Watchmen continúa en HBO con su segundo capítulo. Su resolución suma mas piezas al puzzle que resulta ser su trama, añadiendo mas interrogantes al tiempo que se va formando, pero hay un detalle muy claro, la serie esta en buenas manos, se nota.
Watchmen llegó de nuevo este lunes con Proezas de equitación comanche, su segundo capítulo y, aunque parezca pronto para afirmarlo, empieza a pintar muy bien, demostrando, ante todo, un gran respeto y cariño por la obra en la que se basa.
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Cada vez son mas claras y evidentes las referencias a la fuente, pero son muy claros también los paralelismos, si en el cómic eran capítulos de un libro contando historias pasadas, aquí es un programa de televisión y, al igual que en la obra original, un crimen provoca una investigación por parte de un vigilante, descubriendo pistas por el camino que avisan de una conspiración cada vez más inquietante. Mientras tanto, un personaje bastante excéntrico se mantiene aislado, sin aparentar conexión alguna con los hechos del mundo exterior, aunque se intuye que no va a ser así siempre.
Así es, Lindelof crea un entramado en la serie en el cual nos sigue contando otra historia dentro del universo escrito por Alan Moore, pero a la vez, plantea una serie de simetrías, al igual que el guionista inglés en las paginas, que provocan la sensación de que, cuanto mas se distancia la trama del cómic, paradójicamente, mas se parece. El showrunner demuestra en multitud de detalles el amor que siente por el material que está adaptando, bien sea con un quiosco, con una recreación de una escena clave o con uno de los elementos mas icónicos del material original, los relojes.
Tras los acontecimientos del piloto, Angela (Regina King) comienza a investigar de forma independiente los hechos. A través de un Flashback, se conoce lo que ocurrió en la Noche Blanca, como le afectó a ella y a su entorno, como esto dio pié a su amistad con el Jefe Crawford (Don Johnson) y las consecuencias que dicha noche provocó en el cuerpo de policía de Tulsa. En la actualidad, el único sospechoso de lo ocurrido, Will (Louis Gosset Jr), permanece retenido por Angela sin que la policía lo sepa. Aún así, lo único que obtiene de el son mas interrogantes y una cuantas divagaciones sobre una conspiración de alto nivel. Cuando ella empieza a investigar sobre el sospechoso, averigua que los dos tienen mas puntos en común de lo que ella se imaginaba.
Mientras tanto, el excéntrico millonario (Jeremy Irons) asiste en su casa a la representación teatral de su ultimo libreto, El hijo del relojero, ni más ni menos que la recreación del origen del Doctor Manhattan. A lo largo de esta escena, descubrimos que este personaje tiene muchas incógnitas y muchas mas habilidades de lo que parece y, aunque todo parece indicar de quien se trata, no sería de extrañar que algún giro de guión nos hiciera cambiar de opinión.
También vemos como la policía se enfrenta a las consecuencias de lo ocurrido, con un enfrentamiento tenso con algunos sospechosos de pertenecer al Séptimo de Caballería, pero aquí Red Scare (Andrew Howard) provoca que la situación se les vaya de las manos, ante la evidente desaprobación de una Angela cada vez más recelosa de sus compañeros.
A la vez, vemos , en un ejercicio de metalenguaje, el episodio de una serie de televisión dedicada a los antiguos vigilantes, los Minutemen, y en el se centra en la figura de Justicia Encapuchada, un violento enmascarado del que nunca se llegó a conocer su identidad.
Como opinión final de este Watchmen segundo capítulo, quiero reseñar que me parece una gran continuación del episodio piloto, con muchas mas referencias al cómic, multitud de detalles que prácticamente me han obligado a revisionarlo para poder fijarme en todos y con una trama argumental que cada vez atrapa más, que deja un gran sabor de boca y la sensación de estar ante una serie que de seguir así, puede llegar a convertirse en referente en cuanto a adaptaciones del noveno arte.
