Crítica de La Maldición de Hill House (2018): Bailando en la Habitación Roja

Dirección: Mike Flanagan | Guion: Mike Flanagan, Elizabeth Ann Phang, Scott Kosar, Meredith Averill, Jeff Howard, Charise Castro Smith, Rebecca Klingel (Libro: Shirley Jackson) | Producción: Amblin Television / Paramount Television. Distribuida por Netflix | Fotografía: Michael Fimognari | Música: The Newton Brothers | Reparto: Michiel Huisman, Carla Gugino, Henry Thomas, Elizabeth Reaser, Timothy Hutton, Victoria Pedretti, Kate Siegel,

La Maldición de Hill House

A principios de octubre y por motivo de Halloween, Netflix estrena La Maldición de Hill House, una serie de 10 capítulos de Terror Psicológico, Casas Encantadas y Drama que destaca por lo elaborado de su trama, fotografía y mantener el listón bien alto durante toda la temporada. Un nuevo exitazo de la plataforma que confirma su buen hacer durante los últimos meses.

A pesar de que Netflix, tras su estreno en España y con un creciente aumento de la popularidad a nivel mundial, lleve los dos últimos años acumulando éxito tras éxito y sea la casa de acogida para una multitud ingente de producciones, me mantengo alejado de las ficciones que suelen petarlo en la plataforma y van en boca de todos; ya sea por su calidad, promoción o los rostros que las protagonizan. Un cúmulo de cosas. De esta forma reconozco que cuando La Maldición de Hill House comenzó a ganar enteros entre lo más visto y las Redes Sociales se llenaron de comentarios positivos, mi mente me hizo pensar que estábamos ante una nueva serie que no vería… hasta un comentario. Y es que Ángel Sala, director del prestigioso Festival de Cine Fantástico de Sitges, declaró en Twitter que La Maldición de Hill House se trataba de una de las mejores obras de Terror que había tenido el gusto de presenciar y, además, una de las sorpresas del año. Y eso, amig@s, son palabras mayores.

Por tanto, me armé de valor, cogí mi mando a distancia y me preparé para ver el piloto de una serie de 10 capítulos que, honestamente, pintaban bastante bien a pesar de la ordenanza de mi mente de «stay away, motherfucker». ¿Y el resultado? Puf, amig@s, llevo varios días sin consultar mi WhatsApp (desatiendo las felicitaciones de cumpleaños, inclusive) y solo pendiente de una pantalla en mi vida: la misma que encendí para ver el primer episodio. La Maldición de Hill House ha conseguido destruir mi estigma y alzarse como de lo mejor que he presenciado en 2018.

La serie nos sitúa dentro del seno de la Familia Crain, un matrimonio con cinco hijos que viaja de casa en casa, las reforma y repite la operación hasta conseguir la que sueñan con la vivienda definitiva, diseñada por la madre: Olivia Crain. La Maldición de Hill House comienza en el pasado -porque aquí los viajes en el tiempo los hacemos nosotros, constantemente-, con una secuencia rodada con maestría en la que Nell, la menor de todos, dice a su padre que ha vuelto a ver a la mujer con el cuello roto que se le presenta noche tras noche. La cámara nos mantiene alejados de la acción, como si fuéramos un espectador de lujo, y convierte a los actores en meros personajillos diminutos en un casoplón que se alza imponente en cualquier habitación. Primer rasgo de estilo y primer aviso: Hill House es la protagonista, no la familia. Y vaya si estoy de acuerdo.

Tras esto, comienza un viaje a través del pasado, presente y futuro de la Familia Crain que consigue algo que cada día es más difícil debido al alto volumen de producción y la cultura audiovisual: sentir al espectador inseguro. Las obras de Terror suelen ser una montaña rusa en la que la subida pinta apasionante y, por contra, la bajada está inmersa en la plena decepción. ¿Por qué? Porque las expectativas están muy altas y ya hemos visto lo mismo en multitud de obras. Es inevitable sentir un chasco cuando todo explota y sentimos la seguridad de una trama que ya nos ha contado todo y perdió la capacidad de sorprendernos. La Maldición de Hill House, sin intención de inventar la rueda y queriendo darle un giro de tuerca, lo consigue constantemente. ¿Cómo? Haciendo que el viaje en líneas temporales nos descoloque, nos centre y sintamos que, constantemente, estemos perdiéndonos detalles importantísimos en la resolución de la trama. Es una constante debacle hacia nuestra capacidad de raciocinio que quiere que, antes de que nos hagamos preguntas, haya nuevas dudas igual de interesantes por resolver. Y, entre medias, un susto muy bien ubicado o un diálogo con una carga dramática que, nuevamente, nos mantiene enganchados, nos hace empatizar con los personajes y, cuando comenzamos a preguntarnos o sacar conclusiones, nos distrae con un potente Jumpscare o una nueva ración de dudas que reescriben las anteriores o las añaden. Todo esto, además, dando vueltas a los mismos sucesos y reescribiéndolos constantemente. Consiguiendo también no agotarlos. Es un triunfo tremendo.

La Maldición de Hill House (01)

La serie no rehuye de los tópicos del género y, de hecho, los abraza sin ningún pudor. Tenemos una familia que se muda a una casa encantada, una especie de medium -no sabía definir muy bien los poderes de Theodora-, jumpscares por doquier, una habitación prohibida que encierra el secreto de la trama, fantasmas que flotan y señoras con el pelo muy largo que nos aterran. ¿Por qué aquí funciona y en muchas otras no? Por su brillante estructura y la manera de ubicarlo. La Maldición de Hill House juega a las mil maravillas con el Terror Psicológico, Terror Sobrenatural y Drama Psicológico para que: 1.- empaticemos con la historia de los personajes, y 2.- no sintamos el agotamiento de unos episodios longevos. De esta forma tenemos episodios en los que priman y son más relevantes los momentos de puro Terror o, de lo contrario, el drama de los personajes. Así, ¿qué se consigue? Nuevamente, hacer que el espectador se sienta inseguro y darle la sensación de que la historia nunca deja de avanzar, a pesar de que sea un constante vaivén entre los mismos acontecimientos. Una delicia.

Además, ¿qué tenemos con los aspectos formales? Una fotografía cuidadísima con un uso casi constante y muy elegante del Teal & Orange, y una música capitaneada por un track principal que refuerza los momentos dramáticos o de tensión, consiguiéndolo. Sin embargo, es en el Episodio 6 cuando narrativa, fotografía, cámara y música se entretejen para regalarnos un falso plano secuencia durante casi toda la duración donde se combina drama, terror, sustos y viajes entre tiempos con una maestría asombrosa. Un episodio donde tenemos el corazón en un puño y que sirve como lanzadera de la 2da Parte de esta maldición tan bien ejecutada.

La Maldición de Hill House (02)

Por último, y para añadir dos peros, todo el mundo ha estado hablando del ya mítico susto del Episodio 8 en Twitter y argumentando que es de lo mejor del género. Mi pregunta es: ¿por qué? De todos los jumpscares que la serie tiene, que no son pocos, ese es, sin dudas uno de los que más sin sentido tienen y la única forma de justificarlo es para reforzar el diálogo con gran carga dramática que le sigue y tener al espectador en su mano. Desde el punto de vista estructural es magnífico, pero el susto, como susto, no tiene mayor justificación que la de hacernos botar del asiento. La segunda se refiere a alguna de las partes de su capítulo final: se da demasiado bombo al apartado psicológico de los personajes, que a esas alturas ya los conocemos como si los hubiésemos parido y, por contra, se descuida la vertiente sobrenatural que era lo que llevaba la trama hacia su clímax final. No quiero aventurarme a decir que es erróneo, porque dentro de la historia funciona, pero algo más de ritmo lo hubiera agradecido.

La Maldición de Hill House (03)

En definitiva, La Maldición de Hill House es una de las mejores series de producción propia de Netflix, de la plataforma, del año y del género de Terror. El terror psicológico, sobrenatural y drama psicológico se combinan con una estructura, fotografía y música elegantísimas que no baja el listón durante ninguno de los 10 episodios y nos regala una de las mejores historias de fantasmas que jamás hemos tenido el placer de ver; hecho que me lleva a preguntarme si hay alguna opción de que este subgénero pueda ser explotado con mayor acierto que la presente obra. Todos los elementos se combinan para funcionar de manera sensacional y refuerzan la pregunta que he leído sobre si es la mejor serie de producción propia que ha hecho Netflix. Yo, personalmente, creo que en el catálogo hay ejemplos de alto nivel para combatirla (Dark Mindhunter, entre otros), pero que estamos ante una de las más relevantes no me cabe duda.

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Para terminar, un apunte: estad atentos a todas las esquinas, recovecos oscuros y fondos de detrás de los personajes. ¿Recordáis lo que hicieron en Hereditary? Pues algo del estilo. Os vais a llevar más de una sorpresa. 

Reseña
La Maldición de Hill House (2018)
9
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critica-la-maldicion-de-hill-house-2018A principios de octubre y por motivo de Halloween, Netflix estrena La Maldición de Hill House, una serie de 10 capítulos de Terror Psicológico, Casas Encantadas y Drama que destaca por lo elaborado de su trama, fotografía y mantener el listón bien alto durante toda la temporada. Un nuevo exitazo de la plataforma que confirma su buen hacer durante los últimos meses.