La leyenda generada en torno al legendario David Lynch impide a muchos imaginarse que al principio de su carrera dirigió un biopic de encargo. El hombre elefante podría haber significado un fracaso como Dune, su otra película de encargo, pero con el paso de los años ha quedado como uno de los trabajos más sensibles y únicos de Lynch.
El peculiar estreno de Eraserhead colocó a David Lynch en el centro de mira de algunas de las productoras más importantes de un Hollywood deseoso de encontrar nuevos autores. Lynch, el extraño genio detrás de aquella rareza inclasificable, consiguió hacerse con la dirección de dos trabajos de encargo que supusieron el día y la noche para su carrera. El hombre elefante, primera de las cintas que le encargaron, logró el beneplácito de la Academia y de la crítica, mientras que Dune fue descuartizada por la prensa, que la catalogó como uno de los fracasos más grandes de la historia del cine.
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El hombre elefante narra la relación entre el doctor Frederick Treves y el paciente John Merrick, cuyas deformidades le valieron el nombre de «el hombre elefante». Descubrimos a la vez que Treves, interpretado por Anthony Hopkins, la impactante apariencia de Merrick, representado por John Hurt. También vemos sus primeras conversaciones y cómo Merrick pasa de ser un paria a una celebridad respetada.
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Lo que más choca de El hombre elefante es la sensibilidad que desprende. La historia está contada con un cariño que nos hace amar rápidamente a ambos protagonistas. Por otro lado, despreciamos sin tapujos a todo aquel que se interponga en la felicidad de ambos. A pesar de estar retratada con un blanco y negro oscuro y tenebroso, El hombre elefante desprende amabilidad y confianza. Los sentimientos que provoca son diametralmente antitéticos a su apariencia visual. Es como el personaje de John Merrick en sí mismo.
Imposible no comentar las actuaciones de ambos protagonistas. Hopkins plasma el valor y la perspicacia inquebrantable del doctor Treves. Por su parte, Hurt da cuerpo y alma para dar vida a un hombre maltratado por una sociedad cruel y despiadada. Un dúo protagónico notable para unos personajes que merecían unas interpretaciones a la altura.
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Eraserhead había etiquetado a Lynch como un autor tenebroso. Tal vez por eso resulta más impactante que consiguiera crear una obra tan sensible. Cierto es que después de ella no llegarían películas tan agradables de ver, pero El hombre elefante sentó un precedente en la carrera de Lynch que pocos esperaban. El Lynch menos Lynch sigue siendo un genio único.