5 cosas buenas de pelis malas: ‘Vanilla Sky’ (2001)

Los más ancianos del lugar aun recuerdan cuando un joven valeroso decidió conquistar el mundo con un rollo de celuloide como única arma. Desde temprana edad, sabía que estaba destinado a ello. Sus comienzos fueron prometedores. Venció en las más disputadas lindes de su España natal y fue proclamado héroe nacional (aunque era de Chile, pero da igual porque eso me jode el cuento). Fue aclamado a diestra y siniestra… y eso que en estos temas los que están a la diestra suelen ser los más siniestros. Hasta el terrorífico coro del «Yo nunca veo cine español, que son unos perroflautas que viven de mis impuestos» besaban cada paso que dio.

Envalentonado, y sabiéndose grande entre los grandes, ya estaba preparado para aquello para lo que había nacido: Escribir su nombre en la historia. El mundo entero sería su alfombra roja. Y no se equivocaba: A las primeras de cambio ganó el óscar y todos estábamos seguros de que solo era el inicio.

Pero no.

Las tres malvadas brujas (llamadas Mal perder, Me he pasado de frenada y, la peor de todas, Vagancia extrema) echaron sobre él un terrorífico hechizo y a partir de entonces sólo sería capaz de dirigir Regresión.

The end.

Aquí acaba la historia de aquella joven promesa que dio tantísimo al cine español e internacional y del que ya no vamos a esperar nada. Y, lo que es peor aún, él ya tampoco espera nada de sí mismo.

Reivindicando a Alejandro Amenábar (aunque parezca mentira)

Pero en 2001, Alejandro Amenábar aún lo era todo. Tanto, que el matrimonio Cruise-Kidman se rindieron a sus pies, pagándole Los otros para lucimiento de ella, y los derechos de Abre los ojos para lucimiento de él. A las órdenes de esta nueva versión se colocó Cameron Crowe, director sin mucha personalidad pero capaz de llevar a buen puerto el proyecto que tenga entre manos. Excepto Vanilla Sky. Pero aún así, se han cebado con ella más de lo que merece.

Cinco razones que hacen de Vanilla Sky mejor película de lo que dicen:

1. Porque el reparto es mejor que el de la original:

No sé a quién le escuché que «basado en hechos reales» significa realmente que algo parecido le pasó a otra gente mucho más fea. Será una maldad, pero razón no le faltaba. De los remakes se puede decir algo similar. Un remake es una película hecha en Hollywood con un reparto más guapo. No hay otra definición. Aquí esa regla se cumple uno a uno, excepto con Penélope Cruz, que para qué buscar a alguien más guapa con lo mona que va esta chica siempre.

Eduardo Noriega, que sé que me estás leyendo. No, Cruise no es más guapo que tú, pero era el que pagaba y poco se puede hacer contra eso. Anda, no te lo tomes a mal.

Vanilla Sky 01

2. No siempre le apetece a uno ser inteligente:

Que sí, que la original era más sutil, más sugerente y te dejaba dándole vueltas al coco hasta que llegabas a casa y llamabas al cuñado de turno para que te explicara el final. Que sí, que parece que en Estados Unidos las películas las hacen para que no pensemos, porque todo el mundo sabe que los americanos son tontos y hay que dárselo todo mascadito. Eso es así, y no puede ser de otra forma, aunque contemos que las universidades de allí están entre las mejores del mundo, y las españolas pues eso… O cuántos Premios Nobel han tenido a ese lado de Atlántico y cuántos nosotros. O que Estados Unidos es al cine lo que Florencia al Renacimiento y cuántas películas españolas han hecho historia… y mejor no seguimos.

Pero vamos a ser justos y sinceros. Todo tiene su momento y no siempre le apetece a uno los retos intelectuales. Hay veces que uno va a al cine a dejarse llevar y a que sufran otros por ti. Y es tan válido como las películas sesudas que vienen con manual de instrucciones. ¿Que te apetece una propuesta más compleja? Pues ahí está Abre los ojos (que tampoco es que sea La crítica a la razón pura de Kant, vamos. Que sigue siendo cine de evasión, no nos pongamos estupendos). ¿Que te apetece simplemente pasar un buen rato, que no te coman la cabeza y a otra cosa, mariposa? Pues tenemos Vanilla Sky. Y tan válida es una opción como la otra, depende de lo que te pida el cuerpo.

3. Por Cameron Díaz:

No sólo está más buena que Najwa Nimri (véase punto 1) sino que construye un personaje muchísimo más complejo y atractivo que el de la española.

En la original, ella está loca y se la ve venir desde lejos. No tiene sentido acostarte con una mujer que está menos buena que tu novia y tiene la voz de psicópata dominatrix. Si es que Noriega se lo buscó. Pero en la versión de Cameron Crowe, Julie Gianni está desequilibrada, pero no lo sabemos desde el principio. Es fácil caer en sus redes por su carisma y físico. Eso es lo que le falta a la Nuria de Amenábar. Carisma y tridimensionalidad. No basta con estar loca, hace falta que el espectador se ponga en la piel del protagonista y comparta que él también hubiera hecho lo mismo.

Es como los machos de mantis religiosa. Le arrancan la cabeza después del polvo pero que le quiten lo bailao. Aquí es lo mismo, Cameron Díaz crea un personaje profundo, complejo, sugerente y creíble. Hoy en día (díaz), no nos acordamos, pero en 2001 Cameron estaba en el cénit de su carrera como actriz, dándonos aquí su mejor interpretación junto con las de Cómo ser John Malkovich, Gangs of New York y Algo pasa con Mary.

Grande Díaz, que es lo mejor con diferencia de la película. Y es una pena que su carrera como intérprete se estancara ahí porque podría haber sido una referencia como actriz.

Vanila sky 02

PD: ¿No es curioso que sea más fácil de pronunciar el nombre de la actriz americana que el de la española?

4. Porque con ella empezó la historia de amor entre Pe y Tom:

Dos grandes actores unidos por una película. Y qué buenos actores son los dos. Ambos con sus tres nominaciones al Óscar y encima Cruz materializando una de ellas. Qué buenos son haciéndonos creer que es verdad lo que hay detrás de la pantalla. Qué intérpretes tan certeros para tan gran obra de ficción. Y en este blog estamos siempre a favor de las historias de amor.

Y de las grandes historias de ficción.

Vanila sky 03

5. Porque puso a España en el mapa:

Es como el idioma, tenemos la segunda lengua más hablada del planeta, pero hasta que EEUU no se ha convertido prácticamente en bilingüe, el español no pintaba nada a nivel internacional. Mira que tenemos tesoros, pero nos falta el más importante: El márketing. Fíjate si nos es ajeno el concepto que hasta hemos tenido que importar el término.

Lamentable.

Que Hollywood realizara un remake español tras tantos franceses e italianos es importante para España. Colocaba a nuestro país y nuestra filmografía en primera línea, lo que nosotros no hemos sido capaces de hacer, ha tenido que hacerlo el tío Tom. Por desgracia, no fue el pistoletazo de salida porque ahí se quedó la cosa. Y tenemos películas para remakear como pocos: El día de la Bestia, Mujeres al borde de un ataque de nervios o El amor perjudica seriamente la salud estuvieron en los despachos de diferentes productoras norteamericanas, pero si algo se nos da realmente bien es el cine policiaco. Desde Celda 211 hasta No habrá paz para los malvados, cualquiera de nuestras cintas de polis y ladrones darían para una gran película americana. Porque parece que no, pero es importante. Si Estados Unidos te pone en el punto de mira, el resto del mundo lo hace.