Watchmen llega a su cuarto capitulo en HBO, con un episodio de transición que deja mas dudas que resoluciones, pero aún así, vuelve a regalar grandes momentos y anticipa que si algo no va a haber en esta serie, es relleno. Vamos a repasarlo, con el reto que supone hacerlo sin spoilers.
El capitulo arranca con dos puntos muy interesantes en la misma escena, por un lado la presentación del personaje de Lady Trieu (Hong Chau), con una introducción impresionante, dándonos a entender que será alguien con mucho carisma y con una importancia clave dentro de los acontecimientos que se avecinan, de hecho, es la sucesora en el legado de Adrian Veidt, Ozymandias al haber comprado su empresa.
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El otro gran detalle es un guiño genial, los otros protagonistas de la escena de arranque son un matrimonio, Los Clark, el marido, además, se llama Jonathan. Ambos viven en una granja solitaria, marcados por la imposibilidad de tener descendencia y de repente, se encuentran con un hijo de origen algo extraño, del cual se hacen cargo al instante, y para dejarlo mas claro, la escena termina con la irrupción de algo similar a un meteorito, vamos, como se suele decir, blanco y en botella… aunque aquí sería más exacto rojo y azul y con capa.
Dicha escena nos marca también el concepto sobre el que girará el capitulo, hablamos de legados, sea familiar o no. Angela Abar (Regina King) sigue investigando sobre su genealogía y su relación con el personaje de Will (Louis Gossett Jr), a la vez que vemos su papel como madre,en especial con su hijo Topher. Laurie Blake (Jean Smart) menciona sus traumas acerca de sus padres, vemos la extraña relación de Lady Trieu con su hija, y además, la devoción que la billonaria siente por Adrian Veidt, adueñándose de su legado empresarial.
Hay que destacar también, que conocemos algo más del personaje de Looking Glass (Tim Blake Nelson), como su extraño estilo de vida y algunas de sus obsesiones. Seguimos conociendo también a ese gran personaje que es Laurie Blake, (las escenas que comparte con Angela son impagables) y, también hay que hablar de Petey, el ayudante de Laurie. Se podría decir que con él tenemos el recurso que los guionistas usan para ayudar al espectador ajeno a la obra original, relatando tramas que ocurrían en ella y que afectan al devenir de la serie, que, definitivamente ha adoptado su papel de secuela plenamente.
Nos quedan los momentos bizarros habituales en cada capítulo, como no podía ser de otra manera, Jeremy Irons y su rol acapara la mayoría de ellos, aunque aquí su excentricidad da paso a un estado prácticamente de locura con situaciones realmente extrañas pero que cada vez atrapan mas al espectador, queriendo saber cada vez más como va a evolucionar su personaje y la repercusión que tendrá en la trama general.
Otro momento realmente loco es la aparición de uno de los enmascarados mas sorprendente jamás visto, alguien vestido completamente de latex gris, con un cinturón de herramientas lleno de lubricantes que se aplica para poder deslizarse y finalmente, colarse en una alcantarilla… sí, así como suena. Este es el universo de Watchmen en la pequeña pantalla y en el conviven estas situaciones anómalas con otras mas solemnes, pero todas geniales al fin y al cabo.
El titulo del capitulo es muy significativo: Si no te gusta mi historia, escribe la tuya propia. Es como si Damon Lindelof nos quisiera decir que va a contar la trama como el cree oportuno, que a veces parece que nos resuelve interrogantes, pero también puede que nos plantee unas cuantas más. Esto no debería sorprendernos, conociendo el estilo del guionista, pero aquí nos encontramos con una serie de una sola temporada, con solo nueve capítulos, y sabe que pueden empezar a surgir voces criticas en cuanto a su capacidad de abrir muchas subtramas para luego no cerrarlas.
Aún así, no es la impresión que da la serie, este último episodio ha tenido un ritmo algo más lento que los anteriores, sí, pero sigue aportando piezas al puzzle, y aunque este parezca ser muy grande, parece que la fase de presentación está llegando a su fin, ademas, sabemos que los acontecimientos están a punto de dispararse…tic, tac, tic, tac…