Una de las sagas de acción más exitosas de la historia vuelve con Fast & Furious 9. A excepción de las cuatro anteriores, esta vez la familia no cuenta con la presencia de Dwayne Johnson, quien se lleva con él todo aquello que convirtió a la saga en algo refrescante.
Los años nos permiten adoptar nuevas perspectivas y amoldar nuestra visión particular. La saga Fast & Furious es algo que ha tenido de sobras: años para cambiar. Sus más fervientes fans la idolatran desde sus principios, pero hay muchos de ellos que con el paso del tiempo ha dejado de ver en ella el alma que enamoró a propios y extraños con sus primeras entregas. En la saga podemos ver una clara diferenciación: antes de Dwayne Johnson y después. La gran estrella de Hollywood apareció en la quinta entrega y a partir de ahí lo que habían sido carreras de coches pasaron a ser misiones vertiginosas de espionaje internacional. Un cambio brusco (y necesario) que insufló nueva vida a la saga.
No niego el encanto de las carreras de coches ilegales y cómo la vive la familia de personajes que ha ido creciendo desde la primera Fast & Furious. Simplemente vivimos en un mundo que demanda novedades continuamente, por lo que el giro que dio la franquicia era el lógico. Como cualquiera de nosotros, tuvo que adaptarse a los tiempos que vivía. Gracias a ello pudimos disfrutar de una de las mejores películas de acción de la historia: Fast & Furious 7. Esa orgía de acción desmesurada, personajes carismáticos (primera aparición de Kurt Russell y Jason Statham en la saga) y encanto arrebatador convirtió a la cinta de James Wan en un punto de inflexión dentro del cine de acción.
Fast & Furious ya no es lo que era. Es algo diferente que puede ser mejor o peor, todo depende de la visión que tengas sobre el tema. Bajo ese pretexto, cintas como Fast & Furious 9 son un claro paso atrás. La novena entrega de la saga busca volver al pasado con la mentalidad del presente (y en ocasiones del futuro). Es un cóctel que difícilmente saldrá bien, y en este caso acaba siendo un producto repetitivo, predecible y olvidable que no aporta nada nuevo o mínimamente memorable.
La fórmula de las entregas más espectaculares de la saga pasa de ser infalible a un refrito infumable. Con decir que se hizo más espectacular ver cómo un coche pasaba de un edificio a otro en Dubai que ver un coche en el espacio lo digo todo. Sencillamente, las escenas de acción no consiguen impactar ni un 10% de lo que lo hicieron la de las anteriores entregas.
La incorporación de John Cena tampoco es un acierto. A pesar de que él lo pone todo de su parte, su personaje queda desdibujado y acaba dando el previsible giro de siempre. Diría que lo mejor de la película son los flashbacks, ya que dan la sensación de contarte algo nuevo con cierto nivel de profundidad dramática. En contraposición, las escenas situadas en el presente son lo mismo de siempre, pero sin gracia.
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Fast & Furious 9 es a la saga lo que Wonder Woman 1984 es al UCDC. Estamos ante un claro paso hacia atrás que pone de manifiesto la The Rockdependencia y aleja a la saga del camino correcto. No sé qué deparará el futuro, pero sé qué no tiene que hacer: volver al pasado.