Cómo mandarlo todo a la mierda es el nuevo drama adolescente en formato miniserie que nos trae HBO Max este viernes 1 de julio. Ambientada en España, nos relatará una breve historia desde los ojos de Alba, la protagonista.
Cómo mandarlo todo a la mierda es una nueva miniserie en formato road movie que explora la vida adolescente desde dentro y nos cuenta esa época de atravesar cambios, tomar decisiones y forjar relaciones tan difícil y tan intensa de nuestras vidas. La serie, creada por Jaime Olías y Pablo Sanhermelando, puede verse de un plumazo en HBO Max. En cuanto a series y películas sobre dramas adolescentes, siempre hay donde elegir. Desde absolutas obras de arte como ‘Euphoria‘, hasta productos para matar el tiempo cómo ‘Élite‘ o ‘Bienvenidos a Edén‘. Por ello, cada vez es más difícil traer un producto que verdaderamente destaque entre tantos similares. No obstante, y sin tampoco cubrirla de gloria, Cómo mandarlo todo a la mierda me ha dado una buena impresión.
Alba, una joven con una difícil situación familiar, se entera de que el viaje de fin de curso se ha cancelado. Sus planes de escapar de casa se derrumban. Por casualidad, descubre que un grupo de compañeros tiene un plan: hacer creer a sus padres que el viaje escolar sigue en pie, pero en realidad se fugarán en una furgoneta adonde sea que les lleve la carretera. Alba se unirá a ellos e intentará huir de su vida actual, con todo lo que eso conlleva.
Lo bueno de ir sin expectativas



Muchas veces las expectativas nos estropean la experiencia final. Casi siempre, lo mejor es ver algo sin esperar nada a cambio, y cuando realmente te lo da, sientes una ligera satisfacción. Con Cómo mandarlo todo a la mierda me ha pasado algo similar. No quise pensar que era otro drama donde los adolescentes se drogan y mantienen relaciones sexuales sin sentido, sino que la vi sin más. Lo primero y más importante es su formato breve y conciso. Seis episodios de entre 22 y 17 minutos de duración, donde la serie indaga en esa búsqueda de la libertad de la adolescencia de una forma muy natural y nos entrega por completo el retrato de la llamada Generación Z.
Este es su primer punto a favor. La fidelidad con la que los actores interpretan a unos adolescentes actuales es genuina y, lo más fundamental, realista. Nada de historias sobreactuadas, como podemos ver en ‘Élite’, sino chavalería de verdad, con lo que implica. Un tratamiento de la música y el vocabulario excelente, completamente actualizado, demuestra que por lo menos hay detrás un trabajo real de investigación sobre la juventud española. Eso está bien y la diferencia de sus competidoras. La dirección también me ha gustado mucho. Si bien la cámara siempre sigue a Alba, la sensación de estar ahí entre el grupo es notable, gracias a que la cámara nos sitúa entre ellos y aborda las escenas con diferentes movimientos, como si nosotros estuviéramos atendiendo a las conversación y fuéramos uno más.
También hay cosas que no me han gustado, porque como he dicho anteriormente, tampoco la cubro de gloria. El guion no es tremendamente original y muchas veces peca de predecible, aunque sí que mantiene un par de giros entretenidos. Además, se toma muchas licencias a modo de ‘casualidades’ que hacen que pase algo relevante. Si realmente te fijas en ello, puede sacarte un poco, pero si logras no darle una gran importancia y seguir el rollo, la historia consigue funcionar.
Un breve vistazo



Cómo mandarlo todo a la mierda llega como un retrato honesto sobre la juventud española y, solamente por eso, merece echarle un breve vistazo. Mantiene un estilo especial y es una propuesta entretenida para invertir apenas la hora y cincuenta minutos de duración de la temporada completa. No es una serie que vaya a cambiarle la vida a nadie, pero si un producto diferente dentro de un mar inmenso que acaba de llegar a HBO Max.