AÑO: 2017 | TÍTULO ORIGINAL: Baby Driver | DIRECCIÓN: Edgar Wright | PRODUCCIÓN: Big Talk Productions, Media Rights Capital, TriStar Productions, Working Title Films | GUIÓN: Edgar Wright | FOTOGRAFÍA: Bill Pope | MÚSICA: Steven Price | REPARTO: Ansel Elgort, Lily James, Jamie Foxx, Jon Hamm, Kevin Spacey, Eiza González, Jon Bernthal, Ben VanderMey, Thurman Sewell, Allison King, Lance Palmer, Keith Hudson, Patrick R. Walker, Hudson Meek, Troy Faruk | GÉNERO: Acción. Comedia | DURACIÓN: 115 minutos.
De la mano de Edgar Wright, autor de cintas como la fabulosa Zombies Party (2004), Arma fatal (2007) o Scott Pilgrim contra el mundo (2010), nos llega Baby Driver, una divertidísima película de entretenimiento que combina hábilmente la acción con tintes de comedia, hilados mediante un montaje sensacional al ritmo de un soundtrack trepidante y cautivador.
Baby, un joven y talentoso conductor especializado en fugas, depende del ritmo de su banda sonora para ser el mejor en su trabajo. cuando conoce a la chica de sus sueños, Baby ve la oportunidad perfecta para escapar de su vida criminal y realizar una huida impecable. Pero un inesperado golpe final encargado por su ex-jefe lo obligará a dar la cara y pondrá en juego su vida, amor y libertad.
Lo primero que llama la atención de Baby Driver son tres cosas: la música, el montaje y su protagonista. Comenzando con la primera de ellas, la cuidada elección de su soundtrack servirá como base sobre la que se sostenga la trama y le aporte un fondo encantador que definirá cada escena. Es curioso cómo aquí, a diferencia del resto de largometrajes, sea la propia música la que ambiente cada secuencia y no la propia fotografía, realizando un destacable giro de tuerca en este aspecto. Evidentemente la dirección tiene mucho peso, cómo no, pero conviene comenzar señalando esto. Volviendo al tema en ciernes, Wright ha dotado a su particular lista de reproducción de auténticos temazos como Bellbotoms de The Jon Spencer Blues Explosion, Harlem Shuffle de Earl y Bob -que además tiene comienzo con un irreconocible sonido de la mítica Jump Around de House Of Pain-, Smokey Joe´s La La de Googie Rene o la propia Baby Driver de Simon & Garfunkel, entre muchas otras, lo que le aporta una auténtica diversidad de géneros musicales y estilos. Edgar Wright siempre ha sido un auténtico amante de la música -¿Recordáis la mítica escena de Zombies Party, su Ópera Prima, al son de Don´t Stop Me Now? Por cierto, (y esto lo digo en letra pequeña) Queen también hará acto de presencia- y ha llevado ese gran gusto a su filmografía alcanzando el cénit en esta Baby Driver que bien podría ser considerada como un auténtico musical.
Ahora, centrándonos en la segunda cosa que llama la atención, el montaje, solo ha de decirse que es una auténtica maravilla, de nuevo supeditado en la cuidadísima dirección. Esto es así y no creo que nadie entre en debate por ello. Desde el principio este cocktail de música + montaje nos dejará perplejos ante la pantalla y tomará como apertura una persecución policial que podría entrar perfectamente como una de las mejores jamás rodada en la Historia del 7º Arte, y no es para menos pues los humildes ojos de este redactor no han tenido placer de ver una combinación de frenetismo, música y montaje tan milimétrica y estudiada. Todo un triunfo que nos embaucará desde los primeros minutos.
Por último, en todo buen cocktail debe haber un elemento sorpresa (pero a la vez fundamental) que nos haga diferenciar entre algo bueno y, por lo menos, algo no tan bueno; y eso es el protagonista: Baby. Ya desde su primer plano despierta cierto interés en el espectador, pues sus gafas y sus inseparables Ipods -ni Dios sabe la de dinero que habrán soltado a los amigos de Apple- nos harán preguntarnos el por qué de ello. Normalmente no se suele dar una explicación lógica para algo así, desgraciadamente, pero la mano como guionista de Wright han querido que todo tenga un porqué en esta historia y, afortunadamente, tendremos la explicación razonable. En otros filmes hubiera castigado esto, pues como defensor a ultranza que soy de que el cine debe explicar «lo justo» creo que ese halo de misterio hubiera creado un personaje más atrayente, pero ante la propuesta en ciernes considero que darle un trasfondo es un acierto.
Para finalizar, quisiera hacer hincapié en las actuaciones y el guion, quizás el plato menos edulcorado de una bomba de azúcar como es este cocktail. Pero ojo, que presenta aspectos interesantes. Por un lado: Jamie Foxx, al que parece que ningún papel le queda pequeño en pantalla, y es que Django se lleva la mayoría de gags divertidos del metraje al son de poseer un personaje que despertará simpatía y cierto odio -si es que esa palabra tiene cabida dentro de la obra en ciernes-. Wright nos ha demostrado que además de tener un buen oído musical posee un gran sentido del humor, y Baby Driver nos sacará una carcajada en más de una ocasión. Sin embargo, es la trama lo que posee el peso más liviano del filme, pues contiene ciertos topicazos del género (amor juvenil, deseo de huir de la vida que lo oprime, malos malísimos sin pizca de humanidad…) sumados a una estructura que no pretende ser ninguna revolución, pues todo lo contrario. No obstante, sí que posee ciertos aspectos interesantes que la hacen ser superior a la media del cine comercial y convierten este particular entretenimiento en un sí sin la coletilla del pero no.
En definitiva, Baby Driver es toda una bomba de entretenimiento que combina audazmente música + montaje + personajes para brindarnos casi dos horas frenéticas y divertidas. Todo un triunfo si no se busca nada más y cierta alegría por ver cómo el cine comercial y Hollywood todavía tienen esa capacidad de sorpresa que tan defenestrada había estado en los últimos años. Recomendable.