados en un campo de prisioneros alemán. En Nochebuena, dos de ellos se disponen a fugarse, pero son descubiertos y ejecutados por la milicia nazi, que estaba al acecho. Los prisioneros comienzan a sospechar que en el barracón hay un traidor que informa a los nazis: el sargento Sefton, un hombre que vive bien a base de canjear provisiones con los soldados alemanes.
Un condenado a muerte se ha escapado (1956) – Robert Bresson
Al igual que otros auténticos genios del mundo del celuloide, el francés Robert Bresson también decidió abarcar ese momento histórico en Un condenado a muerte se ha escapado, uno de sus filmes más valorados.
Basada también en el mundo carcelario, la película nos pone en la piel de Fontaine, un joven de 27 años miembro de la Resistencia Francesa que, luchando contra la ocupación nazi en 1943, es atrapado por la temible Gestapo para ser interrogado. Fontaine sospecha que va a ser ejecutado y planea su huida.
Cuando pasan las cigüeñas (1957) – Mikhail Kalatozov
Desde la gran Unión Soviética, Mikhail Kalatozov estrenó Cuando pasan las cigüeñas, una película romántica tras el comienzo de la II Guerra Mundial.
Verónica y Boris son dos enamorados moscovitas que se ven obligados a separarse tras el estallido de la II Guerra Mundial, siendo Boris reclutado para luchar en el frente.
El puente sobre el Río Kwai (1957) – David Lean
Cinco años antes de estrenar su gran obra maestra, Lawrence de Arabia (1962), David Lean apostó por rodar un filme de tintes bélicos, ambientado en la segunda de las Grandes Guerras: El Puente sobre el Río Kwai (1957).
Durante la II Guerra Mundial, un grupo de prisioneros británicos son obligados por los japoneses a construir un puente. Los oficiales, presididos por su coronel, se opondrán a toda orden que viole la Convención de Ginebra sobre los derechos y las condiciones de vida que deberían de tener los prisioneros de guerra.
Tiempo de amar, tiempo de morir (1958) – Douglas Sirk
Antes de ser olvidado al ostracismo como director tras Imitación a la vida (1959), Douglas Sirk tuvo tiempo de empacar una gran película como Tiempo de amar, tiempo de morir.
Durante la II Guerra Mundial, un soldado alemán que combate en el frente ruso obtiene un permiso para regresar a Alemania. Tras contemplar que su casa ha sido bombardeada, emprende la búsqueda de sus padres desaparecidos, al mismo tiempo que se enamora de la hija de un preso político.
El general de la Rovere (1959) – Roberto Rossellini
El director de Alemania, año cero (1948) y Roma, Ciudad Abierta (1945), Roberto Rosellini, volvería a la carga con una gran película sobre la II Guerra Mundial en El General de la Rovere (1959), basada en la obra del escritor Indro Montanelli.
En 1943, los aliados ya han desembarcado en el sur de Italia, aunque el norte todavía permanece bajo dominio nazi. En la Génova de ese mismo año, Bertone, un estafador con grandes dotes teatrales, es arrestado por el ejército nazi y obligado a hacerse pasar por el general della Rovere, un militar antifascista. Su misión será identificar a los jefes de la Resistencia, aunque acaba por tomarse su papel demasiado en serio.
La balada del soldado (1959) – Grigori Chukhrai
Volvemos a la Unión Soviética para traeros La balada del soldado (1959), un largometraje dirigido por Grigori Chukhrai que narra la vida del joven Alyosha, un soldado de apenas 19 años que gana una medalla como recompensa por su heroísmo en el frente de batalla. En lugar de la condecoración, Alyosha pide unos días de permiso para poder visitar a su madre, enamorándose de una chica en el tren de camino a casa.
Nobi (Fuego en la llanura) (1959) – Kon Ichikawa
Igual que se ha tratado el bando aliado, desde el frente militar hasta la vida romántica, llega el turno de centrarse en el otro bando, gran olvidado del cine. Sin embargo, os traemos un par de propuestas interesantes.
Nobi (Fuego en la llanura), dirigida por Kon Ichikawa, es un duro relato antibélico que narra la desesperada situación del ejército japonés en Filipinas, durante 1945, abocado a la derrota.
El Puente (1959) – Bernhard Wicki
Terminamos esta recopilación con El Puente (1959), dirigida por el alemán Bernhard Wicki y centrada en el ocaso del banzo nazi antes del término de la II Guerra Mundial.
Alemania, 1945. El conflicto se puede dar por concluido. El país ha sido invadido por las tropas aliadas y ya no quedan soldados adultos que puedan defender las posiciones, tan solo adolescentes. En una pequeña ciudad, un grupo de jóvenes ha recibido la orden de proteger un pequeño puente. Enardecido por la ideología nazi de «sangre y honor», los chicos se disponen a cumplir su misión y las órdenes recibidas.
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