Cities of Last Things es el último estreno asiático que presenta Netflix, desembarcando hoy mismo en la plataforma nos llega esta cinta taiwanesa dirigida y guionizada por el malasio Wi Ding Ho.
Cities of Last Things constituye un tríptico estudio entorno al personaje de Zhang Dong Ling, interpretado por Jack Kao (Millennium Mambo), Lee Hong-chi (Largo viaje hacia la noche) y Hsieh Chang-Ying. La película vira marcha atrás en momentos claves de la vida del protagonista, atando cabos y descubriendo el por qué de muchas cosas conforme avanza, con el abandono feminino como latemotiv de las tres épocas.
La película comienza en un futuro distópico, contrastando una canción alegre con un suicidio en primera plana, algo que más allá de contextualizar el momento que se vive en la época, donde el suicidio parece predominar entre mensajes positivistas que poco hacen para paliarlo, nos avisa del tono que arrastrará el filme, además de ser un tema bastante recurrente a lo largo del largometraje. Un desgastado Zhang Dong Ling hace una visita a las clases de baile de su «mujer» a golpe de puñetazo, la violencia y la ira incontrolable se han hecho parte de su vida y se verá durante todo el primer fragmento.
A nivel argumental es normal tener cierto desconcierto durante esta parte, aun así los eventos que se generan y el mundo futurista que desarrolla hacen lo suficiente para no perder el interes. Cities of Last Things carga de neon, drogas de diseño y deshumanización el porvenir que nos aguarda. Referente a nuestro protagonista, asiste a su «primer» abandono femenino, y desemboca en una espiral mortal que se comunica directamente con el inicio del filme y a su vez con el final.
En segunda instancia retrocedemos treinta años hacia atrás, empezando en la piel del personaje interpretado por Louise Grinberg (Respire), que esclarecerá una de las primeras dudas que se arrastraban en el primer fragmento. La ciencia ficción muta en una relato neo noir que se acerca aun más a la forma del chino Wong Kar Wai (In the Mood for Love). Policías corruptos, engaños y amores perdidos al más puro estilo, una vez más, Wong Kar Wai.
Esta segunda parte se relaciona directamente con su «anterior» fragmento, la personalidad desalentadora que adquiere el protagonista en su futuro se justifica completamente con los engaños, abandonos y emboscadas que sufre un joven Zhang Dong Ling policía que intenta escapar de la corrupción aflora en el cuerpo policial.
Por último, volvemos a retroceder, esta vez a la adolescencia de Zhang Dong, donde un rebelde muchacho delinque para ayudar a su única familia, su abuela. Su destino le hará cruzarse con una madre que lo abandonó en su niñez y que poco de honradez guarda su vida. El melodrama inunda el filme, mostrando el momento más emotivo de Cities of Last Things y cerrando magistralmente este relato invertido.
Todo cobra sentido una vez «empezada» la historia, el desarrollo del personaje principal queda dilucidado a lo largo de su vida, con tres momentos claves que marcarán los pasos que seguirá. Así, las mujeres jugarán el papel más importante en su evolución, ya sea para bien o para mal, los distantes personajes femeninos que irá conociendo y desconociendo formarán la persona conocida como Zhang Dong Ling.
Mención aparte para el director de fotografía Jean-Louis Vialard, conocido por Tropical Malady, demuestra un gran control de los colores y el 35mm. No es aleatoria su elección por parte de Wing Ding Ho y se nota, el cual tiene claro sus referencias, no es raro que recuerda al ya mencionado Wong Kar Wai o a su compatriota Jia Zhangke (La ceniza es el blanco más puro), pero sabe aportar su granito de arena a las propuestas ya conocidas para dejar una cinta de lo más recomendable y que gana incluso con su segundo visionado, conociendo todo el desarrollo y los temas que trata. Netflix, sigue apostando por este tipo de cine.