En esta séptima entrega de The young Pope, los personajes empiezan a sufrir las consecuencias de sus actos. Desde la soledad más absoluta, hasta la muerte.
Lenny está llegando a un punto en que se siente abrumado, perdido. Sus actos lo están alejando de todos, incluido de Sor Marie, su figura materna desde su niñez. Se sigue haciendo hincapié en el trauma que sufre el joven Papa por el abandono de sus padres. Ante el estado del Papa, descentrado por sus propias cuestiones internas, Sor Marie urge a Voiello para que hacer firmar al Papa documentos que retracten a la Iglesia de las decisiones tan controvertidas que está tomando el Santo Padre.
En una reunión secreta, los cardenales Voiello y Spencer deciden que el Papa tiene que abdicar, haciendo a Spencer nuevo Santo Padre.
Sor Marie tiene que tomar aún más decisiones para convencer al Papa de que tome un buen rumbo, ya que de seguir así podría afectar al futuro de la Iglesia. Pero no es la única. El suicidio del joven clérigo ha generado un fuerte impacto en la prensa. Eso, unido a los enigmáticos y amenazadores comunicados del Papa, hacen que la Iglesia Católica esté alcanzando su punto más bajo de popularidad. Mientras Sor Mary decide un plan para hacer feliz al Papa, Voiello y Spencer toman la decisión de que el Papa abdique.
Ante todo esto, Lenny sigue absorto. Encerrado en sí mismo y sus ideas teme hasta que lo envenenen. También asistimos a la rotura de la relación de Lenny y Dussollier. Este último se siente consternado por el suicidio del joven, por lo que decide volver a Honduras, viendo que Lenny no dará marcha atrás en sus planes.
Ante tantos acontecimientos, me he saltado una parte importante al inicio del episodio. Lenny recibe un regalo que le llena de ilusión. Ese no es otro que la parte de la pipa que le faltaba, el único objeto que conserva de su padre. La esperanza de volver a verlos se acrecienta, momento aprovechado por Voiello para que Lenny firme los documentos que el quiera, incluida su renuncia como Papa. Finalmente, declina hacerle firmar dicho documento.
A pesar de que el encuentro con sus padres fué mentira, ya que se trataba de unos impostores, Lenny reconoce a Sor Marie que por un instante fue feliz.
Al final parece que conoceremos a los padres de Lenny, pero este descubre que todo es un ardid, que luego descubriremos que ha sido planeado por Sor Mary, en un intento de hacer feliz al Papa y no poner en peligro a esa institución a la que ha dedicado su vida. Al menos, Lenny ha sido feliz por un instante, cosa que reconoce en su charla con Marie.
Episodio con demasiados acontecimientos, a un ritmo veloz. Desde esa atracción de Voiello sobre Sor Marie, el plan para que el Papa abdique y una charla entre Spencer y Lenny en la que este último acepta su renuncia. Spencer se ve, en su casa, dando el discurso papal, su momento parece haber llegado. Pero Sor Mary no va a permitir que Lenny abdique, por lo que le convence de que siga. A pesar de eso, incluso su confesor en el Vaticano le da la espalda. Domen decide dejar de atender al Papa, porque, según él, Pío XIII no cree en Dios.
En su vuelta a Honduras, Dussollier tendrá que enfrentarse a sus actos en su anterior etapa en el país.
Todos los actos tienen consecuencias. El oscurantismo del Papa lo esta alejando de todos, se está quedando solo. Aunque también los demás se tendrán que enfrentar a sus actos. La bisexualidad de Dussollier quedó patente en el anterior capítulo, donde se veía un encuentro sexual con dos jóvenes, hombre y mujer. En su vuelta a Honduras Dusollier se encuentra con esta mujer, que no es otra que la esposa del más peligroso narco de Honduras. Este también lo espera y lo insta a que monte en el coche. Al final, todos terminan pagando por sus actos.