La Nouvelle Vague fue un movimiento -más bien anti-movimiento- que surgió a finales de los años 50 en Francia y que tuvo su máximo esplendor en los 60. Su frescura, rebeldía y motivación impactó en el séptimo arte y dejó huella.
Para hablar de la Nouvelle Vague nos tenemos que ir, para empezar, al año 1951, momento en el que André Bazin crea la revista cinematográfica Cahiers du Cinema (Cuadernos de cine); no siendo consciente de que estaba empezando a moldear el cine. La revista empezó funcionando bien, pero solo era una entre muchas más. No fue hasta un par de años más tarde, cuando Bazin decidió contratar a jóvenes críticos para que dejaran por escrito su entusiasmo.
Era gente que vivía en la filmoteca y que adoraba el cine por encima de todo. Ellos eran François Truffaut, Jean-Luc Godard, Claude Chabrol, Eric Rohmer y Jacques Rivette. Entre sus favoritos estaban Fritz Lang, Orson Welles, Hitchcock, Robert Bresson, Jean Renoir y Roberto Rosselini, entre otros. Distrutaban del cine negro y del neorrealismo italiano y dedicaban extensos artículos a sus autores favoritos. Pero lo que realmente consiguió que Cahiers du Cinema destacara fue su espíritu crítico.
En 1954, François Truffaut escribió el artículo más importante de la revista. Se tituló Una cierta tendencia en el cine francés, y en él criticó el cine de su país. Lo acusó de ser falso, de crear una realidad muy alejada a la vida. También defendió la importancia del director en la creación de una película. Un film debía ser concebido por su director -el verdadero autor del film-, y no dejar tanto control a los guionistas. El artículo causó revuelo en su momento, aunque no cambió nada. Pero sí que dejó las pistas de las que serían las bases del cine de Truffaut y compañía.
Triunfo en Cannes y primeras obras
Alternando su labor de redactores, los futuros cineastas empezaron a dar sus primeros pasos. Dirigieron pequeños cortos, que ya dejaban entrever lo que supondría más tarde. No fue hasta 1958 cuando Claude Chabrol, gracias al dinero de una herencia, estrenó dos películas: El bello Sergio y Los primos. Aunque funcionaron bien en taquilla y tuvieron buenas críticas, no fue hasta el año siguiente cuando la Nouvelle Vague entró en el panorama del cine mundial. En 1958, Truffaut fue expulsado del Festival de Cannes por su criticismo. Su venganza llegaría solo un año más tarde. Los cuatrocientos golpes, su ópera prima, e Hiroshima, mon amour de Alain Resnais fueron todo un éxito en Cannes. Truffaut se fue a casa con el premio a mejor director. 1959 fue el año clave para el desarrollo de la nouvelle vague.
Al final de la escapada: la ruptura definitiva
El éxito de Truffaut en Cannes le permitió firmar con un productor para su siguiente film. Truffaut se encargaría del guión y Chabrol de la dirección. No obstante, finalmente fue dirigida por Jean-Luc Godard. Al final de la escapada se estrenó al año siguiente y causó un gran revuelo. Ninguna película había mostrado hasta ese momento tanto descaro como lo hizo Godard en su primera obra. Dividió a la crítica y al público, pero fue todo un éxito de taquilla. La peculiar dirección de Godard y su montaje han influenciado a cientos de cineastas de generaciones posteriores. Junto con Los cuatrocientos golpes es la película más representativa.
Desgraciadamente, la Nouvelle Vague nunca tuvo tanto éxito como en sus primeros años. Poco a poco, esa rebeldía que les caracterizaba se perdió a favor de una evolución cada vez más personal.
Características
Los cineastas de la Nouvelle Vague defendían la teoría de autor. Defendían que el director era el autor del film, y que debía tener más importancia que el guionista y productor en el conjunto final de la obra. Por lo tanto, se consideraban el autor de la película. También se alejaron de los estudios de las grandes producciones, pues les pareció muy poco natural y alejado de la vida cotidiana, a la que intentaban acercarse cuanto más mejor. Sus películas muestran la sociedad francesa de la época con una estética en muchas ocasiones casi documental -influenciada por el neorrealismo-. Esto aportó una frescura que el cine nunca había experimentado. Además, consideraban que la cámara era como el lápiz para el escritor. Empezaron a jugar con ella, a moverla con total libertad. La cámara se paseaba por París sin miedo, sin permiso, bajo la mirada de los ciudadanos.
Su cine era el reflejo de una época. Se rompieron muchos tabúes. El amor, el sexo, la prostitución, la infancia o la diferencia de clases eran temas recurrentes y se mostraban sin ningún problema. La mujer tuvo la importancia que se merecía y que nunca había tenido -salvo en algunas ocasiones, como en el cine de Bergman-. No dudaron en homenajear a sus artistas favoritos. Siempre dejaban referencias a pintores, músicos, escritores y principalmente, directores. Los personajes a menudo discutían sobre algún libro o alguna película. Era un canto a la vida, pero que a la vez mostraba las preocupaciones de la Francia de posguerra.
Autores más influyentes
La nouvelle vague contó con un gran número de directores. Claude Chabrol, Eric Rohmer, Jacques Rivette, Agnes Varda, Alain Resnais, Jacques Demy aportaron su grano de arena y su visión al mundo cinematográfico. Sin embargo, son dos los que destacan por encima del resto: François Truffaut y Jean-Luc Godard.
François Truffaut
François Truffaut (1932-1984) tuvo una infancia complicada. Desde muy pequeño se sintió fascinado por el cine, al que recorría para escapar de su desagradable vida. Durante su infancia se escapaba de casa y se colaba en el cine sin pagar. A los 16 años fundó un cineclub. Este entró en quiebra, y Truffaut tuvo que robar para poder mantenerlo. Pasó en la cárcel un pequeña temporada, pero volvió un par de años más tarde. Fue poco después cuando empezó su carrera como crítico de cine para Cahiers du cinema.
Truffaut creía que al cine le faltaba sinceridad, y su intención era que eso mejorara. Antoine Doinel, el protagonista de Los cuatrocientos golpes, es un alter ego del director. A través de una serie de películas que narran la vida de Antoine, Truffaut ha plasmado en sus películas gran parte de su vida. Debido a su cinefilia, ha tocado algunos géneros como el cine negro y la ciencia ficción, pero siempre manteniendo su estilo. Las relaciones de pareja han sido el tema central en su filmografía. Truffaut aportó al cine una sensibilidad y espontaneidad que pocas veces se había contemplado.
Jean-Luc Godard
Jean-Luc Godard (1930-) llegó al cine más tarde que Truffaut. Aficionado a la pintura y a la literatura, no conoció su amor por el cine hasta los 18 años. Conoció a Truffaut a los 19 en un festival de cine, y se hicieron grandes amigos. No obstante, cinematográficamente siguieron caminos muy distintos.
Godard concebía el cine como un arte total y libre. Realizó diez películas entre 1960 y 1965, año en el que se considera que acaba la Nouvelle Vague. Cambió radicalmente la forma de hacer cine, con un montaje abrupto y el uso de la cámara en mano, entre otras cosas. El tema principal durante esta etapa son la muerte y la imposibilidad del amor. En muchas ocasiones sus películas eran un collage de otras obras, pues incluían fragmentos de pintura, literatura y música más que cualquier otro autor. La última obra de esta etapa, Pierrot el loco (1965), muestra todas las características de su cine hasta ese momento. Su cine cambió considerablemente a partir de 1965. Sus películas empezaron a tener un alto contenido político y se alejaban de la ficción para mostrar ensayos marxistas.
Películas más representativas
- Los cuatrocientos golpes, Truffaut (1959)
- Hiroshima, mon amour, Resnais (1959)
- Al final de la escapada, Godard (1960)
- París nos pertenece, Rivette (1960)
- Jules y Jim, Truffaut (1961)
- Cleo de 5 a 7, Varda (1962)
- Vivir su vida, Godard (1962)
- Los paraguas de Cherburgo, Demy (1964)
- Pierrot el loco, Godard (1965)
La importancia de la Nouvelle Vague en la historia del cine es notable. No fue realmente un movimiento, ya que no tenía reglas. Los autores tenían en común un gran amor por el cine y un carácter rebelde. Gracias a la rebeldía de estos autores el cine cambió radicalmente en fondo y forma. El cine moderno nació con sus películas.