La Familia Que Tú Eliges (The Peanut Butter Falcon en su título original) llega a nuestros cines sin hacer mucho ruido, pero con todos los elementos para agradar a un público muy amplio. Sin duda es una gran sorpresa.
La Familia Que Tú Eliges es una de esas películas que apelan a lo más profundo del espectador, ignorando targets, gustos superficiales y prejuicios. Estamos sin duda ante un título sorprendente y muy distinto a lo que estamos acostumbrados a ver en la cartelera de los últimos tiempos. Comandada por unos excelentes Shia LaBeouf y Zack Gottsagen, este film puede que no rompa records en taquilla, pero creo que tiene el potencial para llegar a ser una de esas películas de culto que tanto admiramos años después de su estreno.
Con una premisa un tanto extraña, La Familia Que Tú Eliges se destapa como una película de aventuras bastante clásica, con dos protagonistas que emprenden su camino en busca de sus sueños y de la redención. Su viaje será también un trayecto espiritual en el que llegarán a conocerse mejor a sí mismos y entablarán una amistad casi fraternal que los cambiará para siempre.
Como si de un Tom Sawyer y un Huckleberry Finn modernos se tratasen, Zack y Tyler nos ofrecerán emoción, incertidumbre y diversión a partes iguales. La película nos presenta una ventana a los orígenes del alma humana a través de la simpleza de las relaciones interpersonales y de la naturaleza, pero sobre todo de la fe en la familia, los amigos y uno mismo como la mayor de las fuerzas.
Los ríos por los que navegan nuestros protagonistas son la metáfora perfecta: el torrente de emociones positivas, humor y conexión humana que produce esta película recorrerá las almas de los espectadores como un río cruza la geografía de un país. Puede que estemos ante uno de los estrenos más personales e interesantes de los últimos tiempos.
Sin grandes presupuestos ni alardes técnicos, Tyler Nilson y Mike Schwartz consiguen presentarnos una película que no hace nada mal y que consigue resultar refrescante y sorprendente. Por supuesto no estamos ante un film perfecto y sin mácula, hay cosas mejorables, especialmente en el acto final de la película. Pero La Familia Que Tú Eliges tiene un “algo” especial que te hace salir del cine con una sonrisa en la cara y una energía renovada. Y eso vale mucho más que la excelencia cinematográfica.