Crítica de Domino (2020): Visto y no visto…

Año: 2019 | Dirección: Brian de Palma | Producción: Michel Schønnemann | Guion: Peter Skavlan | Fotografía: José Luís Alcaine | Reparto: Nikolaj Coster-Waldau, Carice van Houten, Guy Pearce | Duración: 89 min

Brian de Palma regresa a los cines españoles este 21 de febrero con Domino, un film que nos ha dejado una sensación de vacío: literalmente.

La actividad del Brian de Palma director en el siglo XXI se resume en seis films y un espacio de siete años entre este Domino y su último estreno (Passion, 2012). A sus 79 años, De Palma, cuyo apellido nos infunde ya el respeto que todo fundador del New Hollywood merece (diabluras del tiempo: en los setenta aquellos chavales eran el futuro frente al Viejo Hollywood concentrado en catástrofes varias), regresa con un film de aquellos que se hacen esperar (más por concreciones de calendario que por expectativa) y que, lamentablemente, no nos ha convencido.

Sinopsis: un tiroteo entre los agentes daneses Toft (Nikolaj Coster-Waldau) y Hansen (Søren Malling), y un supuesto delincuente, termina con el primero metido en una trama internacional de espionaje y terrorismo, junto a otro policía (Carice van Houten) y un agente de la CIA (Guy Pearce), que les llevará a España.

Dicho así, con Brian de Palma en la dirección, la idea de espionaje internacional, distintas localizaciones europeas y dos pesos pesados de Juego de Tronos como protagonistas, tiene todo muy buena pinta. Sin embargo Domino, que es tan corta que parece uno de los (a veces inacabables) episodios de la TV serializada de hoy en día, padece de una latente falta de nervio, con un montaje que invita al aburrimiento. La trama no reviste interés debido a una ejecución desganada (o esa es la sensación) y una sucesión de escenas tan, pero tan previsibles, que el deja vu te invade en estos -a veces demasiados- 89 minutos.

Domino 01

Domino, como decíamos anteriormente, es un thriller ambientado (y rodado) en Europa: empezamos en Copenhague y terminados en Almería. Cuando el film llega a nuestro territorio, aunque deseas que termine cuanto antes, te sorprende como a día de hoy seguimos siendo carne de tópicos aunque en leve mejoría con años precedentes. Por otra parte el montaje musical es curioso: pasamos de unos temas de Pino Donaggio, y un montaje de los mismos, tremendamente anquilosados, casi deudores de aquellos momentos de acción en los films de Alfred Hitchcock (y no lo digo por la calidad innegable de los mismos sino por la obvia sensación de falta de brío comparado con lo que se lleva hoy en día) con un bonito tema de piano para los momentos que lo requiere y, en especial, una deliciosa partitura en los momentos en que Almería y la trama terrorista árabe se funden. Dentro de lo que cabe al final nos queda un punto exótico curioso.

Esta Domino es escasa, fallida y está falta de algo cercano al pulso narrativo pero, si algo podemos rescatar, es precisamente la comparativa previa con otro medio: parece un episodio de TV de aquellos que uno olvida rápido. Visto y no visto.