Good Time (2017): El peso de una película

Good Time

Título original: Good Time | Dirección: Josh Safdie y Benny Safdie | Guión: Ronald Bronstein y Josh Safdie | Música: Oneohtrix Point Never | Fotografía: Sean Price Williams | Reparto: Robert Pattinson, Benny Safdie, Buddy Duress, Taliah Lennice Webster, Jennifer Jason Leigh y Barkhad Abdi| Productora: Elara Pictures y Rhea Films

Los hermanos Safdie irrumpieron en el thriller contemporáneo con Good Time, un correcto ejercicio de suspense nocturno que no sabe muy bien por dónde decantarse. Pero por encima de todo, Good Time es la película que nos empezó a abrir los ojos con Robert Pattinson.

Ayer mismo me abrí una cuenta de Netflix después de haber renegado durante los dos últimos años y medio de la plataforma. Después de tanto tiempo, es lógico que tuviera una lista con películas que solo puedo encontrar ahí. Hablo tanto de producciones originales de Netflix como de films que no encontraron distribución en España y llegaron a través del gigante de streaming. Good Time, de los Hermanos Safdie, era una de mis asignaturas pendientes.

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Lo único que sabía de Good Time antes de intentar adentrarme en ella era quién era su protagonista, la carrera posterior de sus directores y un par de imágenes. Iba totalmente a ciegas a sumergirme en la noche que propone; o al menos a intentarlo. A pesar de los esfuerzos que hace, Good Time no consigue envolver al espectador en el decadente mundo que imagina. La atmósfera está realmente estudiada y uno puede percibirla, pero falta talento para que traspase la pantalla y se instale en la psique del espectador. Quizá «talento» no sea la palabra ideal. Más bien falta experiencia. Los Hermanos Safdie dominan muchos registros imprescindibles en el arte de contar historias, pero en ocasiones eso no es suficiente.

Volvemos al tema recurrente que tanto echo en falta en muchas de esas películas que se quedan a medio camino. La memorabilidad es imprescindible para que una obra se mantenga intacta con el paso de los años. En Good Time encontramos elementos que podrían haber dado mucho más de sí, pero el tratamiento que reciben no hacen justicia a su potencial. El caso más claro es la botella de ácido. Estamos acostumbrados a ver las drogas retratadas de modos muy convencionales en el cine. Fajos de cocaína, cuartos repletos de plantas de marihuana, jeringuillas… en cambio, Good Time incorpora una variante muy atractiva visualmente que da sentido al último acto del film y no llega a consolidarse como un elemento realmente interesante. El tratamiento es muy importante a la hora de plasmar una idea, y Good Time falla estrepitosamente en eso.

Robert Pattinson en Good TimeEl mayor reclamo de este film lo hemos encontrado con el paso del tiempo. Echar la vista atrás y ver que Robert Pattinson empezó a subir como la espuma con una película que aquí es desconocida. Cosas que tiene el cine. El actor que tan alto llegó (a nivel de popularidad) con Crepúsculo pasó del todo a la nada en cuanto concluyó aquella saga de vampiros adolescentes. Su golpe sobre la mesa en los años posteriores apenas ha calado hondo en España, aunque a partir de Good Time su nombre está empezando a ser tratado como se merece.

Good Time es Robert Pattinson. La expresión «lleva el peso de la película» no suele ceñirse a la realidad, pero aquí hay razones de sobra para proclamar esas palabras y tener toda la razón del mundo. El magnetismo que desprende el sociópata que con tanta frialdad construye Pattinson es lo que hace de Good Time una película que merece la pena ser vista. Es cierto que la cinta falla en la memorabilidad de la botella de ácido, sin embargo el personaje de Connie Nikas es muy interesante y su imagen queda fija en la retina del espectador. Esa ropa de barrio. Ese pelo teñido de rubio. Esa barba poco cuidada. Al César lo que es del César.

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No podemos hablar de Good Time como si fuera una mala película. Ni siquiera es fallida. Simplemente desaprovecha algunos aspectos que la habrían alzado a otra categoría. A pesar de todo, siempre será la película que nos empezó a abrir los ojos con Robert Pattinson, ese actor que sí que puede llevar el peso de una película.