Cliclo Scorsese | Al Límite: Nicholas Cage y el Turno de Noche

Ciclo Scorsese, infiltrados

Al Límite es la próxima parada en la filmografía de Scorsese, que seguimos repasando en este ciclo previo al estreno de la esperadísima El Irlandés. El cineasta regresa aquí a las callea de Nueva York por primera vez desde Goodfellas.

Al Límite es una cinta bastante especial, que suele pasar desapercibida e incluso ser infravalorada. Lo cierto es que esta película protagonizada por Nicholas Cage es una obra realmente intensa y que refleja a la perfección la crudeza y naturalidad del cine de Scorsese.

Al Limite 1

El Turno del Cementerio

Apoyada en la novela del mismo nombre, la película sigue la vida de Frank Pierce, un paramédico en turno de noche (el turno del cementerio) y cómo poco a poco la crueldad de las calles y la pérdida constante de pacientes le van haciendo desconectarse más y más de la realidad y su cordura.

Compartiendo ambulancia con tres compañeros diferentes durante la película, cada uno de ellos nos muestra la forma que han encontrado para lidiar con los problemas de su turno. Al Límite consigue así, a través de sus víctimas y de sus protagonistas, pintar un retrato de la triste y dura realidad de las calles neoyorquinas que Scorsese conoce tan bien.

Atormentado por los demonios de aquellos que no pudo salvar, el personaje de Cage nos hace testigos de escenas realmente intensas, con una particular discutiendo con «sus fantasmas» que realmente consigue hacer que se nos erice la piel con el sufrimiento mental del personaje.

Al Limite 2

Levántate y Anda

Nicholas Cage es en esta película un elemento capital: sobre él pivota toda la historia y su interpretación es realmente meritoria, aunque no sería equivocado decir que es Nueva York la auténtica protagonista de esta película y, colo es habitual en su cine, Scorsese consigue plasmar toda su violencia y complejidad de forma absolutamente natural, algo que siempre ha sido característico se su cine.

Por supuesto al pensae en esta película es imposible no recordar la ya mítica escena de la «resurrección»: un joven sufre un paro cardiaco por abuso de drogas y los paramédicos lo atienden in situ, inyectándole un medicamento para reanimarle, mientras el compañero de Cage (Ving Rhames) se lanza a una oración efectista por la resurrección del «muerto». Una escena llena de que, personalmente, se encuentra entre mis favoritas de toda la filmografía del director.