Crítica de La verdadera historia de la banda de Kelly (2019): insubordinación aussie

Director: Justin Kurzel | Guion: Shaun Grant | Música: Jed Kurzel | Fotografía: Ari Wegner | Reparto: George MacKay, Essie Davis, Nicholas Hoult, Charlie Hunnam, Russell Crowe | Productora: Film Victoria, Memento Films, Screen Australia, Film4 Productions

La nueva normalidad cinéfila toma cuerpo con la llegada de una nueva versión del mito nacido entorno a la figura de Ned Kelly y su banda de forajidos en la Australia del siglo XIX. Hemos podido disfrutar de La verdadera historia de la banda de Kelly dentro del marco del Film Fest de Barcelona y os contamos que nos ha parecido.

La historia de Ned Kelly, el famoso bandolero que plantó cara a las fuerzas coloniales en la Australia del Siglo XIX, ha sido objeto de numerosas adaptaciones en diversos medios desde hace ya más de un siglo. El próximo 3 de julio debuta en nuestro país la última aproximación a la vida de Kelly con esta La verdadera historia de la banda de Kelly, dirigida por Justin Kurzel, y que pudimos ver en el marco del Film Fest de Barcelona. Una deseada, y provechosa, vuelta al cine tras un periodo de obligada sequía en la industria del cine.

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Según las crónicas oficiosas Ned Kelly dibujó una de esas estampas vitales que incitan a su conversión en relato cinematográfico: hijo de un irlandés, criado en Victoria (aún zona colonial británica), se convirtió en un forajido de la justicia tras un altercado y la reclama de libertad de su madre presa por las autoridades. Los sucesos que llevaron al tiroteo en el que fue detenido, mientras vestía casco y armadura metálicas, y su posterior ejecución en 1880, cimentaron el mito que protagoniza La verdadera historia de la banda de Kelly.

Concierne a los autores, y estudio, calibrar la cuota de dramatización cuando se realizan films de este tipo. Desde la sana ignorancia (no se puede saber todo en esta vida) apostamos porque Kurzel planteó La verdadera historia de la banda de Kelly haciendo honor al título. No es una leve sospecha sino lo que emana un film cuyo perfil bajo en la emulsión emotiva, o la búsqueda de grandes momentos donde cimentar las transiciones entre actos, puede deberse a la renuncia consciente de artificios. Kurzel y Shaun Grant (autor del guión), de algún modo, con una esa pátina agreste, donde casi podemos oler el hedor de la pobreza y la injusticia (aunque sea como lo perciben esos personajes), casi que se diría refuerza la autenticidad con la ausencia de maquillaje narrativo (y manipulador) de tantos biópics y relatos históricos.

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En ese arenal -del que, de algún modo, uno llega a sentirse cómodo ante la austeridad- destaca sobremanera los primeros minutos de La verdadera historia de la banda de Kelly: la crueldad vital, injusticia colonial mediante, que Kurzel relata se nos antoja como lo mejor del film: la relación del joven Kelly (extraordinariamente interpretado por Orlando Schwerdt), con su madre Ellen (no menos brillante Essie Davis) concluye la principal labor de todo primer acto, especialmente en relatos como este, mediante el cual los hechos iniciales tendrán su peso decisivo en el futuro de Kelly. Sin llegar a menospreciar el interés de la historia de este forajido hemos encontrado en la relación entre Ned y su madre la mejor virtud de esta película.

Probablemente sean las aterradores condiciones de vida (Ellen, con familia numerosa y un marido completamente inútil, se prostituye sin siquiera esconderlo de la mirada de Ned) y especialmente el que una mujer, de facto cabeza de familia, sobreviva en esas condiciones pero el personaje de Ellen triunfa lejos de cualquier intencionalidad maniqueista: quiere a Ned como lo querría cualquier madre, sobrevive como lo hace cualquier especie -adaptándose- aunque por el camino su haya endurecido hasta el alma y su hijo apenas pueda comprender las decisiones de su madre. Kurzel no pierde ni una escena, ni una línea de diálogo, en suavizar la situación: nos da los ingredientes y el espectador, gracias a un guión sin ornamentaciones, lo entiende.

La verdadera historia de la banda de Kelly, lejos de esa montaña rusa de sensaciones que podría haber sido con otra aproximación, fía buena parte de su suerte a un casting que entrega sin decepcionar: George MacKay, como el adulto Ned, rodeado de la mencionada Essie Davis, Nicholas Hoult, Charlie Hunnam y la carta segura, por presencia, de Russell Crowe.