5 cosas buenas de pelis malas: ‘Barbarella’ (1967)

Barbarella

Hay películas tan famosas que uno piensa automáticamente que son buenas. Desde luego que son clásicos… Pero con ejemplos como Barbarella uno descubre que clásico y bueno no son sinónimos. Barbarella es un verdadero espanto, no es por el hecho de que sea tan camp, esa seguramente sea su mayor virtud; el problema es todo lo demás. Pero nada pasa a la historia sin méritos propios, y Barbarella no es la excepción.

Cinco motivos por los que Barbarella es mejor película de lo que han dicho:

1. Por Jane Fonda

Hoy es algo que ni nos planteamos porque estamos más que acostumbrados, pero antes las estrellas no hacían género. Cuando vemos a Burt Lancaster y Ava Gardner en una película de cine negro, es porque ninguno de los dos era parte del star system aún. El cine de verdad era el drama, la comedia sofisticada, el musical y el western. Todo lo demás era de novatos y perdedores. Esto cambió a las puertas del cine posmoderno. Las estrellas de cine empezaron a cruzar la línea y eso dignificó a los géneros.

Barbarella 01

Fue un paso importantísimo para el cine del que no somos del todo conscientes, pero que una estrella de cine protagonizara una película como esta fue un paso de gigante: Jane Fonda fue de las primeras en poner al mismo nivel a la ciencia ficción que a los géneros «mayores». Sólo por lo que ha significado para el cine y la puesta en valor del cine de género, Barbarella merece un respeto. ¡Y qué Jane Fonda! Jamás ha estado más guapa en pantalla.  Y encima, se le ve un pezón. ¿Acaso se le puede pedir más a una película?

2. Por el icónico diseño de producción

Todo Barbarella es un canto a lo Camp sin ningún tipo de pudor. Tanta mamarrachada no parece ni siquiera buscada. Simplemente era así. Se ve natural y eso es lo mejor de la película, siempre se recurre a este tipo de estética de una manera consciente, muy impostado, buscando en el espectador que arquee la cejas ante semejante exageración (¿alguien ha dicho Eduardo Casanovas?), pero en Barbarella no. Barbarella es una ridícula de cuidado, orgullosa de serlo y punto en boca. Eso es lo que hay, y por encima de todo, esa nave especial forrada de peluche y obras de arte… Nunca un director artístico fue tan hortera y tan genio.

3. Porque ha quedado como referente cultural

Este es el verdadero legado de Barbarella. Ha pasado a la historia del cine a modo de manual. Al igual que Jonh Ford, Hitchcock y Bergman, hoy en día vemos la huella de esta obra de Roger Vadim; bien es cierto que el legado de Ford lo encontramos en Spielberg, el de Hitchcock en de Palma, Bergman en Woody Allen… y Barbarella en Ariana Grande, pero ahí está, ese mérito no se lo vamos a quitar.

4. Por el vestuario de Paco Rabanne

Que un diseñador de moda de los grandes se encargue del vestuario de una película es una genialidad poco explotada. Hay casos como las colaboraciones de Jean Paul Gaultier para Almodovar, Armani para DePalma y Manuel Piña para Trueba… pero nada tan famoso y tan icónico como vistió el vasco a la Venus espacial.

¡Óscar retroactivo ya!

5. Porque no ha tenido remake

Y mira que se ha hablado de él. Desde Drew Barrimore interesada en el proyecto, hasta Robert Rodríguez, Nicolas Winding Refn o la mismísima Amazon Studios. Nada, que no se pone en marcha. Kate Beckinsale, Rose MacGowan, Sienna Miller y  Katherine Heigl ya se han visto pilotando la nave de peluche. ¿Y por qué es bueno esto para la Barbarella de Vadim? Porque dudo mucho que se cumpla el dicho de: Otro vendrá que bueno te hará. La película original es tan desastrosa que tiene poco margen de empeorar.

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A poco que le pongan un poco de ganas, el remake superará con creces el despropósito orquestado por el francés. Es que como sea peor va a ser para matarlos a todos. Una cosa sí es verdad, le va a ser difícil ponerse al nivel de Fonda enfundada en un Rabanne, pero por todo lo demás Roger Vadim puede estar tranquilo de que no rehagan su película.

Qué crack Vadim. Se hizo director para casarse con Brigitte Bardot, Jane Fonda y Catherine Deneuve.

Si eso no es ser un genio, es que no he aprendido nada de cine.