Ya a pocos días del esperado estreno de su última obra, El Irlandés, continuamos retrocediendo a lo largo de la filmografía de Scorsese y llegamos a una de las obras mas desapercibidas de su carrera, la aproximación que realiza a la vida del último Dalai Lama en la película Kundun del año 1997.
Desde la perspectiva actual, resultaría curioso que Scorsese se fijara en una historia como esta para abordar su siguiente proyecto tras la aclamada Casino y antes de Al limite que comentamos en el anterior artículo del ciclo, películas ambas de factura clásica dentro de su filmografía con actores conocidos, montaje frenético, violencia y temas habituales en sus películas como la venganza, la ambición, gente al límite de sus posibilidades, etc. Nada de eso vas a encontrar cuando repasas la triste historia que cuenta Kundun.
Ha nacido en el pais prohibido
Perdido en la falda de una montaña
En el contexto de la década de los noventa abordar un proyecto sobre la vida del último Dalai Lama no era en absoluto una idea descabellada. No hacia muchos años que El Ultimo Emperador se había coronado con 9 Oscars (algunos más del éxito de Gandhi) por lo que este tipo de películas histórico/biograficas/exoticas estaban en auge. La cultura tibetana había entrado en nuestras vidas con un Dalai Lama ganador del premio novel de la paz 1989 paseándose por nuestras televisiones casi a diario, la reencarnación de un lama en un niño granadino, estrellas de Hollywood apoyando públicamente sus causas y hasta el grupo pop español mas de moda del momento le dedicaba canciones. Incluso el maestro Bertolucci había buscado otras reencarnaciones de lamas por Canada en su obra Pequeño Buda. Por suerte toda esas fiebre tibetana pasó de moda y hoy abordar esta película 22 años después es casi una experiencia religiosa.
Scorsese, por tanto, parece caer rendido a la moda del momento y cuenta en este largometraje de mas de 2 horas de duración la misma historia que Mecano nos cantó en apenas 5 minutos (4.30 en la versión radio): la búsqueda y crecimiento del niño que sería elegido como líder espiritual y político del Tibet a partir de la segunda mitad del siglo XX, así como la invasión que hace la China comunista del territorio y su posterior adhesión. Para ello, Scorsese sustituye los coros electropop de la famosa canción por todo un catálogo high quality de coloridas túnicas, cuencos en la cabeza a modo de sombreros, danzas exóticas, señores peinados como señoras y preciosos paisajes montañosos.
La narración se adapta a la temática y elementos escenográficos para adoptar un tono pausado, casi contemplativo tal y como hace el propio protagonista de la historia que como nosotros, mira lo que pasa sin apenas implicarse en la trama. Así el Dalai Lama aun protagonista en la historia parecería mas cómodo como un simple espectador más, mirando todo tras las cortinas de palacios, escudriñando a través de agujeros en muros u oteando por catalejos, remarcando su carácter de mirón al descubrirse como un aficionado al cine en las dos secuencias en las que disfruta de clásicas películas de Gaston Velle y Laurence Olivier en su proyector.
En nombre del progreso y de la revolución
Quemaron tradiciones y pisaron el honor
Entre chinos buenos y malos (al menos se diferencian por su indumentaria), oráculos tibetanos, folklore exótico y tras alguna cabezada todo discurre sin sorpresas, sin demasiada garra, todo muy bonito, demasiado correcto y con una ambientación extraordinaria (parece que está realmente rodada en el Tibet aunque en realidad es Marruecos). Sus cuatro nominaciones al Oscar (Fotografía de Roger Deakins, Vestuario de Dante Ferretti, Banda Sonora de Philip Glass y Dirección de Arte de Dante Ferretti / Francesca Lo Schiavo), son todas merecidísimas, pero era el año de Titanic y arrasó con todo. Lo que pasa es que los que amamos el cine de Scorsese no es por este tipo de películas sino por los excesos y la garra que muestra en sus obras mas admiradas.
Aquí el director solo parece asomar un poco su patita en las escenas de pesadillas del protagonista y en aquellas en las que esta en trance o duermevela donde la planificación del encuadre, los movimientos de cámara y la fuerza de las imágenes si nos remiten a sus mejores obras: los caballos cubiertos de sangre, las matanzas de campesinos, el despertar con la luz sobreexpuesta, la destrucción de la alfombra de arena…
Cliclo Scorsese | Al Límite: Nicholas Cage y el Turno de Noche
En conclusión si estas interesado en descubrir/revisionar la filmografia de nuestro director estrella del mes, y salvo que seas Nacho Cano o Richard Gere, disfrutarás mas con otras películas que te recomendamos en nuestro repaso y esta cinta se puede quedar en una curiosidad dentro de su filmografia, que sin ser un pinchazo, no puede colocarse entre las imprescindibles de su creador.