Dune, en su reciente adaptación a cargo de Denis Villeneuve, llegó a nuestros cines hace unos días tras un inacabable goteo de retrasos en su estreno debido a los efectos de la pandemia de la Covid 19. Pese a su estelar casting, lo anticipado de su propuesta, y el nombre de su director, había dudas sobre el éxito en taquilla de una película que se vende como primera parte. ¿Habrá segunda parte con estos números?
Con unos 76.5 millones de dólares recaudados en todo el mundo, y a la espera de otros mercados en los que debutar, la taquilla de Dune es el mejor ejemplo de la incerteza matemática en la que se ha sumido este particular mundo del análisis de la taquilla. Desde Tenet hasta Black Widow, desde Wonder Woman 1984 a Shang-Chi, cada uno de los grandes estrenos durante esta inacabable pandemia han visto reducido su potencial en taquilla debido a dos factores clave. Uno, por supuesto, es el producido por la propia pandemia, sea por restricciones en las salas de cine, cierres de las mismas o el miedo del gran público a volver a una actividad tan natural en 2019 como era llenar una sala de cine. El otro se debe a la estrategia de Warner y Disney para estrenar a la vez en cines y en sus plataformas de pago. Dune, sin embargo, es un estreno exclusivo de cines a nivel internacional (no doméstico) por lo que cabe preguntarse si estas cifras son, o no, un éxito. O si van a llegar a serlo en algún momento.
Dune, con ese montante provisional de poco más de 75 millones, se ha marcado un segundo fin de semana de 26.3 millones. Un mantenimiento más que bueno si atendemos a los mercados en los que se ha estrenado y, por supuesto, al porcentaje de taquilla respecto al primer fin de semana. Ese es el factor que suele indicar el éxito de una película: su multiplicador o mantenimiento en salas a costa de boca oreja o de repeticiones por parte de los espectadores.
Ese montante de 76.5 millones se reparte, de momento, en 15 millones de Rusia, 13.4 de Francia y 10.2 de Alemania. Cabe decir que todas esas cifras son mayores que las de Shang-Chi en esos mismos mercados. Dune tiene previsto su estreno en octubre en Corea del Sur e Indonesia, en los europeos donde aún no está disponible y finalmente tiene previsto el debut norteamericano el 22 de octubre. Así pues en este punto, con o sin pandemia, con la taquilla partida en el mercado doméstico (Estados Unidos) entre cines y HBO Max, queda especular hasta donde puede llegar y si esas cifras permiten o no una secuela.
Si extrapolamos el comportamiento en taquilla de Dune en taquilla en Europa y Rusia, al resto de Europa, Oceanía, añadimos una taquilla menor en China y sobre todo sumamos una cifra algo contenida en Norteamérica debido al estreno simultáneo en HBO Max (esa es la peor parte de la nueva normalidad en taquilla: es muy difícil calcular en casos de estreno en plataformas al tiempo que streaming), el resultado es esperanzador de cara a una secuela. Los 300 a 350 millones parecen una posibilidad más que plausible. Más incluso si Norteamérica sorprende con un porcentaje de asistencia a salas que nos de pistas sobre la preferencia del público por ver Dune en salas antes que en casa. No descartamos los 400 millones aunque de ello estaremos casi seguros en cuanto se estrene en el resto de países (con pandemia o sin ella el primer fin de semana suele darnos la proyección final).
¿Es eso suficiente para una secuela? Pues claro. En condiciones pre pandemia, los aproximadamente 165 millones de presupuesto hubieran requerido cifras netamente por encima de los 350 ó 400 millones en taquilla para llegar al margen de beneficios, pero en el contexto actual basta con ponderar el resultado final. Y es que con, pongamos, 350 millones mundiales, Dune tendría suficiente ahora mismo para aterrizar en el Top 10 anual. En cualquier contexto lograr entrar en la lista de los mayores éxitos del año son buenas noticias. Creemos que suficiente para dar luz verde a la secuela.