Festival de Cine Europeo de Sevilla: Crónica del día 2 (4 de noviembre)

Seguimos en el Festival de Cine Europeo de Sevilla con pie firme, desde primeras horas de la mañana hasta entrada la madruga al pie del cañón, recuperando fuerzas mientras escribo estas líneas para volver recargados para el día siguiente, pues esto no ha hecho más que comenzar.

A partir de este segundo día, la primera sesión del Festival de Cine Europeo de Sevilla comienza tres horas antes que la del día anterior, lo que nos regala una película más para ver y un madrugón más intenso. Esta primera sesión es Algo muy gordo, cinta protagonizada por el conocido cómico Berto Romero y dirigida por Carlo Padial (Taller Capuchoc).

Dos Olas Nuevas muy diferentes

Perteneciente a la sección Las Nuevas Olas, estamos ante un falso documental que simula el making off de una novedosa película que trata de revolucionar la comedia, realizando un filme enteramente por CGI, ya se empieza a notar la ironía desde su premisa. La película no llega a ser un bodrio esperpéntico, pero si hay veces que llega a rozar la vergüenza ajena, y no en el sentido cómico.

Es un intento de comedia de situación que no llega a estar bien ejecutado del todo y que conmigo particularmente no cuajo, de hecho al final todo el público se quedo un poco con «cara de tonto» ya que no sabíamos si había terminado, era parte de la obra o qué pasaba ahí, un final cuanto menos poco destacable. Eso sí, chapó por Carlos Areces, un tío que es capaz de hacerte reír solo con su presencia tiene mucho mérito.

Tras ver la que por ahora ha sido mi peor película del festival, pasamos a Ava, cinta francesa que desconocía totalmente y no ha podido sorprenderme más. Ojito a la nueva generación de directoras, y actrices, francesas que viene pisando fuerte. La directora en concreto se trata de Léa Mysius, que debuta en el largometraje de mejor manera imposible, con toda una joyita que puede recordar en la forma de llevar la historia a la brillante Crudo.

Ava nos sitúa a los «ojos» de una niña de 13 años que comienza a perder la vista de una manera muy acelerada, y tratará de superar el problema a su manera. Cargada de simbolismo, jugando con temas tabúes como el sexo a edades tan tempranas y con un toque cómico que le aporta mucha frescura, estamos ante uno de las grandes obras franceses del año. Apúntense el nombre de Léa Mysius y la actriz protagonista, Noée Abita.

La Selección EFA capaz de lo mejor y lo peor

De Las Nuevas Olas pasamos a lo más «mainstream» del Festival de Cine de Sevilla, la selección realizada por la Academia del Cine Europeo (EFA). Comenzamos con la ganadora a Mejor Película en el Festival de Sitges, la húngara Jupiter´s Moon. He de decir que he quedado maravillado con todo su aspecto técnico, de sobresaliente sin duda, pero también acompañado de un gran guion que abarca temas sociales que tenemos muy frescos a día de hoy, como el terrorismo o la inmigración. Sin embargo, en el guion también está mayor pecado, pues se pasa de derrape en la curva final y da la sensación de no saber como cerrar la historia, lo que desencadena en un alargue de metraje que no le hace ningún bien. Una cosa curiosa de esto es que en la propia programación del Festival, la duración viene recortada unos 20 minutos, lo cual de ser cierto haría mucho mejor la película, unos visionarios.

Con Jupiter´s Moon hemos alcanzado el pico del día, así que ahora toca descender. La primera bajada viene con Insyriated (título que le viene al dedillo). En esta película de bajísimo presupuesto, se nos presenta a una familia encerrada en un piso, que sirve a modo de fortín para la devastadora guerra que está ocurriendo fuera, pero que también cobra el papel de cárcel, pues aun queriendo es imposible escapar de ahí debido a los francotiradores de alrededor. Con esta interesante premisa y un comienzo impactante, nos queda finalmente una cinta que es superada por su idea, pues no sabe sacarle todo el jugo y se nota que se le hace grande como largometraje. Esta propuesta hubiera sido mucho mejor como corto o mediometraje, ya que el momento en el que la historia se toma un descanso para desarrollar a los personajes y sus conflictos, el filme deriva totalmente.

Y terminamos con mi primera gran decepción, y espero que la última, del Festival de Cine Europeo de Sevilla, Happy End del maestro Haneke. El alemán nos cocina un refrito de temas ya vistos en su filmografía, aderezados con chats de Facebook y grabaciones de vídeos verticales comentadas. Con esto nos deja un primer plato de aburrimiento total, seguido de un segundo plato de desconcierto, sin saber ni el qué ni el para qué. Pero eso sí, nos regala un buen postre, un postre del Haneke más ácido, con unos 20 minutos finales que están a años luz del resto de metraje, de hecho recomiendo saltarse la primera hora y media y ver solo esos 20 minutos finales. No se necesita más contexto que saber que es una familia burguesa trastornada que se ha buscado las desgracias por sí mismos.

Con esto ponemos fin a un intenso segundo día, y cuyo tercer día promete ser mínimo igual de agotador. Más de doce horas de festival rematadas con el Haneke más difícil de ver hacen estragos, pero aun nos queda un largo camino.