Watchmen ha llegado a su tercer episodio en HBO, dando muestras de que no estamos ante una serie común, de seguir así, estaríamos hablando de uno de los productos televisivos de mayor calidad dentro del genero y una de las series imprescindibles de los últimos años.
Watchmen lo ha vuelto a conseguir, sigue superándose capitulo tras capitulo, la serie de HBO basada en la obra maestra de Alan Moore y Dave Gibbons nos ha dado un tercer episodio que demuestra que no hay nada al azar en este proyecto, todo tiene un sentido, todo tiene un porqué y un propósito, se siguen planteando interrogantes, se siguen abriendo caminos en la trama, si, pero también se responden otros que se habían planteado anteriormente y eso sorprende, teniendo en cuenta la trayectoria previa de Damon Lindelof, al que siempre se le ha criticado el dejar tramas abiertas en sus guiones, una vez finalizados. Esto no es la impresión que da Watchmen, aun se acaba de cerrar el primer tercio de la serie, planeada como una temporada única de nueve capítulos, pero la sensación es que la trama no deja de avanzar, no hay relleno, todo tiene que contarse en su momento.
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De entrada, el capitulo comienza con un giro, la trama cambia de conductor, después de dos episodios en los que el personaje de Angela Abar (Regina King) llevaba el hilo conductor, aquí, de entrada es Laurie Blake (Jean Smart) quien toma el mando en la narración y esto aumenta aún mas el interés teniendo en cuenta que hablamos de una de las protagonistas del cómic, la segunda Espectro de Seda, hija de la Espectro de Seda original y de Edward Blake, el Comediante. Sin embargo, nos encontramos con un personaje que ha evolucionado mucho con respecto al original, es una mujer mas segura de si misma, mas dura, mas cínica, mas expeditiva… y prácticamente antagónica con su personalidad anterior. El simple hecho de que adopte el apellido de su padre es muy curioso, pues aquí nos damos cuenta de que ha heredado mucho del carácter de su progenitor.
Laurie comienza a investigar todo lo que hemos visto en los dos primeros capítulos, aportando otro punto de vista para el espectador, ademas, las circunstancias que la rodean, aportan datos que sumamos al grueso de la trama. Dentro de esta investigación hay un momento muy especial, un funeral, ademas del encuentro posterior con Angela Abar, dando lugar a un dialogo cargado de tensión en el cual se huele la desconfianza y el secretismo por parte de ambas.
De nuevo nos volvemos a encontrar al excéntrico personaje interpretado por Jeremy Irons, aunque en este capitulo ya nos despejan todas las dudas y nos desvelan por completo su identidad, lo cual nos ratifica la sensación de que la trama de Tulsa es un gran MCGuffin que acabará reuniendo en pantalla a los principales personajes de la novela gráfica.
Precisamente de eso habría que hablar, cada vez las similitudes con el cómic son mas evidentes, empezando por el relevo en la narración, un funeral en el primer tercio de la historia que da pie a que la trama avance o el recurso narrativo de los chistes que, si en la obra original, corría a cargo de Rorschach, aquí es Laurie Blake quien lo hace, contando uno que, ademas , nos desvela muchas cosas acerca de lo ocurrido entre el final del cómic y el principio de la serie. Por lo demás, el juego de las referencias continúa y cada vez son mas claras , haciendo que sea más evidente aún el universo al que pertenece la serie.
Como valoración final, hay que decir que, aunque en algunos momentos parezca un episodio de transición, este tercer capítulo de Watchmen encierra tantos detalles y tantos significados que, a mi parecer, lo convierte en el mas interesante hasta ahora. De todos modos , intuyo que esta serie deberá ser valorada en su conjunto, una vez haya finalizado, como si estuviéramos hablando de una película de nueve horas.