Tras el estreno del último episodio de WestWorld, la última superproducción de HBO, toca analizar y desgranar los elementos que han caracterizado a esta 1ª Temporada. Agarraos, porque no son pocos.
El 2 de octubre, HBO daba pistoletazo de salida a su nueva niña mimada titulada Westworld. Bajo el título de La nueva Juego de Tronos o La nueva Perdidos, los innumerables fans del canal de pago se relamían los labios pensando en qué les depararían las más de 10 horas que constaba esta Primera Temporada que acaba de finalizar. Ahora, con la temporada finalizada y todos los foros de Internet saltando por los aires -nunca mejor dicho- con su sorprendente final, toca analizar fríamente y con mucho detalle lo ofrecido, pues puede que no todo sea el oro que reluce.
La historia transcurre en un parque de atracciones ambientado en el lejano Oeste, donde una serie de robots antropomorfos -anfitriones- conviven con humanos -huéspedes- que podrán dar rienda suelta a sus instintos primarios y vivir experiencias que no podrían vivir en el mundo real. Los anfitriones ofrecen a los huéspedes búsquedas de tesoro, recompensas por captura, duelos a muerte, sexo y aventuras extremas con la particularidad de que no podrán matar a los visitantes. Lo que pasa en Westworld, se queda en Westworld. Atados a un bucle narrativo constante, los anfitriones tendrán que rendir servicio a los humanos que vayan llegando constantemente (tal y como están programados). Sin embargo, algunos robots son diferentes al resto y comenzarán a tomar conciencia y recordar cosas del pasado, pudiendo tomar decisiones con libertad.
¿Es Westworld una historia coral? Si nos atenemos a la propia definición del término: ‘Una historial coral es aquella donde se cuenta la historia de varios personajes a la vez. Se narran hechos que se cruzan paralelamente y se cruzan en varios puntos‘ SÍ, Westworld es una historia coral. Si nos atenemos al desarrollo de los hechos, NO, no lo es. Por ello, conviene desgranar el argumento en 3 bloques narrativos: La Trama de Dolores y William, la Trama de Maeve y la Trama Principal. Todas están interconectadas y cada una influye en las demás.
TRAMA DE DOLORES Y WILLIAM
Siendo la que más minutos atañe y la que más personajes engloba, esta trama tiene comienzo con los encuentros entre Dolores y Bernard -o Arnold-, la ensoñación y la búsqueda del laberinto por parte de El hombre de Negro. A pesar de mantenernos enganchados desde los primeros minutos, los errores y trampas en la narración empañan el resultado de la misma y la convierten en algo difícil de seguir en más de una ocasión.
Por un lado, se divide en una confusa bifurcación entre presente y pasado (mediante referencias), y por otro su resolución esconde una gran trampa en la narración que considero imperdonable. Cuando El Hombre de Negro (recién descubierto como William) le cuenta toda la verdad a Dolores, la narración nos intenta demostrar que el ‘pasado’ de la serie no es más que los recuerdos de la robot y que es lo que realmente hemos presenciado como espectadores. Esto, de cara al desarrollo de los acontecimientos y la lógica narrativa, es completamente erróneo ya que algunas escenas no tendrían sentido si fueran recuerdos. A pesar de eso, se consigue entender y supone una conexión directa con la Trama Principal cuando se destapa el meollo del asunto (además de por encontrar el centro del laberinto, por revelar quién es el jefe de Delos, los inversores del Parque Temático)
TRAMA DE MAEVE
Con un desarrollo mucho más lógico y menos denso, esta trama hace especial incidencia en los recuerdos de los robots y de cómo influyen en su personalidad y transformación. Ojo, no digo que la anterior trama descrita no cuente con esto, sino que aquí es más pronunciado.
Maeve re revelará contra el bucle impuesto en el parque temático y desafiará a sus propios creadores, intentando escapar del recinto y huir de la vida llevada. Se tocan muchos palos e incluso se entrevee una crítica a los humanos jugando a ser Dios y su naturaleza cruel y despiadada.
También tiene incidencia en la Trama Principal -pues destapa gran parte de los secretos del parque- y contiene un sorprendente giro de guion en sus instantes finales, uniéndola con la Trama de Dolores. Estos dos bloques narrativos los podríamos denominar como: BÚSQUEDA DE LA CONSCIENCIA.
TRAMA PRINCIPAL
La gran tapada durante el transcurso de la serie y la que se entremezcla con las anteriores descritas. Robert Ford, Arnold y Bernard parten como protagonistas de este bloque que esconde todos los secretos de Westworld y marca el devenir de los acontecimientos que presenciamos -esto no se revela de manera explícita, sino que se deja entreveer cuando Maeve descubre que todas sus acciones estaban predefinidas-. La serie se enmarca dentro del final de la primera narrativa de esta trama y el comienzo de la segunda, cuando los robots son liberados y se revelan contra los humanos.
Como lector de Isaac Asimov, encuentro semejanzas entre su Saga de los Robots y esta trama, concretamente en el aspecto psicológico de los robots y en el debate ético de si es correcto hacerle a un robot lo que no le harías a un humano. No me extenderé en este punto, pero considero que es interesante mencionarlo.
En definitiva: la Trama Principal, con Anthony Hopkins como protagonista, lleva de la mano a las 2 grandes tramas secundarias (La de Dolores y William y la de Maeve) y consigue buscar en ellas la propia consciencia y rebelión de los robots. ¿El motivo? es difícil de discernir y con la muerte de Ford no sé si tendrá respuesta, pero lo que está claro es que era la gran búsqueda del personaje -y lo dice entre líneas en aquellas conversaciones en las que habla del galgo que atrapa a la presa y lo bello que fue para él-. Mientras que el disparo de Dolores a Arnold marcó el principio del primer capítulo de esta Trama -que también haría referencia con la propia historia del parque-, el disparo hacia Ford marcó el comienzo del segundo, en el que los humanos ya no tienen el poder sobre los robots, que demuestran su superioridad. De algún modo, juntando todas las tramas, la serie se responde a sí misma al debate que propone sobre la inteligencia artificial y qué nos hace diferentes a los anfitriones.
Comentadas las tramas, toca hablar de los personajes. Con un reparto encabezado por Anthony Hopkins -probablemente bajo su último gran papel-, Ed Harris y Evan Rachel Wood, pintaba improbable un fracaso en este aspecto. Y obviamente no lo ha sido. Las actuaciones rozan un nivel excelente en todos los apartados (tanto la propia intepretación como la psicología de los personajes), mencionando notablemente también a James Marsden como Teddy, Thandie Newton como Maeve o Jeffrey Wright como Bernard y Alnord. Seguramente caigan un par de Emmys (y con razón).
Y no me puedo olvidar de la música. Qué MÚSICA. Ramin Djawadi consigue sumergirnos con sus melodías en esa mezcla entre futuro y pasado, haciendo hincapié en sus crescendos finales que aderezaban a la perfección los cliffhangers que nos dejaba cada episodio. Por no hablar de las apariciones en forma de adaptaciones a piano de Rolling Stones, The Animals -con su legendaria The House of the Rising Sun- o Radiohead, que al igual que en Black Mirror volvió a contar con su emotiva Exit Music (for al film).
En definitiva, Westworld ha sido bastante más que una nueva Juego de Tronos, superándola en bastantes apartados (todo esto, bajo mi humilde punto de vista). Su profunda trama acompañada de reflexiones filosóficas y obsesiva atención por los detalles la ha hecho contar con un guion muy rico pero que peca de tramposo en alguno de sus momentos. No obstante, el resultado final es excelente y auguro un buen futuro para su Segunda Temporada ambientada en el Mundo Samurái o, quién sabe, de nuevo en Westworld. Jonathan Nolan, no nos falles.