White Lines; viernes 15 de Mayo, Netflix estrena nueva serie; Álex Pina a los mandos.
White Lines supone la primera serie realizada por Álex Pina para Netflix tras su acuerdo de exclusividad; expectativas altas para unos e interés moderado para otros, pero tras el pelotazo de La Casa De Papel -la serie en idioma extranjero más vista de la historia de la plataforma- la situación del creador en el ojo del huracán es poco discutible.
Supongo que estar bajo la presión de un contrato con muchos ceros y varias series que sacar adelante merman la capacidad creativa de muchos, sin ir más lejos Ryan Murphy estrenaba también en Netflix Hollywood con mediocres resultados hace pocos días; la espada de los ejecutivos que deben rendir cuentas trimestrales justificando el gasto en esos contratos supone una situación poco aconsejable cuanto menos y pone en jaque las condiciones óptimas en las que un creador debe sacar adelante su trabajo.
La sensación de producto reciclado me invade constantemente visitando esta serie, lugares comunes, personajes trillados, misterios sin resolver, un pasado tormentoso… Década pasada, ausencia total de innovación en cualquier apartado de la serie. Un suspenso en toda regla en el apartado más creativo y artístico de la misma; pero eso no es lo peor, lo es el hecho de mirar el reloj a los 10 minutos de empezar el primer capítulo; que es donde está el problema inequívoco de al menos los 3 primeros episodios, la absoluta intrascendencia de la gran mayoría de momentos que componen la narración, marcando un ritmo verdaderamente pobre, y haciendo de una serie que se supone es lo que va a dar, entretenimiento, algo plomizo y sencillamente poco interesante.
Curioso el hecho de que la serie transcurre en Ibiza y en dos idiomas, inglés y castellano, más allá de eso, y para el público peninsular, no puedo sino dejar de recomendar White Lines e invitar a los lectores a que dediquen su valioso tiempo al especial recién estrenado de Seinfeld, o la serie de Chazelle, The Eddy.