Comedias involuntarias: Commando (1985)

Director: Mark L. Lester | Guion: Steven E. de Souza | Historia: Steven E. de Souza, Jeph Loeb, Matthew Weisman | Música: James Horner | Fotografía: Matthew F. Leonetti | Reparto: Arnold Schwarzenegger, Rae Dawn Chong, Alyssa Milano, Vernon Wells | Productora: Silver Pictures

Inauguramos nueva sección en el la que intentaremos, en clave de humor, hablar de películas que -en principio- se tomaron a si mismas en serio pero que, de alguna forma, con el paso del tiempo se tornaron en comedias involuntarias. Empezamos con Commando, la Rambo particular de Arnold Schwarzenegger, un film innegablemente repleto de acción pero cuyo subidón de testosterona tiene su lectura de puro cachondeo.

El género de acción mamporrero, policial, militar y en definitiva de tipo duro adornado con armas de todo tipo se convirtió en uno de los mayores reclamos comerciales del momento. Arnold Schwarzenegger, tras Conan y sobre todo The Terminator, entró de lleno en ese ciclón de músculo y tiroteos con Commando (1985), un film dirigido por Mark M. Lester y producido y escrito por los creativos detrás de Jungla de cristal o Arma Letal, Joel Silver y Steven E. de Souza (con la asistencia en la historia del guionista de cómics y futuro jefe de Marvel TV: Jeph Loeb), y de innegable parecido con el éxito de Sylvester Stallone pocos años atrás con su primera película sobre Rambo. Pero basta de presentaciones, al lío!

Commando 07

Si algo tiene Commando es que no se entretiene ni se pierde en ningún momento: va a saco a contarnos la historia de como el Coronel Matrix, ex jefe de un grupo militar de élite, debe rescatar a contrarreloj a su hija Jenny de un ¿político? sudamericano que amenaza su vida a cambio de -asistencia de Matrix mediante- erigirse como dictador de un país. La única introducción que necesitamos apenas excede el tiempo de los créditos y se concentra en dejarnos claro que Matrix y su hija (Alyssa Milano) tienen una relación la mar de hermosa. El problema es que, tras unas escenas en las que vamos viendo como un mismo par de sicarios mata a distintos hombres, el cachondeo empieza sin medida.

En una tronchante concatenación de momentos de jolgorio paterno-filial vamos viendo como padre e hija pasan su tiempo -mientras James Horner revela una horripilante cursilada sonora- disfrutando de actividades tales como comer helado o dar de comer a un ciervo, dos imágenes que parecen salidas de alguna promoción de secta feliz, así como una muestra de entrenamiento en alguna suerte de arte marcial. Tras esta retahíla de lisérgico costumbrista, y medio bosque talado a pulso por Matrix, Jenny prepara unos bocadillos y dedica una mirada de no me puedo creer la suerte que tengo con este padre que hoy en día resulta tan incómoda que, directamente, procedo a cambiar de párrafo.

Commando 01

El asunto en Commando se lía en cuanto llegan los militares e informan a Matrix de que alguien está matando a todos los hombres de su antigua unidad. Nuestro héroe, en cuanto se largan los militares, tiene un momento Jedi cuando huele (literalmente) a quienes raptan a su hija. La furia le invade y se lanza a lo kamikaze con su todo terreno sin frenos bajando la montaña hasta dar con los captores a los que casi fulmina hasta que su mayor rival, a quien creía muerto, Bennett, le lanza un dardo durmiente. Una vez informan a Matrix de su misión, la cual debe cumplir si quiere volver a ver viva a su hija, le suben a un avión destino al país sudamericano random, Val Verde, y al que parece ser vuelan aviones comerciales estadounidenses con primera clase y todo. Una vez subidos al avión Matrix se pone en marcha: le parte el cuello a su vigilante sin que nadie se entere (los dos de la fila anterior andan ya dormidos) y escapa del avión lanzándose del mismo una vez ha despegado.

Commando 09

En este punto de Commando uno debería detener esto y soltar un pero que… ante una caída imposible como esa pero Matrix está de suerte y cae en el laguito de 10 metros de profundidad, medio selvático, que rodea todo aeropuerto y sale de ahí dispuesto a salvar a Jenny en las 10 horas que dura el vuelo. Debemos advertir que Matrix lleva un reloj cuya cuenta atrás emite un pitido a cada segundo que cubre. Es decir que Matrix, desde que salta del avión hasta que llega adonde retienen a Jenny, deberá escuchar ese pitido 36.000 veces. Eso es amor paterno y responsabilidad horaria.

Su primer objetivo es Sully, otro de los malos, una suerte de sicario de los que viven los ochenta: es un chulo hortera de traje ancho, gafas de sol, Porsche 911 amarillo (ya puestos…) y que trata de ligar con una azafata la cual le saca media cabeza y, creemos, podría tumbarlo de un mamporrazo si se lo propone. Matrix, que encuentra rápido a Sully en pleno aeropuerto internacional de Los Ángeles, aborda a la mencionada azafata, Cindy (Rae Dawn Chong), para utilizar su vehículo y perseguir a Sully. Llegan hasta el centro comercial clásico de los 80 donde Matrix le cuenta su situación a Cindy. Por supuesto ella se lo pasa todo bastante por el arco del triunfo pues, recordemos, acaba de ser raptada por un musculoso y sudado tipejo que persigue a un hortera en su Porsche. Así que lo primero que hace es acudir a la policía y, ah, toda esa secuencia de Commando es puro oro.

Commando 04

Los policías que tratan de interceptar a Matrix, aparte de inútiles (reforzando la idea de que el héroe debe actuar solo, a su modo etc), parecen multiplicarse (¿pero cuántos policías tiene ese centro comercial?) a modo Gremlins, y además son derribados uno a uno, o en grupo, por un incombustible Matrix que aún tiene tiempo de levantar una cabina telefónica y volar cual Batman atado a una liana globo. Ante tal heroicidad Cindy tiene un momento lucidez, entiende que ese hombre dice la verdad, y por alguna razón que, salvo el uso de drogas, se nos escapa, decide repentinamente ayudar a Matrix en su misión.

Matrix y Cindy, ahora equipo, atrapan a Sully (el cochecito de Cindy atrapa al Porsche 911 de Sully, ok) y como tiene una llave de un motel, Matrix deduce a lo Sherlock que ahí es donde debe ir así que se carga al pobre hortera de los ochenta. Nuestro par de héroes  de Commando acuden al motel y ahí, ah!, tiene lugar la pelea entre Matrix y el imponente Cooke (Bill Duke): un choque de mamporros que se inicia con uno de los intercambios más memorables del imaginario muscular paramilitar y digno de entrar en cualquier decálogo de la pelea de bar:

-¿Tienes miedo, hijo de puta? Bueno, deberías estarlo, ¡porque este Boina Verde te pateará el culo!

-Yo como boinas verdes para desayunar, ¡y ahora mismo tengo hambre!

Maravilloso. Incluso Cindy, en un sorprendente momento de autoconsciencia, observa la horterada del momento y advierte del sinsentido macho-alfista de la exhibición literaria de ambos contendientes.

Commando 08

Tras una nueva parada en el camino hacia Jenny, en el que descubren la localización de la isla donde está retenida, Matrix advierte a Cindy que aún queda una última tarea: ¡Ir de compras! Matrix necesita armas. Así que acuden al clásico supermercado de armas de Los Ángeles, algo así como un Lidl, pero para el terrorista de barrio, el vecino defensor de la patria o, como en este caso, un Mister Olympia paramilitar que planea asesinar a cientos de soldados que se interponen entre él y su adorable hija. En el supermercado hay de todo, carrito de la compra inclusive, y Matrix se hace literalmente con el equivalente a las armas que posee un país de tamaño medio. Sin embargo un par de policías, aún más idiotas y cortos que los del centro comercial, le detienen y se lo llevan preso.

Vamos a detener este repaso a la trama de Commando, que ya se acaba, para hablar de Cindy: no sólo advertimos que se apunta a la causa (que podría suponer su despido en la aerolínea, ingreso en prisión o, peor, morir ayudando a un desconocido) tras la exhibición muscular de Matrix en el centro comercial sino que ahora, para liberar al Coronel de la policía (!!) se atreve a disparar un maldito lanzacohetes contra una furgoneta policial. Que alguien nos mande un correo si me lanzo a la piscina pero, todo sea por el cachas y por Jenny, pero eso es directamente un intento de asesinato, y probablemente terrorismo, contra dos agentes de policía. Es un milagro que los de nuestra generación hayamos salido tan bien (bueno…).

Commando 03

Algo más sobre Commando: estamos en los 80, película de acción masculina donde la pertinente chica está ahí de apoyo al héroe, hasta ahí habitual. Debemos reconocer que Cindy se muestra decidida, valiente e independiente en sus acciones pero lo que más destaca es la nula, nulísima, tensión sexual con Matrix. Ni atisbo de ello. Nada. Cero. No queremos creer que sea debido a que Schwarzenegger no cuadra como galán, aunque sea en pleno rescate paternal, pero es ciertamente extraño que dadas las circunstancias, con tanta acción, estrés, músculo, amor paterno, el innegable atractivo de Cindy y su evidente control sobre su vida (rehuye a Sully casi con asco, sabemos que practica artes marciales, se está sacando el carnet de piloto…), vaya, alguna mirada del palo oye, cuando esto acabe buscas canguro para Jenny y nos liberamos un poco de este estrés o en cuanto encuentre a Jenny, si eso, te doy unas clases de artes marciales en mi casa de 1000 m2 pagada con la habitual paga de militar retirado. Nada.

Commando 06

En cuanto Matrix posee ya aproximadamente 237 armas y, con algún contratiempo, logran volar hasta la isla (que el avión en el que viajan arranque no porque Cindy sepa hacerlo sino porque Matrix le pega un mamporrazo al cuadro de mandos.. Ya lo dejamos correr) y, nada más llegar, Matrix acude solo a la playa y ahí se viste con todo su equipamiento en un montaje visual que te dan ganas de, saludablemente, armarte hasta los dientes y querer arrasar también una isla tu solo. El típico deseo adolescente de la era Reagan.

Y ahí se inicia lo que cualquier aficionado al juego recreativo Cabal ha vivido: Matrix, que apenas puede andar con todo lo que lleva encima, penetra en una suerte de mega campamento militar repleto de soldados latinos random, todos iguales, que aparentemente pasean por ahí, y son acribillados por Matrix. Primero uno a uno (hay que utilizar cada arma robada en el super) y luego, ya cuando se empeñan en cargarse al visitante, a ráfaga constante. Matrix, que es un tipo divertido (arremete con un ¿cómo está?  en español antes de cargarse a un par), empieza a disfrutar del baño de sangre. Y es fácil de entender: es el campamento militar más inútil de la historia. Un solo soldado puede con decenas o centenas de ellos, sin problemas, aunque por el camino advertimos… Sí: tiene una herida y poco de sangre.

Sin problemas: encuentra la clásica caseta repleta de hachas y sierras (alguien tomó notas del Equipo A) y sigue con su matanza hasta llegar al cabezilla y, finalmente, a Jenny y Bennett. Hablemos también de él: clavadito al piloto de F1 Nigel Mansell, Bennett es una suerte de fanático militar, completamente tarado, con un ropaje que dice mucho de la capacidad de Matrix para no partirse de risa viéndole. Obviamente su pelea termina con Bennett muerto y Matrix yéndose de la isla victorioso.

Commando 06

La estampa final de Commando tal vez deba invitarnos a corregir nuestra anterior aserción: pese a que aparece medio ejército, con helicópteros, y un barco (y vemos también un puente-paseo… ¿pero qué isla es esa?), Matrix se larga de la isla con su hija en brazos (tiene una edad ya… Pero bueno, no entraremos en ello; desde el asunto ciervo, helado y sandwich ese lado de la película es bizarro), con Cindy y en el avión en el que llegó. Queremos imaginar que tras esos eventos Cindy y Matrix iniciaron un romance, Jenny ganó una madre, y siguen viviendo felices en la enorme casa tratando de calcular, entre risas, si Matrix se cargó a 100, 200 o 1000 soldados randoms en aquella isla. Maravilloso.

Commando 05