Los asesinos de la luna explora el oscuro vientre de la historia estadounidense en una apasionante epopeya de codicia, corrupción y amor. Se estrena este viernes 20 de octubre en cines.
Los asesinos de la luna es la vuelta de Martin Scorsese con otra hazaña cinematográfica de proporciones épicas. Una obra de la cual, posiblemente, lo primero que llamará la atención, antes siquiera de la historia tratada y de su elenco, será su minutaje característico: 206 minutos, o lo que es lo mismo, 3 horas y 26 minutos. Sin embargo, tampoco es que Scorsese haya acostumbrado al espectador a películas cortas. Por ejemplo, si echamos la vista atrás podemos encontrar a la fantástica ‘El lobo de Wall Street‘ con 180 minutos y ‘Casino‘ con 179 minutos, entre muchas otras. No obstante, quizás no sea una coincidencia que sus dos largometrajes más duraderos sean su última incursión ‘El irlandés‘, con 209 minutos, y Los asesinos de la luna, ambas producciones nacidas gracias a dos plataformas, Netflix y Apple TV + junto con Paramount Pictures respectivamente. Obras concebidas para su inclusión en catálogos ya repletos de series con altas duraciones y que proporcionan al espectador la habilidad de poder parar lo que está viendo para seguir más adelante. Al contrario que ‘El irlandés’ que fue directamente a Netflix, Los asesinos de la luna hará una primera parada en cines con estreno este viernes 20 de octubre. ¿Están realmente bien balanceados esos minutos para una película en sala?, sí y no, más adelante lo comentaré. La cinta cuenta una historia real particularmente viciosa y malvada, de manipulación y extorsión en su núcleo. Gracias a la narración de Scorsese, esta es una historia que se desenreda lentamente de una forma muy competente y atractiva, magistralmente fotografiada y con unas actuaciones fuera de nivel.
Ubicada en Oklahoma en la década de 1920, el veterano de guerra Ernest Burkhart, interpretado por Leonardo DiCaprio, llega al condado de Osage, donde se reúne con su poderoso tío William Hale, interpretado por Robert De Niro. Allí conocerá y se enamorará de Molly, interpretada por Lily Gladstone, legítima heredera de la rica comunidad nativa de Osage, que se verá afectada por una serie de misteriosos asesinatos.
Cine puro



La forma obvia de contar esta historia -la que usa David Grann, autor del libro en el que se basa- es a través de una investigación criminal, pero Los asesinos de la luna abraza otra propuesta más impactante, pidiendo al público que se identifique con los asesinos, mientras muestra la conspiración que impactó a los Osage. Esta es una de las películas que más cine de Scorsese abarca, posiblemente la pieza de trabajo más grandiosa y de mayor escala en una carrera ya de por sí muy distinguida, con logros técnicos impecables, actuaciones ejemplares y una historia que explora la pura oscuridad de la experiencia humana. Rodrigo Prieto, director de fotografía de la película que lleva años acompañando al director y que también se encargó de la reciente ‘Barbie‘, es también culpable de que la cinta esté repleta de imágenes preciosas a la vez que inquietantes. Su cinematografía prácticamente exige que esta película deba verse en pantalla grande en vez de en una plataforma. La partitura de Robbie Robertson, quien tristemente falleció hace muy poco, agrega otro magnífico elemento a la narrativa que consigue transmitir al espectador un sentimiento de remordimiento constante. Scorsese junto a ellos ofrece una narración excelente, visceral y sorprendente, presentando una película que te permite enamorarte de los personajes justo antes de desmantelar lentamente tus emociones, dejándote vacío, insípido y lleno de furia al final. Absolutamente, todo logra funcionar y mezclarse para generar una experiencia cinematográfica intachable. Sin embargo, nada de esto funcionaría sin un elenco que lograra magnificarlo.
No es una coincidencia que Scorsese haya decidido colaborar de nuevo con dos de los actores más representativos de su cine, DiCaprio y De Niro, haciéndolos actuar juntos por primera vez después de bastantes años, porque nadie mejor que ellos podría representar los dos aspectos opuestos y complementarios de este universo hecho de violencia e intereses. DiCaprio, posiblemente, nunca ha interpretado a un personaje tan despreciable y repugnante -salvando las distancias con su personaje en ‘Django desencadenado‘-. Es territorio que rara vez atraviesa, pero con el cineasta adecuado detrás de la lente, sobresale por completo. Sabiendo que es uno, sino el mejor actor de método de su generación, su papel aquí es uno de los más importantes de su carrera. El trabajo que consigue a través de los gestos y del cambio de acento -que solo se puede apreciar en la versión original, la versión doblada se carga por completo esa maravilla- es camaleónico, generando múltiples capas en su actuación como Burkhart que lo hacen mucho más complejo de lo que parecería en un principio. De Niro nos regala una de sus mejores actuaciones en años, exudando carisma y poder desde la primera escena. Tampoco era complicado, ya que últimamente estaba cogiendo papeles en películas de segunda y es genial verlo todavía apasionado por su oficio, mostrando una voluntad de invertir realmente en personajes importantes. El dúo de ambos genera las mejores escenas, y muchas veces las más divertidas, de toda la película. Sin embargo, es Gladstone quien roba cada fotograma, entregando una actuación silenciosa, sutil y desgarradora que será recordada y seguramente recompensada en un futuro. Mollie es el corazón y el alma de Los asesinos de la luna, siempre trayéndonos de vuelta a las víctimas humanas en el corazón de la historia cuando corremos el riesgo de quedar demasiado atrapados por la vorágine de delincuencia con la que Scorsese quiere que nos identifiquemos.
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El hándicap



A pesar de ser una magnífica película, y volviendo de nuevo a la discusión del minutaje, me temo que su duración puede resultar un impedimento para gran parte del público general. Resulta casi inevitable compararla con la otra gran película del otro gran director que se estrenaba hace tan solo unos meses y que precisamente comparte esta misma característica: ‘Oppenheimer‘ de Christopher Nolan. Ambas superan las 3 horas de duración, pero cada una las lleva de una forma muy diferente. En el caso de la primera, plantea un ritmo rápido sin sentirse atropellado, y regala para mí lo que son las 3 horas más rápidas que he visto este año que, aun habiéndola visto a día de hoy en varias ocasiones, continua sin parecerme una película larga y me sigue dejando con ganas de más. Los asesinos de la luna presenta varios problemas en lo que a ritmo se refiere, problemas que a los amantes del cine lento, contemplativo y con diálogos, donde me incluyo, pueden directamente no afectarnos, pero que tengo que comentar porque para otros si podrían hacerlo. La cinta comienza con un primer acto dominante, donde procede con confianza, justo antes de echar el freno en el segundo, donde el ritmo pegará un bajón y donde puede que la gran mayoría encuentre el problema. El tercer acto de nuevo coge las riendas, con un ritmo más rápido, aunque acaba con un final algo descafeinado pero efectivo. En particular, este acto se siente de alguna manera atropellado, queriendo abarcar muchísimas cosas, mientras que los minutos no hacen más que avanzar hacia un final inminente. De esta manera, aparte del desaprovechamiento de actores como el grandísimo Jesse Plemons, John Lithgow o el reciente ganador del Oscar a mejor actor Brendan Fraser, que cuentan con papeles pequeños y personajes subdesarrollados, Los asesinos de la luna acaba por transmitir una sensación de mala estructuración, debido a que varios de los hechos que rebosan este último y tercer acto podrían haberse trasladado al segundo, o al menos este haber reducido su duración para dejar paso a un tercer acto menos ajustado.
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El maestro



Si ignoramos los problemas en cuanto a ritmo en algunos momentos, duración y estructura, podemos decir que Scorsese, con casi 81 años, firma un trabajo extraordinario. Una película que para cualquier director prácticamente representaría la mejor aportación de su carrera, pero que para Scorsese ni siquiera estará en las películas de referencia para las cuales algún día será recordado, como puede ser ‘Taxi Driver‘ o la maravillosa ‘Uno de los nuestros‘. De hecho, es casi inevitable pensar que cada vez que un autor como Scorsese decide regalarnos su arte, es casi seguro que sacará un diamante en bruto, una joya del cine, pero es que este hombre que ya ha hecho historia, continúa haciéndola, explorando nuevos caminos y nuevos géneros.
Cruda, intensa y magnífica, Los asesinos de la luna es una experiencia cinematográfica gratificante para aquellos que se comprometen a invertir en la historia, el elenco y su director. Una película que casi diría que es de obligado visionado en la pantalla grande.