Black Summer, serie de estreno en Netflix, comienza con el éxodo de una familia justo después del brote de una infección pandémica de zombies. En esta primera temporada de tan solo 8 capítulos y 280 minutos totales de duración, acompañamos a una suerte de personajes de lo más variopintos en su intento de escape a través de una gran ciudad de los Estados Unidos, que quieren llegar (vivos) al estadio de la ciudad donde se supone que el ejército ha montado un dispositivo de seguridad.
Según reza la publicidad de Black Summer, esta serie es precuela de la hilarante y corrosiva Zombie Nation, de la productora de serie B Asylum. Pero no puede quedarse uno más perplejo al comprobar que no hay atisbo del tono satírico y grotesco de aquella. Además de que Z Nation es una serie que en ningún momento se toma en serio a sí misma, está dotada con una gran dosis de imaginería, lo que hace que cualquier tipo de zombie o situación cómica irreverente sea posible. En esta Black Summer, que se mueve fundamentalmente entre la acción y el drama, poco lugar queda para la comedia.
Actualmente, Black Summer está disponible en el catálogo de Netflix.
La serie empieza con buenos trazos, y los primeros capítulos, sobretodo el episodio piloto y el que le sigue, tienen una buena factura, creando bastante tensión. El ritmo es bueno, pero sin embargo la mecánica no cambia mucho a lo largo de estos primeros 8 episodios, por lo que si los personajes llegan cansados al final de su trayecto, tú llegas realmente exhausto, y al final ya no te importa lo que les pase a ninguno de ellos. El sentimiento es como de ahogarse antes de llegar a la orilla.
Un aspecto que me molestó bastante es que a las primeras de cambio la sociedad ya parece haber perdido toda fe, se comportan con egoísmo y violencia, y sin rastro de humanidad se entregan a la crueldad sin que haya dado tiempo aún a digerir la catástrofe. Si a esto les unas situaciones que cada vez se tornan de lo más absurdas, como no saber, ni haber aprendido ya, que para matar a un zombie hay que apuntarle a la cabeza (que esto hoy en día no te lo tiene que decir nadie, que eso lo sabe todo el mundo WTF), pues se queda todo en un bonito globo de helio que no hace más que perder aire, hasta que al final de la temporada solo queda un trozo de plástico arrugado tirado en el suelo.
La verdad que he de confesar que mi monstruo favorito son los Zombies, y no tanto por lo sangrientos que son, si no más por la capacidad que tienen para cambiar el mundo en el que vivimos, generando luchas entre los propios humanos por los recursos esenciales y dejando aflorar los instintos más basicos. Pero esta fórmula llega a cansar si se alarga demasiado, y más si no se aporta ningún aliciente extra… tal y como pasa con Black Summer. ¡Ay, si Romero levantara la cabeza!
Resumiendo, lo que nos venden como precuela de la original y divertida Z Nation, se queda en otro drama de acción más, parecido a un The Walking Dead venido a menos, ya que el desarrollo de los personajes y las relaciones entre estos, son expuestas de la forma más burda y caricaturesca. Aconsejo no verla en maratón porque creo que la experiencia puede ser un poco más gratificante si se hace de forma más escalonada. Mucho más interesante la anterior incursión zombie de Netflix con su serie Kingdom.