El padre, protagonizado por Anthony Hopkins y Olivia Colman, es un poderoso relato sobre cómo afectan enfermedades como el Alzheimer y la demencia senil a la mente de quien la sufre y sus allegados.
El padre inaugura el 2021, un año que esperamos sea capaz de cicatrizar todas las heridas que dejó el pasado. Estamos ante una de las mejores películas del pasado año, estrenada en el Festival Sundance, así como en el de Toronto y ganadora del premio del público a la mejor cinta en el Festival de San Sebastián. La película tiene ya un gran recorrido antes de llegar al gran público este 1 de enero, y esa fama que la precede es más que merecida.
Un drama poco convencional:
La cinta sucede en su práctica totalidad dentro de la casa donde vive Anthony, un hombre de avanzada edad interpretado por Anthony Hopkins (El silencio de los corderos, Los dos papas). Allí iremos viendo como se va deteriorando su mente con el paso del tiempo, con una particularidad que hace única a esta cinta: su punto de vista. Así es que observamos lo que sucede desde los ojos de Anthony, quien a menudo se encuentra confuso o perdido tanto en su casa como en sus relaciones. Como segunda protagonista tenemos a Olivia Colman (The crown, La favorita) que encarna a Anne, la hija de Anthony, quien se ve afectada de forma directa por la condición de su padre.
El padre no es una película de acción, la cinta escarba en la repetición como recurso para introducir al espectador en la enferma mente del anciano, quien, pese a creer ser una persona cuerda, se da cuenta continuamente de que no vive en el mundo que sus sentidos le muestran. Pese a ser un duro drama, los apenas 90 minutos de duración logran evitar una sensación de pesadez que podría haber surgido con un mayor metraje.
Una película de actuaciones:
El padre se basa en la obra de teatro del mismo nombre, y es el creador de ésta quien ahora recoge el rol de director en la adaptación. Ya había visto antes películas de Florian Zeller, pero no iban más allá de ser la comedia francesa del año, y tan solo en Florida (2015) había mostrado interés en hablar de las consecuencias que la edad puede tener en las personas. En esta obra, en cambio, se percibe un gran trabajo de dirección de actores así como en sus simbolismos. Se nota que la película proviene del teatro, no solo en la localización única, sino también en los diálogos y movimientos de los actores, que tienen mucho en común con los de películas como Carnage (2011) o The sunset limited (2011), que también adaptaban una función.
Las actuaciones son magistrales, tanto las de los protagonistas como las de los secundarios, queriendo destacar a Olivia Williams (El sexto sentido) como La mujer. De hecho, me extrañaría no ver a Anthony Hopkins nominado a los Oscars de 2021 por su magnífico trabajo en esta cinta.
Hablemos con spoilers:
Para poder continuar hablando de El padre me veo obligado a comunicar la presencia de spoilers. Uno de los aspectos que elevan esta producción a un nivel superior es el uso de los espacios para crear sensaciones en el espectador: desde la tristeza a la soledad, pasando por la confusión, la cinta sabe usar sus escenario y atrezzo para transmitir. Un disco que al principio sonaba con grandilocuente música clásica pasa a estar rallado conforme avanza la película, el plano espejo de la cocina que vemos en repetidas ocasiones a lo largo de la cinta pasa de ser amplio y luminoso, lleno de vida y música, a estar cada vez más oscuro, encerrado por las jambas de la puerta, con el grifo estropeado.
Que en una escena la misma casa se transforme en lugares tan distintos como una residencia o un hospital, y que los actores que interpretan a un mismo personaje cambien con el tiempo para mostrar la sensación de confusión del protagonista son factores que logran que entendamos cómo eso hace que Anthony se sienta. Finalmente, la película hace que dudemos de qué es real y qué no, de quién tiene la razón, haciéndonos experimentar la duda del protagonista, algo que, aunque difícil de conseguir, se logra a la perfección.
Para finalizar:
Por último, creo que es obligatorio señalar el gran final que pone broche de oro a la cinta. Duro, simbólico y realista, logra dejar una sensación de desasosiego que te hará seguir pensando en la película mucho después de haber dejado la sala.
En resumen, El padre es una cinta como hacía mucho tiempo que no veía una y que recomiendo a cualquier persona sin distinciones, ya que la vejez es algo que no entiende de gustos, razas ni procedencias, y que tarde o temprano nos golpeará a todos.