Masacrada por la crítica, el enésimo intento de clonación de fórmulas pretéritas parece salir, de nuevo, rana para los implicados en la nueva Predator. Su primera posición en la taquilla norteamericana esconde una proyección final cuanto menos dura. Rozando el llanto.
Se ha intentado infinidad de veces pero la recreación, actualización o similares sobre un éxito con varias décadas a sus espaldas rara vez funciona en taquilla. Y no hablamos de personajes establecidos en otros medios antes de su traslación al cine (caso de los superhéroes, por ejemplo) sino de éxitos a menudo generacionales que funcionaron por variables que hoy en día no existen salvo en la nostalgia.
Ocurrió hace un par de años con la nueva Cazafantasmas, incluso con la apreciable Blade Runner 2049, y parece sucederá de nuevo con Predator. La original de 1987 ajusta, según la inflación del precio medio ticket, a unos 141 millones de dólares, mientras que la nueva entrega de Predator, pese a su estreno en la primera posición con unos escasos 24 millones, tal vez no supere ni los 60 millones.
A nivel internacional suma 30 millones, para un total de 54 millones en todo el mundo, por lo que la proyección final en taquilla podría rondar los 200 y poco, sobre todo por la duda de su estreno en China.
Las razones ante este traspiés suelen ser las mismas que las de otros intentos de recreación: parece como si los productores y grandes corporaciones, que nadan entre estudios de mercado, ignorasen con sutil ironía, la principal razón casi generacional que hizo de esas películas un éxito. La fórmula llevaba adherida el tiempo en el que se estrenaron y los espectadores de entonces.
Hoy en día no queda demasiado de todo aquello salvo la confianza en esos mismos espectadores, movidos por la nostalgia (probablemente la mentira más dulce que podamos contar), y eso nunca, jamás, basta para garantizar un éxito en taquilla salvo que la película lleve un «Episodio» delante y un número romano detrás.
Por otra parte la taquilla de esta semana nos ha dejado nuevos hitos para películas en cartelera: Misión Imposible, en su sexta entrega, se ha convertido, sin ajuste, en la de mayor taquilla doméstica de la saga mientras Crazy Rich Asians se ha convertido en el segundo film en alcanzar los 150 millones domésticos sin pertenecer a una franquicia destacada.
A nivel internacional, La Monja añade 51 millones, para un total de 228, Crazy Rich Asians aporta 16 millones y se aproxima a los 200 en taquilla, y la sexta parte de Misión Imposible añade 18 millones más para un total de 760, pese a que podría quedarse sin llegar a los 800.
Para la próxima semana, y viendo los descensos, proponemos un Monja Vs Predator, éxito asegurado, o por lo menos eso creemos desde la redacción de Cinéfilos Frustrados!