Se habla de ella desde principios de siglo como proyecto para James Cameron y tras años de desarrollo, y con Robert Rodriguez asumiendo las tareas de dirección debido a los compromisos azules del creador de Terminator, Alita: ángel de combate asoma ya como una realidad. Y hemos podido ver parte de la película.
Casi una década atrás se organizó una treta comercial interesante para promocionar Avatar y que recordaba, de lejos, esos pases con público que hicieron de la penetración social de films como Tiburón (Steven Spielberg, 1975) o Regreso al Futuro (Robert Zemeckis, 1985) un mito nacido en un centro comercial o en un cine concreto. Aquellos pases de Avatar, de apenas media hora, servían para que -tras años de proyecto- supiéramos lo que nos esperaba.
Rozando ya el año 2019, el mismo James Cameron, co-productor y co-guionista de Alita, así como su director, Robert Rodriguez, de la mano de Fox España, repiten táctica presentando 30 minutos del film, en exclusiva, y desde Cinéfilos Frustrados queremos soltar nuestras impresiones.
Podríamos empezar soltando hacia donde apunta la historia que presenta Alita, sus personajes o el tono empleado, pero vayamos al grano: esos ojos. Porque en toda la pre-producción del film de lo que más se ha hablado es de la veracidad de esos ojos inusualmente grandes de Alita. Lo decimos ya: son sensacionales.
El que suscribe estas palabras ni lo dudaba. Detrás no sólo está Weta Digital sino el supervisor que ha trabajado en los trabajos más recordados en captura de movimiento: Joe Letteri. Este ex-ILM, uno de los supervisores senior más importantes del momento, estuvo detrás de las capturas de Gollum, los Na’vi de Avatar o aquel Cesar de la renovada saga El planeta de los simios. Alita luce, simplemente, excepcional.
Luce tan bien que tras unos segundos te olvidas de todo ello (apoyado por la certeza de que su origen artificial impide que comparemos con un humano), permitiendo la necesaria empatía con el personaje, y es ahí donde interviene la interpretación de Rosa Salazar, que no sólo se marca su particular Andy Serkis, sino que con sus diálogos humaniza convenientemente al personaje.
En lo que hemos visto se intuye una nueva formulación del Viaje del héroe de Joseph Campbell así como una posible vía (esperemos que así sea) para la resonancia en la relación paterno filial de Alita con Dyson Ido (Christoph Waltz), el doctor que la acoge y repara, y el grupo de amigos que le mostrarán la distopia aplastante de un mundo que no reconoce.
No faltaron algunas escenas de acción, en forma de peleas o del Motorball, ese Quidditich del mundo de Alita, campo abierto para que los efectos visuales y el 3D luzcan en todo su esplendor aunque ahí, si se nos permite, es donde podemos perder un poco el interés: nos quedamos con los ojos de Alita. Sólo un consejo: es mejor no cabrearla. Y hasta ahí podemos leer.