En 1967 llegaba a las pantallas El Planeta de los Simios, una propuesta que combinaba la aventura y la acción con la metáfora social a través de una historia que ya todos conocemos. Ahora, 50 años después, nos llega La Guerra del Planeta de los Simios, el punto y final a una trilogía que arroja luz sobre los fenómenos anteriores a la película protagonizada por Charlton Heston.
Después de unas cuantas secuelas con algunas ideas interesantes, pero básicamente innecesarias y un funesto remake, los tipos de Fox decidieron que era el momento de enfocar la historia de por otra parte, por otro lugar, por otro tiempo. La idea de la precuela ronda la cabeza de todos, y en 2011 aparece la primera de ellas; mucho prejuicio por parte de un público ya agotado de una saga que se antojaba inacabable, algo que en los primeros 20 minutos de proyección desaparece dada la frescura del film; ideas nuevas, ese miedo de los ejecutivos, aparecen por doquier y se ponen al mando de la saga para contarnos El Origen del Planeta de los Simios; una gran película multisalas que no renuncia a sí misma y obedece a una idea interesantísima, algo así como el viaje del héroe del que será el antagonista de la saga original.
Además de reelaborar el tono visual y las texturas mediante CGI y la captura de movimiento, no olvidemos que hasta aquí todo eran prótesis y maquillaje; el juego que propone es completamente distinto, pues si la historia clásica nos ponía del lado de los humanos, esta nos hace empatizar con Caesar, el líder de los simios; por tanto, si bien en lo que a historia se refiere todo forma parte de una misma idea, en términos filosóficos todo cambia, se produce un cambio de género, pasamos de la fantasía a la ciencia ficción, y en lo estrictamente narrativo cambia el punto de vista dando un sentido más grande y un alcance más global.
tres películas que abarcan seis años y que no podían llegar en mejor momento
En 2014 llega la segunda parte, El Amanecer del Planeta de los Simios, con más consideración si cabe hacia un público que había respondido con el pulgar hacia abajo; sí, es hacia abajo, Ridley; y con Caesar ya erigido como protagonista de una historia muy enriquecedora.
Una cinta nada paternalista a pesar de su academicismo, y con una coherencia interna y sentido del ritmo externo abrumador, algo nada fácil si tenemos en cuenta su montaje clásico y que el público de hoy ansía dos planos por segundo, además de tener una gran cantidad de secuencias mudas, aquí los simios apenas han desarrollado el lenguaje; muy inteligente la película a la hora de saltar este obstáculo, pues a pesar de contener escenas sin diálogos, en un sentido estructural la película está diseñada como si los tuviera, dejando que estos se conviertan en elipsis argumentales pero con el alcance emocional necesario para la comprensión narrativa y la asimilación del ritmo interno.
La película posee varias capas que la componen en un todo redondo, desde la organización política, tremendamente pesimista; siempre que el ser humano forma parte del sistema político, cualquiera de ellos, ya sea de forma literal o metafórica, este está destinado a fracasar; el sentido de la familia, la dependencia de la sociedad que hemos creado y, por tanto, incomunicación con la naturaleza… y un largo etcétera de ellos que suponen un reflejo humano en una historia protagonizada por simios.
Y llegamos al 2017, 12 de Julio, y se estrena La Guerra del Planeta de los Simios, una película que viene a cerrar la historia iniciada en 2011; tres películas que abarcan seis años y que no podían llegar en mejor momento, uno en el que hemos perdido nuestro contacto con lo que somos, uno el que el cambio climático es nuestro pan de cada día, y uno en el que gente como Trump o Putin gobiernan el mundo sin tener en cuenta que en 50 años todo estará arrasado. Cuando una major hace cine que no ve más allá de su recaudación sin aportar nada al panorama cultural, se dice; y cuando da en el clavo, también, bravo por Fox y su decisión de sacar adelante esta trilogía en estos tiempos tan controvertidos.
Entrando ya en la película; cine bélico, cine dramático, ciencia ficción, cine de acción; una mezcla muy sui generis bien equilibrada tiene lugar en la última película de Caesar y los suyos, unos animales que terminan dándonos la última lección de todas; si la primera era un origen y la segunda un amanecer, este oscurecer se llama guerra, un sinónimo al fin y al cabo; como se pone el sol y el manto estrellado cubre el planeta en una noche sin fin en la que aparecería Heston años después.
La película esencialmente es una historia de venganza en un marco bélico
Antes de entrar en lo subjetivo, que es objetivamente lo menos relevante, hay una cosa que me gustaría destacar, lo técnico, que es lo superficial al fin y al cabo, pero es lo que viste la propuesta y por tanto no cabe dejarlo de lado. El CGI da un salto significativo, muy bueno en las anteriores, pero estos seis años dan para mucho, y la humanidad que contienen los simios supone un destello que es justo reseñar.
Una vez dicho esto; Nietzsche dijo que si miras al abismo, el abismo mira en ti; lo que ocurre en la película, los protagonistas ven el horror en la guerra, y este mira en ellos, y venganza personal mediante, se nos muestra lo concreto como ejemplo de un todo, como esta consume, y como todo muere en la guerra. La película esencialmente es una historia de venganza en un marco bélico, algunas subtramas realmente acertadas, se añade al mapa de personajes uno que hace las veces de alivio cómico, algo que tenía la primera que se había perdido en la segunda; y unos cuantos engranajes que aciertan a convertirla en precuela directa del clásico de 1967.
un final épico para una de las mejores trilogías de esta década
Secuencias de acción muy bien diseñadas, ejecutadas y sobre todo catárticas en el mejor de los sentidos, no son simples set pieces que intentan arreglar el no avance de la historia, sino que son causa y consecuencia de la narración, una música que acompaña sin subrayar y un final épico para una de las mejores trilogías de esta década.
En definitiva, La Guerra del Planeta de los Simios es la aguja del pajar en los estrenos de este verano.