Being the Ricardos es la nueva apuesta de Aaron Sorkin como director, además de guionista. Una película protagonizada por Nicole Kidman y Javier Bardem que explora la vida de la superestrella Lucille Ball y que llega a Amazon Prime Video este martes 21 de diciembre.
Being the Ricardos nos reafirma que Aaron Sorkin se siente más cómodo detrás de un guion que a cargo de una dirección. La película trata sobre salvar la clásica y aclamada sitcom «I Love Lucy» de la cancelación después de un escándalo político y sobre la pareja tanto dentro como fuera de ella Lucille Ball (Nicole Kidman) y Desi Arnaz (Javier Bardem) -Lucy y Ricky Ricardo en el show de la CBS-. Aunque también explora varias cosas más, desde el sexismo de la industria en la época o la base de la relación de pareja. El trabajo de Sorkin como director no termina de cuajar y eso le pasa factura a la película. Aunque he de nombrar su debut con «Molly’s Game» o «El juicio de los 7 de Chicago«, donde sí que me convenció algo más, en Being the Ricardos resta más que suma. Sorkin es capaz de escribirte «La red social» y ganar un Oscar, pero hay que recordar que en la dirección estaba el gran David Fincher. Además, la propia estructura de la película está mal planteada desde el principio y se pone la zancadilla así misma según va avanzando la trama, lo comentaré más adelante.
Being the Ricardos se centra en tres crisis que Lucille tuvo que superar a lo largo de su carrera entrelazas en el transcurso de una semana de septiembre de 1952, mientras se prepara el rodaje del nuevo episodio semanal de «I Love Lucy». Walter Winchell anuncia en la radio que existe una vinculación entre Lucille y el partido comunista -ya sabemos cómo estaban de tensas las cosas en esa época-. Lucy supuestamente fue absuelta después de testificar ante el Comité de Actividades Antiamericanas -sí, existió-, no obstante ahora debe demostrarlo en público para evitar la cancelación inminente de la sitcom debido al revuelo y al juico de la opinión pública. Mientras tanto, una revista del corazón ha publicado en portada una foto de su marido con otra mujer insinuando que podría haber una infidelidad. Entre medias se nos relata a través de flashbacks los complicados inicios de Lucille y de cómo llegó a ser protagonista de una de las sitcoms estadounidenses más vistas de todos los tiempos.
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Se queda en un podría haber sido
Being the Ricardos nos intenta explicar tres puntos críticos en la carrera y vida personal de Lucille Ball. Y como he dicho intenta, pero no lo consigue correctamente. La estructura de la película está mal planteada desde un principio, porque aunque las dos tramas principales se desarrollan al mismo tiempo, la trama sobre su pasado se presenta en varias escenas intercaladas a lo largo de la película en forma de flashbacks. Estos flashbacks son demasiado largos y no hacen más que entorpecer el desarrollo de la película porque llegan en los peores momentos obstaculizando que el espectador se centre en una trama concreta. Cuando hay una escena que te está pareciendo interesante y quieres saber la resolución, Sorkin te interrumpe en ese momento con un flashback desvirtuando todo lo que había conseguido con la escena anterior -como dije, la película se autosabotea a sí misma-. Siento que si se hubiera eliminado completamente la parte del pasado de Lucille, la cinta podría haber sido muchísimo mejor sin esas interrupciones cada dos por tres.
Las actuaciones incluso no llegan a destacar, acostumbrados también a los estupendos trabajos que han realizado estos actores en el pasado. La relación de Lucille y Desi se desarrolla exactamente con la misma energía monótona en cada escena que les vemos juntos. Podemos observar el trabajo que ha hecho Bardem para el papel, pero no termina de convencer porque como siempre en Estados Unidos piensan que un cubano y un español son exactamente lo mismo. Kidman, aún siendo una actriz intachable, no logra una interpretación -es la que más destaca para mí de la película- de la talla que podríamos esperar de ella. Tal vez el exceso de maquillaje y las prótesis que tuvo que llevar para parecerse lo más posible a Lucille tengan la culpa de ello. Sin embargo, tenemos a William Frawley (J.K. Simmons) y Vivian Vance (Nina Arianda), quienes interpretan a los vecinos de los Ricardos, Fred y Ethel Mertz. La actuación de ambos me encantó y sorprendió, teniendo en cuenta que son personajes secundarios.
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Bueno, se puede ver
Sorkin intenta contar demasiadas cosas y al final acaba por no contar nada de una manera correcta, pero si nos centramos en las dos tramas principales la película tiene un pase. Por muy poco interesante que pueda sonar la premisa, realmente consigues introducirte en la historia -siempre que no venga el flashback corta rollos- y preocuparte por qué pasará. La película también lo hace genial mostrando un escáner completo de la sociedad y la industria del cine y la televisión machista y conservadora de la época. Si te gustan los 50, Being the Ricardos retrata muy bien esos tiempos. No es mala película para ver un domingo por la tarde y no está de más ver a Nicole Kidman, aunque este su no sea su mejor papel.
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