DCEU, crónica de un desastre: Suicide Squad (2016)

Director y Guión: David Ayer) | Producida por: Charles Roven, Richard Suckle | Reparto: Will Smith, Jared Leto, Margot Robbie, Joel Kinnaman, Viola Davis, Jai Courtney, Jay Hernandez, Adewale Akinnuoye-Abbaje, Karen Fukuhara Clara Delevingne | Música: Steve Price | Duración: 123 minutos

Las dos primeras entregas del llamado DCEU se saldaron con una notable división entre fans, crítica y recepción comercial. En 2016, apenas unos meses después de Batman v Superman, llegó Suicide Squad (Escuadrón Suicida), para lograr el primer consenso: el primer batacazo cualitativo claro de este universo y, sin embargo, su éxito más rotundo. Y eso que el film de David Ayer sufrió las exigencias de Warner en busca de un tono más ligero y la necesidad de rehacer el film en los meses previos a su estreno.

En 2016 el DCEU llegaba a su tercer film, y segundo del año, con esta Suicide Squad que rompía notablemente con el tono visto en Man of Steel y Batman v Superman para irse hacia derroteros más ligeros, cómicos y grupales. Las comparaciones con la casa editorial del vecino nos parecen injustas, de entrada, debido en buena parte a que la recreación de algo que está arrasando cuando tu propia editorial cuenta con el único arsenal de personajes similar no es copiar a nadie: es sentido común (y de paso conviene recordar que esto de los superhéroes en cine lo empezó Warner y DC con aquella maravillosa Superman de Richard Donner). Pero la llegada de Suicide Squad, y por supuesto toda la retahíla de informaciones, fotografías y demás (estos films surgieron en una era en la que el proceso de rodaje era destripado sin piedad en redes, foros etc), sugerían una similitud con la exitosa salida de tono que supuso Guardians of the Galaxy (James Gunn, 2014). Revisando esta Suicide Squad no podemos negar que Warner, tal vez, perseguía ese tono. Fracasando por completo en ello, claro.

Suicide Squad 01

Es sorprendente la apuesta de Warner por Suicide Squad. No tanto por apostar por el film, el cual -como tantos otros del género- llevaba tiempo en desarrollo, sino por su integración en el nuevo universo que estaban construyendo. Tras dos films liderados por Zack Snyder (el primero junto a Christopher Nolan) y bañados por ese aire sombrío, de emoción contenida, y clara intención de alejarse de adornos pulp que resten peso específico al mensaje, Warner anunciaba un film con Harley Quinn, Joker, Killer Croc… El resultado, además, fue alterado mediante unos reshoots tardíos, y posteriores a Batman v Superman y su polémico recibimiento, que según Warner pretendían aligerar el film. El resultado fue que tras unas cinco horas de rictus acongojado nos ofrecían unas dos horas de humor, emociones (fracasadas) y cierto aire pulp. Y todo sobre lo que se intuye era una voluntad inicial algo más contenida. Lamentablemente el resultado final, salvo en una sorprendente gran taquilla, fue decepcionante.

Suicide Squad 02

Suicide Squad, como producto final, quiere venderse como un film canalla, y molón (el uso indiscriminado de clásicos rock que pegan casi con cualquier cosa no anticipa nada positivo dado lo impersonal de la apuesta) en el que un grupo de teóricos villanos son reclutados por una gélida agente gubernamental para realizar ese tipo de misiones, que por su condición de meta humanos y obedientes reclusos, aceptarán sin rechistar demasiado. La presentación de los personajes según sus historiales y habilidades, a modo de reclutamiento por parte del gobierno, casi a lo Ocean’s Eleven, anticipa el problema de todo Suicide Squad: se pega un buen piñazo en todas sus intenciones molonas. Ni esos personajes tienen carisma, ni infunden respeto como villanos, ni aportan una historia previa o una personalidad que nos importe y, lo peor, el habitual viaje grupal del género (nos hacemos amigos, entendemos la misión, recapacitamos etc), se ejecuta sin que las emociones o el desarrollo de los personajes sea capaz de ir más allá de la palabra escrita. Un buen ejemplo lo tenemos cuando el personaje de El Diablo (Jay Hernandez), de un momento de súbita epifanía, se desata con un grito emotivo aludiendo al grupo suicida como su familia. El problema, y el sentimiento de vergüenza ajena, llega cuando recuerdas la nula relación de este personaje con el resto por lo que la escena fracasa de principio a fin. En menor medida ese problema reaparece antes y después con la relación entre Deadshot (Will Smith) y Harley Quinn (Margot Robbie), la del primero con su hija (que sea una niña mona y buena estudiante no basta) o, de nuevo, la del primero (imaginamos Will Smith era pretendido como eje emocional del film) con Flag (Joel Kinnaman).

Suicide Squad 03

En lo que se supone es film grupal de villanos molones se nos presenta la peor unión de supervillanos vista en el cine: poderes desiguales y algunos de nula practicidad cuando hablamos de enfrentarse a fuerzas que requieren un equipo especial de meta humanos para vencer grandes amenazas. Salpicando todo ello, esos intentos de conexión emocional, y esa acción sin más, aparecen Joker (Jared Leto) y Harley Quinn conjugando lo peor y lo mejor del film. La sola presencia del Joker, cuyo personaje va ligado a los mayores hitos en taquilla de Batman (Batman, The Dark Knight y Joker), anticipa un posible desastre cuando el recuerdo de Jack Nicholson, Heath Ledger y ahora Joaquin Phoenix, se cruzan en nuestra memoria. No sólo ni se acerca a ellos sino que toda la interpretación de Jared Leto bordea la vergüenza ajena o bien un intento (otro más) de pretensión alocada que queda en la nadería del envoltorio.

Harley Quinn (Margot Robbie) tiene el mismo problema que el Joker y que todo el film: un intento, vacío, de ser molona, en este caso de una suerte de reina de bajo fondo hortera que está muy loca y debemos creerlo porque va soltando líneas así como atrevidas. Sin embargo es lo mejor del film porque Margot Robbie es uno de esos aciertos de casting que salvan el descalabro a costa de cierto carisma (sin pasarnos) y sobre todo sus breves escenas como la doctora Harleen Quinzel. Y eso que, en esos momentos, el personaje pisa totalmente terreno Joel Schumacher en Batman Forever y Batman & Robin.

El único aliciente de esta Suicide Squad es que son dos horas de acción casi ininterrumpida. Por supuesto eso no son buenas noticias pero en este caso evitan el tedio en favor del ajetreo (aunque es mucho menos definido y jugoso que las, también, excesivas escenas de acción de Snyder en Man of Steel y Batman v Superman) aunque no se nos escapa la obviedad de una trama que roza el plomizo por bandera: reunión del grupo y un par de mega momentos de acción descerebrada para terminar con una bruja y su hermano que pretenden, claro, acabar con todo y todos. O algo así. El final tiene su punto de cachondeo involuntario (creemos) cuando hacen una suerte de homenaje a Cazafantasmas, inclusive el momento Dana (aquí June) reapareciendo, viva, tras terminar con Zuul (aquí la Bruja). Total.

Suicide Squad 04

El sentimiento de pertenencia al DCEU se fía a un par de apariciones de Batman (Ben Affleck), así como las de Flash (Ezra Miller) y Aquaman (Jason Momoa), en un film que no termina de sentirse tanto fuera de ese universo como candidata al olvido por pura falta de sustancia. Su equivalente en la casa de las ideas contaba con alguien que basa su trabajo en los personajes y los diálogos, precisamente el mismo tipo, James Gunn, que va a dirigir la secuela, pero que no es secuela, de Suicide Squad. Hasta ese punto nos lleva la comparativa.

Suicide Squad, pese a unas críticas al nivel de tal despropósito (en la famosa Rotten Tomatoes hizo match con Batman v Superman y logró otro porcentaje por debajo del 30%). Sin embargo a nivel de taquilla fue un éxito: logró 746 millones sin haberse estrenado en China. Ese dato es el que le otorga el título de mayor éxito del DCEU hasta ese momento, no sólo por el montante de más que podría haber logrado, sino por tutear a Batman v Superman, o superar por mucho a Man of Steel, siendo… Pues eso, el Escuadrón Suicida!