Casino es la siguiente parada en la filmografía de Scorsese nos detenemos en Las Vegas, en una de sus obras cumbres, Casino, historia basada en el libro de Nicholas Pileggi, guionista de Toro Salvaje y Uno de los nuestro.
Casino está basada en las memorias de Frank Rosenthal. Un corredor de apuestas al que la mafia traslada a Las Vegas para dirigir uno de los primeros grandes Casinos de la ciudad. La película inicia con el protagonista entrando a un coche que al arrancarlo explota y queda envuelto en una gran bola de fuego. Con esto Scorsese quiere que sepamos que está historia no tendrá un final feliz y así condicionar nuestra visión de la misma. Acto seguido vemos como el director capaz de presentarnos a los tres personajes principales, mostrarnos sus motivaciones y miserias, en poco más de 5 minutos.
Tenemos a Frank, interpretado por un espléndido Robert De Niro en el papel de Sam Rothstein. Su presentación es pesando y midiendo unos dados en medio de una partida en el casino, mostrando una persona meticulosa y perfeccionista. Junto a Sam llega a la ciudad su violento y temperamental amigo Nicky Santoro, interpretado por Joe Pesci en una de sus mejores interpretaciones. En su caso veremos como le clava en el cuello un bolígrafo a una persona que insulta a su amigo Sam. Junto a esta pareja tendremos a Ginger McKenna futura mujer de Sam. Una bellísima Sharon Stone, en el papel de una estafadora de los bajos fondos. Nos la presentan robándole a un cliente del casino y armando un espectáculo que deja embelesado a Sam.
Scorsese trabaja con dos narradores, Sam y Nicky, acompañando las imágenes con sendas voces en off . Incluso se atreve a ir saltando de uno a otro en la misma escena sin que esto no nos saque de la narración ni nos reste empatía.
En Casino, Scorsese da rienda suelta a todas sus obsesiones y a su creatividad. Se atreve a llevar a los personajes a su versión más extrema y mostrar lo arraigada que está la violencia en la sociedad occidental. Todo ello de la manera más explícita posible a través del estilo de vida de la mafia italo-americana. Estamos tratando con mafiosos, nada de sugerir o que nos imaginemos lo que pasa, su vida es cruda y quiere que la veamos tal cual. Pero por otra parte nos muestra la dualidad que hay en todo ser humano, como hasta el iracundo Nicky es capaz de ser cariñoso y amable con su hijo. A lo largo de la película veremos como el amor saca lo mejor y lo peor de las persona. Como el dinero y el poder hace que perdamos la cabeza sacando lo peor de nosotros mismos.
Pero tal y como nos avanzaba la escena inicial no podía acabar bien.Vemos como la necesidad de tenerlo todo bajo control y su amor hacia Ginger hace que Sam pierda la cabeza e incluso su trabajo. Ginger que parece fuerte y controla todo en su vida, acaba perdiendo el control y desquiciándose por los celos de Sam al amor por su novio de la infancia. Nicky también acaba desbocado subido en una espiral de violencia, dinero y poder. Lo cual hace que la policía lo acose y llevándolo a un final trágico.
Pero lo más importante es que se narra de una manera magistral. Vemos como el comienzo y la subida al poder de nuestros protagonistas va acompañado de varias canciones junto al continuo movimiento de la cámara, travelings, planos secuencia, cenitales… hacen que sintamos que estamos viendo algo parecido a un musical donde todo encaja al ritmo de esa música. También el montaje y las voces en off consiguen trasmitirnos una cantidad ingente de información a una gran velocidad. Todo esto sin saturarnos, dando la sensación que asistimos a un ballet en el que todo encaja sin esfuerzo.
En contraposición tenemos el tramo final, con el desenlace y la redención del protagonista. La culpa y la redención siempre presentes en las películas de Scorsese. En este último tramo donde la música y las voces en off pasan a un segundo plano hacen que nos concentremos en las imágenes. Aquí es cuando veremos como nuestros protagonistas se hunden en sus propias miserias y el montaje se vuelve más seco y violento.
CICLO SCORSESE | KUNDUN (1997): AY DALAI
Casino, integrante de la trilogía de la mafia, no solo es una de las mejores obras de su director. También es una fotografía muy acertada de un momento histórico para los Estados Unidos, en el que a través de la subida y caída de los protagonistas se puede ver reflejada toda una sociedad.