Pues se nos ha venido el día más duro del Festival de Sitges hasta ahora (básicamente por eso y que esto no descansa y ya estamos con las películas del día siguiente ha salido a esta hora la crónica), la falta de sueño, el cansancio acumulado, y las horas a las que hemos empezado y terminados las sesiones nos han dejado para el arrastre. Al menos, ha sido de los mejores días a nivel de visionados, dos de mis favoritas de lo que llevo de festival a las que se le suman otras dos muy interesantes de ver también: Última noche en el Soho, After Blue (Paradis Sale), La abuela y Freaks Out.
Comenzamos, de nuevo, en la sesión matinal del Festival de Sitges con la nueva obra del conocido Edgar Wright (Baby Driver, Scott Pilgrim contra el mundo o Zombies Party), y este señor no decepciona. Last Night in Soho homenajea a los 60 y a su cine de terror, Wright mantiene su esencia pero le da una vuelta de tuerca hacia el thriller psicológico donde maneja el ritmo y la tensión como un experto, escalando poco a poco, filtrando su estética y acercándola al giallo con contrastados tonos rojos. Todo esto por supuesto acompañado de su brillante elección y montaje sonoro y un reparto de lujo, con aunténticas estrellas ya veteranas (Terence Stamp, Diana Rigg) y otras que apuntan a la cima (Anya Taylor-Joy, Thomasin McKenzie). La obra tampoco está exenta de un marcado comentario feminista, cayendo el peso del subtexto en las dos protagonistas.
Del trepidante Wright nos vamos al siempre controvertido Bertrand Mandico (The Wild Boys). Esta vez nos llega con After Blue (Paradis Sale), película sci-fi que dudo deje indiferente a nadie, posiblemente la sesión que he visto donde más gente se ha salido. Esta vez nos lleva a un futuro lejano en un nuevo planeta donde los hombre se han extinguido para siempre, con una carga visual cargada de colores contrastados y brillantes, recordando mucho a videoclips super sobrecarcagos, y llena de erotismo y fluidos nos transporta a través de un viaje madre/hija en clave western en busca de una criminal que atenta contra la sociedad matriarcal donde se encuentran nuestras protagonistas. Un nuevo alegato a la diversidad, y principalmente a la feminidad, por parte de Mandinco, cargado de referencias y aderezado con un humor paródico que encaja muy bien. Seguramente esta aventura sea más accesible qeu su anterior película, pero se queda en algo menos redondo.
De la ciencia ficción más subversiva pasamos a un ejercicio de género de terror completísimo. La abuela de Paco Plaza y guion de Carlos Vermut es un estudio del miedo a la vejez y al cuidado de nuestros ancianos de sobresaliente. Paco Plaza juega con el terror y el drama mejor que nunca, dejando su obra más redonda y sumando a la escritura de Vermut una puesta en escena que trabaja siempre en pos del relato, cada escena es una baldosa más en el camino que nos quieren mostrar estos dos talentos. Una de las colaboraciones más potentes en años.
Tras la proyección de La abuela hubo tiempo para una ronda de preguntas con los propios Paco y Carlos, una charla muy interesante donde se contaron anécdotas como lo duro que fue el rodaje en plena época de pandemia y teníendo a una mujer de unos 85 años con uno de los papeles principales (la buena de Vera Valdez que encaja a la perfección en esta historia). Las circunstancias les llevaron también a cambiar partes de guion, ya que por la pandemia se les hacía imposible rodar escenas ya escritas (tenían pensada una en una residencia pero en la cual era imposible conseguir a figurantes ancianos por las circunstancias). Se posiciona posiblemente como mi película favorita del festival y acompañarlo con una charla con estos dos grandes siempre es un plus.
Cerramos el día con la italiana Freaks Out de Gabriele Mainetti (Le llamaban Jeeg Robot). El romano llega con su segundo largometraje, repitiendo con el cine superheroico pero esta vez bebiendo más si cabe del cine de aventuras. Nos vuelve a traer aire fresco adaptando el cine mainstream, en esta ocasión de los 70s – 80s, al bajo presupuesto que en el que se mueven la mayoría de obras europeas. Sigue dejando claro sus referentes, cintas como Indiana Jones o Mago de Oz por ejemplo son claras influencias, también vuelve a beber mucho del mundo del cómic, ya dejandolo claro desde su estética. No era el mejor horario para ver una película, y además viene con una duración de más de 2 horas, pero Mainetti sabe darle un ritmo brutal y esta especie de 4 Fántasticos italianos contra el nazismo se hace super amena. Siendo menos profunda y más infantil que su anterior obra, vuelve a cargar con un mensaje de diversidad e identidad, esta vez más evidente, pero apostando por un entretenimiento mayor.