La BBC, Tom Hardy y Steven Knight finiquitan esta Primera Temporada de Taboo cerrando flecos sueltos y dejando en el aire otros tantos. ¿Han merecido la pena estas 8 horas?
Taboo 1×01 ‘Shovels and Keys’: El fantasma ha llegado
Taboo 1×02 ‘Episodio 2’: 215 libras y 17 chelines
Taboo 1×03 ‘Episodio 3’: El juego de James Delaney
Taboo 1×04 ‘Episodio 4’: A 3 bandas
Taboo 1×05 ‘Episodio 5’: Un asunto explosivo
Taboo 1×06 ‘Episodio 6’: La guerra ha comenzado
Taboo 1×07 ‘Episodio 7’: Doble acusación
Taboo 1×08 ‘Episodio 8’: El puzzle al 50%
Lo primero que me viene a la mente tras visionar las 8 horas de la Primera Temporada de Taboo es si han merecido la pena o todo lo visto es un producto de gran simpleza dotado de una capa de complejidad que se destruye paso a paso con sus propios actos. Lo cierto es que la ficción tiene grandes aciertos, como su innegable factura técnica o la interpretación de Tom Hardy como James Delaney, pero su más que discutible montaje (sí, montaje) y narración en determinados momentos me hacen situarme en una encrucijada constante de si he contemplado un buen producto. ¿Habrá cumplido las expectativas? Diseccionemos su último episodio.
Atención: Esta entrada contiene spoilers de la serie
Al contrario que lo visto con anterioridad, el Episodio 8 de Taboo nos sumerge íntegramente dentro de su trama de Nootka, olvidando mayoritariamente la cuestión familiar y centrándola básicamente en el suicidio de Zilpha y los motivos por los cuáles ha podido cometer el acto. Realmente considero que no ha sido una reacción bien ejecutada, pues si bien se hace notorio el motivo por el que se suicida (su vida, simplemente, se ha desmoronado por culpa de James) no se ha hecho palpable ese descenso a los abismos hasta llegar al suicidio propiamente dicho, por lo que no es una acción que provoque gran impacto -sumada además a la sorprendente poca participación que ha tenido la actriz durante la serie-.
Partiendo de este prólogo, Episodio 8 nos introduce justo después del gran cliffhanger que nos dejó la entrega anterior, con James Delaney y Stuart Strange hablando sobre cuál será su plan para salir ambos airosos de la situación. El resultado será la petición de James a Strange de un barco para zarpar a cambio de no declararlo culpable del hundimiento del Influence, cosa que el segundo aceptará además de dejar palpable el hecho de que ambos no han sido tan enemigos como nos han venido demostrando en el resto de episodios, pues Strange no ha sido más que una pieza del puzzle inacabado de James.
En una Londres Pre-Victoriana como la mostrada en la ficción, la traición está a la orden del día. Desde Taboo nos lo han avisado, e incluso mostrado, en un gran número de veces que toda persona tiene muchos amos, y de hecho esta afirmación cobra relevancia tras el destape de los auténticos propósitos del médico estadounidense, siendo un mero brazo ejecutor de la Compañía de las Indias Orientales y último recurso de Stuart Strange. Afortunadamente a James no le temblará el pulso con él y le dibujará una bonita bandera en su cuerpo.
Y básicamente el resto del capítulo se centra en la terminación del enrevesado plan del protagonista y del cómo los personajes no son más que meras piezas de un tablero que ha resultado ser mucho más simple de lo que nos parecía al principio, pues James ha jugado con todos y contra todos al son de su batuta. Podría entrar al detalles al respecto, pero las acciones son tan previsibles y tan simples que son meramente un camino de rosas rumbo a la batalla final -con muertes de personajes secundarios, que poco o nada han aportado a los acontecimientos, y pocas sorpresas-, en la que se enfrentarán los hombres de James contra los soldados británicos tras la orden expresa del príncipe de acabar de una vez con James -sin importar que su muerte le entregue Nootka a los americanos-. La gran relevancia de este tramo es el lamento de James tras conocer la pérdida de su única pieza que no podía controlar: su hermanastra, casualmente la que más quería y la única a la que no había podido terminar de embaucar en su juego -a pesar de que haya hecho lo que ha querido con ella-.
Finalmente, la serie termina con una batalla final rodada sin grandes alardes y espectáculo visual, pero que destaca por su fotografía una vez más. Al menos se agradecen la presencia de muertes y daños no esperados en los personajes, lo que le da ese punto de tensión y tragedia al enfrentamiento. A esto le sigue, como no podía ser de otra forma, la muerte de Stuart Strange en su despacho mientras es superado una vez más por James y la marcha del mismo y compañía rumbo al otro lado del océano -sin su mayordomo, evidentemente-, donde terminará de completar la otra parte de su puzzle y verá desde lo lejos los ecos que ha provocado su presencia en Londres -se intuye que el hundimiento del Influence tomará mayor relevancia-. ¿Es James americano o jugará con ambos bandos según sus intereses?
Atrás quedan ocho horas de luces y sombras. Por un lado, la gran factura técnica e interpretativa de la ficción han sido uno de los platos fuertes de la misma, regalándonos en cada entrega preciosas estampas de una Londres recreada con mimo, elegancia y toques de hiperrealismo aderezados con tonos grises que le han sentado la mar de bien; por otro lado, el guion se ha visto lastrado por una sensación constante de desconexión y pérdida de interés. Ojo, no digo que sea un mal guion, ni mucho menos -de hecho remonta a partir del Episodio 6-, pero la sensación de, como he dicho, desconexión y falta de profundidad ha sido un pecado constante durante toda la trama -algo curioso cuando los propios tintes paranormales pretendían justo lo contrario-, lo cual choca con su gran construcción y relación entre los personajes. Esto nos lleva a analizarlos, y si bien James Delaney ha gozado de una buena creación y desarrollo -con dudas semi resueltas al final como su comunicación con los muertos-, el resto no han sido más que meras marionetas que ni han supuesto un gran impedimento para el protagonista ni han tenido una progresión y evaluación -a excepción de Zilpha, esto ha sido completamente inexistente- durante las ocho horas. O eres amigo de James, o estás en contra de él. Simple.
Esperemos que hayáis disfrutado estas 8 reviews de la serie y, sobre todo, que no dudáis en compartir con nosotros todas vuestras inquietudes, teorías y opiniones de la serie. A la espera quedamos de una Segunda Temporada que cierre los acontecimientos y nos enseñe ese Mundo de la madre que tantos misterios esconde y tan diferente es al mundo visionado.