Acabado el segundo episodio de la primera temporada de The Punisher. El sabor con el que llego a los créditos finales es lo que suele decirse agridulce. Tengo ganas que la serie arranque en su trama pero me parece que no lo está consiguiendo. Vemos a un Frank Castle que quiere seguir con su identidad oculta, mirando con cautela cualquier paso que da. Solo alguno de sus antiguos compañeros saben que sigue vivo.
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Esto va a cambiar con la llegada de David Lieberman, alias Micro (Ebon Moss-Bachrach). Este descubre que Castle está vivo y se pone en contacto con él para saber algo que sucedió hace muchos años en una misión militar en la que participaba Castle.
Aquí podríamos pensar que la acción va a empezar a tener cierto ritmo. Pero el desarrollo de cómo Frank Castle va a llegar hasta ‘Micro’ es algo vulgar y mal planteado. La única parte interesante es la aparición de Karen en escena. Recordemos que el personaje de Karen lo conocimos en la serie de Daredevil. Karen (Deborah Ann Woll) era secretaria en el bufete de abogados de Murdock y Nelson. Hacia el final de la serie, Karen empieza a trabajar como periodista.
Esta conexión es interesante ya que forma parte del juego que Netflix nos trae con ese mundo interconectado en Hell’s Kitchen. Pero una vez más el encuentro entre ambos es algo vulgar -palabra que me temo que va a empezar a definir la serie- y tras un breve encuentro, Karen va a ‘descubrir’ que en el periódico existe un dossier sobre Lieberman. Evidentemente le pasará ese dossier a Castle de manera que este pueda localizar rápidamente a ‘Micro’.
A través de un recurso del que se abusa a falta de mejores ideas, los flashbacks, se nos presentan en medio de los sueños de Castle. En ellos vemos momentos en los que alguien aparece en su anterior casa y mata a su familia. En contraposición tenemos la familia de ‘Micro’. Cuando Castle llega a la casa de los Lieberman se encuentra a una familia que le debe recordar a la suya y antepone la parte humana y su interpretación de la justicia y decide no interferir en ellos y buscar otro medio para llegar hasta David Lieberman.
En el resto del episodio se nos quieren plantear otras subtramas, pero estas siguen con el planteamiento de toda la serie de llevarnos hacia un cauce de tramas políticas. Para ello la serie va a tomarse alguna licencia respecto a la historia inicial de The Punisher en los cómics y parece querer cambiarnos la intervención de La Mafia por la presencia de un entramado Político-Militar. Ya veremos por donde nos lleva y si consigue repuntar una serie que en el segundo episodio puede hacer que muchos abandonemos el camino.
Ante todo esto es interesante destacar la interpretación de Jon Bernthal en el papel de The Punisher. En una serie de acción en la que tenemos escasez de acción, una serie con unos diálogos muy poco interesantes, una serie que no arriesga en su planteamiento visual, la interpretación de Bernthal es, de momento, lo único que parece sustentar la temporada.