Parecía que no iba a llegar nunca el estreno de la esperada The Batman. Tras dos años del inicio del rodaje, una pandemia mundial, la recomposición de este camarote de los Hermanos Marx que es DC y su universo, llega una nueva película de un personaje con una historia fascinante en taquilla. Y de paso nos preguntamos hacia donde pueden ir los tiros con The Batman.
El estreno de The Batman el próximo 4 de marzo es la cuarta iteración (películas de animación aparte) del personaje creado por Bob Kane por parte de Warner. Pese a que en los últimos años el personaje ha vivido momentos convulsos en taquilla y crítica, sin desmerecer un considerable apoyo por parte de los seguidores del género, la historia de Batman en la taquilla es fascinante por disponer, literalmente, de casi todas las posibilidades de éxito, desaprovechamiento del mismo, lograr un renacer con bajos números, lograr la mayor secuela de la historia (con permiso de Terminator 2) o toparse con la peor recepción posible tras un estreno millonario.
La cocción de la primera entrega de Batman (Tim Burton, 1989) pasó a los anales de la historia. Empezando cuando Superman siquiera se había estrenado, con un largo trabajo de pre producción que se alargó durante casi toda la década de los años 80 (década en la que Spider-Man o Watchmen, entre otras, ya andaban circulando por los despachos) y culminó con una ristra de fichajes polémicos a finales de década: Tim Burton, Michael Keaton, un rockero para realizar la banda sonora… El resultado, sin embargo, fue apoteósico. Y en Norteamérica directamente fue un fenómeno social. Replicó y mejoró el ya monumental éxito de Superman. Su anticipación en taquilla fue tal que debutó en Norteamérica con 40.4 millones, rompiendo el record de debut que en esa misma primavera habían batido las secuelas de Cazafantasmas e Indiana Jones.
Un debut que sólo fue el preludio de una colección de records que dieron fe de una de las precursoras en el uso del marketing y el merchandising en términos de blockbusters. Sus 411.5 millones, incluyendo 251.3 en Norteamérica (por entonces los superhéroes no triunfaban tanto fuera de su país de origen), son testigos de un fenómeno que arrasó en las salas de cine durante 1989. Nadie se sorprendió, claro, cuando Batman Returns (Tim Burton, 1992) volvió a romper su propio record de salida con 45.6 millones. Su taquilla final, 266.8, fue considerablemente menor que su antecesora pero suele ocurrir con primeras entregas que se convierten en algo más (Star Wars, Harry Potter,, Vengadores etc).
Si ajustamos tenemos que Batman, sin todo el planeta volcado como ahora en el género, sin China ni tantos otros mercados, hizo unos 1000 millones de hoy en día. Su secuela fue bien y en línea, por ejemplo, con la secuela de Superman II. Inexplicablemente las dos siguientes entregas fueron otra historia. Batman Forever (Joel Schumacher, 1995) volvió a cargarse el record de debut con 52.7 millones, logró unos apreciables 336.7 millones a nivel de taquilla mundial pero las críticas no acompañaron y su secuela Batman & Robin (Joel Schumacher, 1997) bajó hasta los 238.5 millones y fue universalmente destrozada por críticos y seguidores del personaje.
Aunque parezca mentira Batman, y un posible regreso con otra iteración, era una apuesta arriesgada cuando Warner trataba con Darren Aronosfsky, Joss Whedon y, finalmente, Christopher Nolan, allá por los primeros 2000. Batman Begins, con sus 373,6 millones, fue un resultado verdaderamente ajustado para un personaje como Batman. Su ratio 55/45% en taquilla doméstica/internacional, incidía de nuevo en la diferencia de éxito en Norteamérica vs resto del mundo. ¿Cómo pasamos de ese punto a que The Dark Knight fuera un éxito arrollador?
Tal vez fue la muerte de Heath Ledger o una campaña de marketing sensacional, o la buena recepción de Begins, o probablemente todo a la vez, pero el asunto es que The Dark Knight (Christopher Nolan, 2008) no sólo debutó con unos entonces tremendos 158.4 millones (cuarta vez que la saga Batman se cargaba el record de debut) sino que terminó con unos sensacionales 1005.9 millones. El ratio 53/47 indicaba, eso sí, que seguía siendo patrimonio local. Sin embargo Spider-Man (2002-2007) y las primeras entregas del universo de Marvel empezaban a extender el éxito del género por todo el mundo. The Dark Knight Rises (Christopher Nolan, 2012), empequeñecida por el éxito histórico de Los Vengadores, logró 1081.1 millones y un ratio más moderno de 42/58. Huelga decir que la trilogía de Nolan fue, y es, ampliamente apreciada por crítica y seguidores.
El anuncio del rodaje de Batman V Superman suponía una nueva iteración del personaje y la premisa, incluso el título, dispararon las expectativas. El debut fue, de nuevo, extraordinario con 166 millones en Norteamérica (el record en este caso andaba ya por encima de los 200 millones) y 422.5 millones a nivel mundial. Sin embargo la película sufrió una de las peores recepciones vistas en la historia del blockbuster y se desplomó a partir de la segunda semana. Si un multiplicador de 2 a 3 es síntoma de recepción óptima, uno por debajo del 2 tanto en Norteamérica (1.99) como mundial es algo inaudito. La misma o incluso menos gente que vio la película en su fin de semana de debut lo hizo en el resto de su carrera comercial. Al final se quedó en 330.3 millones en taquilla doméstica y 873.6 mundial.
¿Qué va a ocurrir con The Batman? Como siempre las preventas nos indicaran el camino pero cuesta imaginar un debut doméstico por debajo de los 100 millones. La credibilidad comercial del personaje vuelve a estar en duda, como en 2005, pero la buena recepción de los trailers y la sensación de que se está cociendo algo especial debería elevar su potencial taquilla. Las calificaciones por edad y la duración de 3 horas pueden limitar la taquilla. Si el debut en el frente doméstico e internacional se ajusta a la expectativa, con salidas de más de 100 y 300 millones respectivamente, y un multiplicador acorde a buena recepción, The Batman sería candidata a rebasar los 1000 millones en taquilla. Pronto podremos afinar más. Mucho más.