Nadie podría haber imaginado en 1979 que una película sobre un parásito alienígena que asesina a un elenco de desconocidos en medio del espacio, sería reevaluada 40 años después como referente del terror y como agente modelador del progreso social que nos llevaría a los tiempos en que no se firman contratos si no hay una cláusula de paridad salarial de género. Misteriosos son los caminos del cine y ahora los recorremos para descifrar los constructos que han hecho de Alien (1979) un concepto vigente y una franquicia que hoy se respeta como a pocas dentro de las instituciones del séptimo arte.
Si apenas un par de años antes George Lucas inauguraba con Star Wars la era del blockbuster respondiendo a un segmento del público hasta entonces desatendido como lo eran los geeks y amantes de las historietas, Ridley Scott vino a ocupar un espacio hasta entonces no explotado: el horror en el espacio, aquella última frontera que William Shatner presentara con mística y seductora introducción en la también pionera Star Trek, pero que a bordo de la USCSS Nostromo se vuelve materia prima de pesadillas. Ese aterrador lugar donde el sonido no viaja y no existe el arriba y abajo, puede ser el infinito mar donde se da la iniciación para el gran salto evolutivo del ser humano, como lo visionó Kubrick, o bien un claustrofóbico desierto que en sus leyes físicas construye una prisión y en su inconmensurable extensión se vuelve una guarida de amenazas desconocidas. Aquel xenomorfo producto de la macabra mente de H. R. Giger, sigue vivo y coleando porque no deja de recordarnos lo pequeños que somos.
Sobre Alien Covenant:
Ciencia ficción o terror; slasher o drama de supervivencia; empoderamiento femenino o estrategia para un factor sorpresa… con Alien (1979) el debate no ha terminado y en este podcast no solo no lo terminaremos sino que lo haremos aun más interminable. Si estás listo acompáñanos en este viaje sin retorno.
Por Miguel Mejía