La originalidad en el cine. ¿Qué ocurre con la industria?

la originalidad en el cine

Si estás leyendo este artículo eres de los nuestros. Seguramente prefieras pasar tu tiempo de descanso sumergido en una serie o película. Pero, ¿cuántas de estas son originales? No me refiero a la originalidad de una obra por su exclusividad; ser el primero en plasmar una idea no la hace precisamente original. La creatividad del creador entra en juego, su manera de entrar en tus ojos hasta estremecer tus pensamientos. Sentirte conectado con los personajes o tener un viaje hacia ese mundo fantástico. La forma de conectar con el espectador es fundamental para contar una historia. Es por esto, que el medio es un elemento principal para ello. Desde los libros hasta los videojuegos, todas estas, formas válidas para hacernos entrar en los sueños de otros. Las virtudes de cada medio se miden en la interacción con el consumidor. Por ello, analizamos la originalidad en el cine.

Un eterno legado

El comienzo de todo podemos remontarlo a la expresión artística del ser humano. La necesidad constante de plasmar nuestra realidad en imágenes. Poder recordar las hazañas de nuestros antepasados, alimentar el ego con nuestros logros. Siempre ha habido un misticismo con lo que no comprendemos. Mirar al cielo estrellado de noche es una costumbre que hemos ido perdiendo con los años. Sin embargo, aún puede estremecernos. Todo está en nuestra mente: la percepción que tenemos del mundo que nos rodea, desde lo más hermoso hasta lo más aterrador. Todo ello lo podemos asociar a imágenes, a pensamientos furtivos que viajan por nuestro subconsciente cuando vivimos algo. Nuestra naturaleza nos lleva a fijarnos en ciertas cosas, ignorar muchas otras e imaginar otras tantas. Es por ello, que se puede comprender el origen de esta necesidad. La necesidad de vivir nuevas experiencias.

Vivir una nueva experiencia es, sin duda, una motivación para que busquemos en el arte eso que nos falta. El inicio de una historia siempre comienza con una imagen. Es inevitable que nuestra imaginación vuele cuando vemos un cuadro que nos impacta, nos estremece. Que despierta algo en nosotros. Y es, en este punto, donde comienza el proceso creativo de una nueva historia. Con un sentimiento y un anhelo.

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Entre líneas

Estas ideas abstractas en las que vive el ser humano: la semilla de una historia, los sentimientos y la búsqueda de su culminación. Son el motor inicial de la imaginación. La originalidad comienza a girar cuando se unen varios conceptos. Estas son: el contexto espacial, los personajes y su motivación. Un buen comienzo es, sin duda, un proceso de delicado equilibrio entre estos tres pilares.

El contexto espacial

En primer lugar, tenemos un mundo donde transcurre la acción. Este mundo, puede estar sujeto, o no, a la narrativa de nuestros personajes. Tenemos, por ejemplo, La Trilogía del Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien. Esta obra narrativa es, sin duda, un referente en cuanto a la construcción de un mundo vivo. Un mundo lo suficientemente amplio y conectado, que no requiera de un personaje ni motivación específicos para funcionar. Es esta característica, una de las mayores riquezas que tienen esta obra. En contra punto, existen otros tipos de mundo que están sujetos a la visión directa de los personajes de la historia. En este caso tenemos, por ejemplo, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick. En esta obra, el mundo está inexorablemente conectado a la visión que tienen los personajes del mismo. Haciendo que su riqueza esté limitada a lo que viven los personajes.

Los personajes

La historia que se narra debe tener unos personajes, que bien, pueden estar motivados por esa imagen inicial de la que surge la misma. O ser una personificación del autor y sus propios conocidos. Una obra donde vemos esto último es en Las Crónicas de Narnia de C.S. Lewis. El autor hace protagonista, ausente en la mayor parte de la obra, al León. Que tomaría el papel omnisciente de la narrativa en todo momento. Esto deja entender que es un ser superior a lo que acontece en la historia, aunque está sujeto a ella. Es por ello que puede verse como la personificación del autor, movido por su imaginación en un inevitable desenlace. Haciéndolo partícipe de la narrativa, incluso mano ejecutora de los desenlaces, pero que no se complementa ni profundiza en él. Siendo un personaje a medio camino entre el espectador y el protagonista.

Cuando los personajes tienen una construcción orgánica, suelen forma parte del contexto espacial. No tener control sobre lo que ocurre a su alrededor. En estas historias podemos ver una lucha constante entre sus deseos y el mundo que los rodea. Cabe decir, que es en estos personajes, donde la profundidad es mayor, pero demanda la dedicación del lector el llegar a ella.

La motivación

Llegados a este punto tenemos un mundo, que ligado o no a los personajes de la historia, es en el que transcurre la acción. Donde se genera esa transición que hace de nudo, donde reside el desenlace y reposa el final de nuestra travesía. El cambio forzado de lo que te da, de forma natural, el contexto espacial, es la motivación. La motivación puede residir en uno o varios personajes, en una idea. La motivación puede ser simplemente seguir el transcurso normal de tu papel en el mundo, ya que sientes que formas parte del mismo.

La evolución natural de los acontecimientos, más allá de lo que se da por entendido en el contexto creado, no es más que una forma de predisponer al lector a una serie de premisas. Para comprender una motivación hay que entender la naturaleza de los acontecimientos. En un mundo fantástico o distópico, cualquier evento rompe fácilmente con nuestro concepto de normalidad. Un cambio en este paradigma, si está representado en la motivación última de un personaje, es la forma de llegar a los sentimientos del lector. Las imágenes iniciales en las que habíamos empezado a plantear la construcción de la historia están reflejadas en la motivación que lleva a los cambios. Lo que crea una historia digna de ser contada.

Una imagen vale más que mil palabras

Hay una evolución natural en la forma de contar historias. Y es que, el ser humano busca la inmediatez en todo. La búsqueda del placer en el menor tiempo posible. El cine creció con esa virtud, que parece haberse convertido en limitación.

Actualmente, la industria del cine está en un bucle. La incesante adaptación de las buenas historias: las que podemos encontrar en los libros, a las que solo algunos aspiran a vivir. También en los cómics, que de forma anecdótica, forman parte de lo que consumían nuestros padres e incluso nuestros abuelos. Se podría pensar que ya no hay originalidad en el cine. Es tal vez, un medio artístico que está muriendo poco a poco. Se está convirtiendo en un objeto de consumo masivo, que sólo busca al espectador nobel. Alguien a quien sorprender con los mismos recursos una y otra vez.

Las adaptaciones no son tarea fácil. De hecho, diría que es una labor titánica. Mascar una historia y crear una escenografía que contenga el suficiente mensaje como para transmitir lo que la obra original, es de una complejidad mayúscula. Pero aún así, está supeditado a la visión particular del que hizo la transcripción de papel a escena. Una de las virtudes que tiene leer un libro es que tu imaginación es coautora de la historia. Esto es, sin duda, una de las principales limitaciones que encontraremos en este medio, una y otra vez. Ya que, si está dentro de tu mente, contiene imágenes fundamentales con suficiente significado para ti mismo.

El cine como medio alternativo

La aparición de los videojuegos en el medio artístico ha ido de la mano con la tecnología. Lo que nació como producto de consumo masivo, que sigue siéndolo, ha permitido la aparición de un nuevo tipo de experiencia narrativa. Los videojuegos tienen la capacidad de hacer conectar al consumidor de forma inmediata. Es inevitable que el que coja los mandos del personaje principal no tenga una mínima implicación en la historia, ya que es partícipe directo de la misma. Y es que, algunos han centrado sus creaciones en contar historias, haciendo un compendio entre jugabilidad y narrativa. Esta combinación de factores hace que los resultados sean muy dispares entre sí, además de no ser aptos para todos los gustos. Directores como Fumito Ueda, Hideo Kojima y David Cage , se están alejando cada vez más del concepto inicial de videojuego, adentrándose en el terreno que ocupa el medio cinematográfico.

Este hecho, que es una realidad cada vez más palpable, hace tambalear a la industria del cine. Y es que comienza una etapa complicada para el medio. La aparición de un competidor en el mercado. El videojuego transmite de forma más inmediata las emociones que vende el cine. Debido a esto mismo, hemos visto una leve respuesta del mismo, queriendo introducir la narrativa interactiva como respuesta a lo que parece ser lo que busca el público. Experimentos de Netflix con Bandersnatch, y otras más anecdóticas. Dejan entrever un intento desesperado por encontrar un hueco en la máquina del consumismo masivo.

La originalidad en el cine

El medio cinematográfico ha ido adaptándose para complacer a las multitudes. Es normal que aparezcan nuevos conceptos y que sólo algunos sobrevivan con el paso del tiempo. Algunas películas mantienen aún el alma artística inicial del medio, películas como Pulp Fiction, de Quentin Tarantino, o la trilogía de El padrino, de Francis Ford Coppola. Incluso, teniendo en cuenta trabajos más actuales, Midsommar, de Ari Aster y el universo cinematográfico del director M. Night Shyamalan, podemos ver que el cine sigue vivo. Y que no es un medio que esté por morir. Sin embargo, poco a poco son cada vez más superproducciones las que vemos en la gran pantalla. Y es que, una limitación clara, en comparación a la producción de un libro, es la del dinero que cuesta hacer una película. Por esto, muy pocas películas que valgan la pena llegan a ver la luz.

Pulp Fiction

El cine está perdiendo su identidad propia. Va contracorriente entre el éxito de las grandes obras literarias y el masivo consumo de videojuegos. Dejo un espacio para la reflexión y espero que comentemos juntos qué es lo que esperamos que ocurra con el medio si las cosas siguen así.