El exorcista: Creyente quiere repetir el éxito que supuso la película original ¿Lo conseguirá? Se estrena mañana 6 de octubre en cines.
El exorcista: Creyente es la secuela directa del fantástico clásico de terror de 1973. La historia de posesión demoníaca del gran William Friedkin fue una de las primeras películas que transformó el género y abandonó la serie B. El exorcista era realmente aterradora, sobre todo para la sociedad de la época. Usando el mejor maquillaje y efectos especiales disponibles, Friedkin mostró a los espectadores lo nunca visto. ¿Quién no ha oído alguna vez que gran parte del público se desmayaba en la propia sala? Estos hechos solo servían para corroborar que el trabajo de Friedkin fue monumental. Cualquiera pensaría que si ‘El exorcista‘ ya es un producto perfecto, ¿es realmente necesaria una secuela? Obviamente no. Sin embargo, no solo originó una, sino varias secuelas, además de una serie. Todo eso sin contar la influencia que supuso y supone todavía actualmente para el género, donde cientos de películas beben de ella. Y justamente este es uno de los grandes hándicaps que conllevan traer una secuela: el público general tiene la historia machacada debido a las múltiples interpretaciones y homenajes y -obviamente- ya no funciona de la misma manera que funcionó en el 73. Pero aquí estamos, 50 años después, para hablar de El exorcista: Creyente.
Para bien o para mal, Blumhouse está detrás de la secuela. Como comenté en la crítica de ‘Háblame‘, no levanta cabeza desde sus éxitos ‘Insidious‘ o ‘Expediente Warren: The Conjuring‘, habiéndose convertido en una productora que trae películas de terror como si de comida rápida se tratase, solo hay que ver el desastre que supuso ‘Insidious: La puerta roja‘. Y es que El exorcista: Creyente no viene sola, ya que ya sabemos antes de que se estrene que es la primera de una trilogía planificada. Lo que decía, comida rápida. Pero Blumhouse no es el único elemento discordante aquí. David Gordon Green dirige y escribe, el reciente responsable de la nueva trilogía moderna del clásico ‘Halloween‘ que acabó en 2022 y que recibió tantas críticas, no precisamente buenas.
Víctor, interpretado por Leslie Odom Jr., es un padre soltero que descubre que su hija Angela, interpretada por Lidya Jewett, y su amiga Katherine, interpretada por Olivia O’Neill, han desaparecido tras decidir adentrarse en el bosque después de las clases para realizar rituales satánicos. Tres días después, las niñas son encontradas en un granero a 30 kilómetros del colegio sin recordar cómo llegaron allí. Inicialmente aliviados, pronto descubrirán que las niñas han cambiado drásticamente.
No te importa nada, ni nadie



Green conserva el enfoque de narración lenta y metódica de Friedkin. Esto hace que el primer acto sea sorprendentemente efectivo, ya que Green construye suspense a la antigua usanza, lo que nos lleva a observar los ritmos naturales de la vida de sus personajes antes de que se vean perturbados. Por un segundo, me encontré a mí mismo creyendo que estaba viendo una buena película, pero al parecer solo era el demonio que me engañaba. Una vez comienza el segundo acto, cuando empezamos a observar los estragos de la posesión demoniaca, todo se va al traste. Las comparaciones son odiosas, pero en este caso al tratarse de una secuela, es prácticamente inevitable. El original del 73 lo tiene todo. Es difícil no simpatizar con la inocencia infantil de Regan, una niña de 12 años y su terrible experiencia de ser poseída por un demonio. ¿En El exorcista: Creyente debería ser lo mismo no? Incluso si no lo comparara con el original y viera la película como un producto nuevo e independiente, es difícil empatizar con las dos niñas protagonistas. Los personajes están tristemente subdesarrollados, lo que implica que no importen al espectador más allá de la posesión en sí, a pesar de que hay un trabajo decente para mostrar las diferentes etapas graduales de las transformaciones físicas que sufren las niñas con la posesión y que ellas hacen todo lo posible con lo que se les da.
El guion ofrece la tarifa típica y sobrenatural en términos de diálogo y narrativa. No creo que nadie esperara que esta secuela reinventara la rueda, por lo que el hecho de que no lo haga tampoco sorprende demasiado. Lo principalmente interesante que plantea El exorcista: Creyente es la incorporación de nuevos ángulos a la típica película de posesión y terror. Se enfoca en dos individuos en lugar de en una sola víctima poseída y presenta el rito del exorcismo más allá del punto de vista católico habitual contemplado en la original del 73, desde la perspectiva de múltiples creencias, de ahí el subtítulo de la película. Si bien en algunos casos más es mejor, en este caso, no lo es. La variedad no es mala, simplemente hay veces que no funciona. El conjunto de toda la película y sobre todo el tercer acto queda muy desdibujado, al incorporar a tanta gente y tantos elementos, no consigue hacer que el espectador se centre en una sola cosa. Dos poseídas, con dos familias, con varias religiones a la vez… como dice el dicho, aquí hay más gente que en la guerra.
Una oportunidad perdida



La película se vuelve bastante tediosa en gran medida por los sustos, donde algunos de ellos son efectivos, mientras que otros -la gran mayoría- se vuelven muy predecibles debido a la banda sonora o a la colocación de la cámara. Esto sumado a que la narración es lenta y que el guion y el tratamiento a los personajes deja bastante que desear, resulta casi inevitable echar una mirada o dos al reloj en mitad de la película. El acto final, que se supone que es lo más destacado -o debería-, no evoca sustos genuinos. Es, sin duda, lo peor y lo más decepcionante de la cinta. Tal vez si se hubiera contemplado abordar la historia de fondo de lo que quiere el demonio de las niñas y/o dónde estuvieron las niñas durante los tres días que desaparecieron, probablemente el conjunto total hubiera sido más interesante.
Para hacer una gran franquicia de esta nueva trilogía anunciada, esta se debería construir sobre personajes que preocupen o importen a su audiencia. No hay nada en El exorcista: Creyente que nos haga preocuparnos por futuras secuelas. Aunque rinda homenaje a la original con cameos y huevos de pascua -detalles que esconden un gran significado y que sólo los más fanáticos se darán cuenta de su presencia-, no tiene mucho que ofrecer y menos aún si nunca has visto la de Friedkin. ¿Merece la pena verla en el cine? Sacad vuestras propias conclusiones.