Hereditary supone el impresionante y sobrecogedor debut en largometraje del director y guionista Ari Aster. Un pepinaco de cine de horror, palabra que define mejor esta cinta que la de terror. Una película compleja pero disfrutable, con una gran carga dramática, plagada de detalles a tener en cuenta , cruda como ella sola y sorprendente en su mayor parte. Todo esto, junto a una malsana atmósfera generada por su BSO, las deslumbrantes actuaciones y el buen hacer en la dirección por parte de Aster, hacen que vivamos una auténtica pesadilla lúcida.
Parece que en los últimos años lo más atractivo del género de terror nos llega mediante producciones independientes, o al menos en gran medida. It Follows (2014), Starry Eyes (2014), We Are Still Here (2015), Llega de Noche (2017) o la más reciente Ghostland (2018) son una buena muestra de ello. Pero Hereditary va un poco más allá y nos deja una película mucho más completa y con mucho más trasfondo que las anteriormente nombradas. Y es que no solo trata de meternos el miedo en el cuerpo, si no de desarrollar un drama familiar con multitud de capas donde el dolor, los traumas, el complejo de culpabilidad y la locura se entremezclan para dar como fruto una de las películas más inquietantes de los últimos tiempos.
He de llevar mucho cuidado al hablar de esta película pues es fácil caer en spoilers. Además, me encantaría hacerlo porque la película, como ya he dicho antes, es compleja y funciona en diferentes niveles (lo que normalmente solemos llamar capas). No voy a caer en ningún spoiler por lo que podéis leer la crítica completa sin miedo a que se os estropee la experiencia. Lo que sí me gustaría trasladaros es que no es una película que tenga esa concepción clásica o generalizada, de lo que solemos llamar cine de terror. Estoy cansado de que últimamente a grandes obras del género se las critique porque «no es una película de terror y eso es lo que prometían». Esto lo he escuchado de grandes cintas de género como The Witch (2015), Madre! (2017) o la anteriormente nombrada Llega de Noche (2017). Hereditary, en palabras de su propio director en una entrevista, es una tragedia familiar, que sin desviarse de ese camino, se convierte gradualmente en una pesadilla completa.
La insana ambientación, creada por la excelente dirección de Aster, unida a un, no menos excelente, trato del sonido a cargo de Colin Stetson, hacen que la experiencia en la sala de cine sea de auténtico sobrecogimiento, con algunas escenas de tal dureza que casi dan ganas de apartar la mirada de la pantalla para intentar huir de la turbación provocada.
El elenco actoral está a una altura realmente elevada en casi todos los casos. Toni Collette (El Sexto sentido, Pequeña Miss Sunshine o United States of Tara) nos deja petrificados con su actuación en la que se marca algunos monólogos realmente inolvidables. Y tanto es así, que a juicio mío, ya se postula como firme candidata a los máximos galardones cinematográficos a los que pueda optar. Los hijos de la familia son maravillosamente bien interpretados por un sobrio Alex Wolff (My Friend Dahmer o Jumanji) y sobretodo por la debutante Milly Shapiro, que consigue con cada plano en el que aparece meternos el miedo en el cuerpo. Quizá el personaje más plano, aunque cumple con solvencia, sea el interpretado por el veterano Gabriel Byrne (Sospechosos habituales o Muerte entre las flores). Completa Ann Dowd, con resultado notable, que ya fue el personaje más terrorífico de la soberbia serie de HBO, The Leftovers, y ahora más de lo mismo en El Cuento de la Criada, original de Hulu.
Por ahí leí, en alguna crítica, que le ponían la etiqueta de la Psicosis o El Exorcista del siglo XXI. Si bien veo que guarda pequeñas similitudes con estas obras maestras de culto, yo me aventuro a decir que en la concepción de ella, y salvando las distancias, me recuerda más a El Resplandor del maestro Kubrick. Para finalizar, por si no quedara claro ya, os recomiendo a todos los amantes del horror en estado puro, no solo del susto fácil o «jump scare», aunque también algo de esto tenga, acudir a las salas de cine a disfrutar de Hereditary, esta joya del terror psicológico moderno.