The Predator es una alocada producción con sangre para los amantes del gore, pero sin alma para los fans de la franquicia.
En 1987, John Mctiernan como director junto al creador de efectos especiales Stan Wiston nos regalaron una estupenda película de acción y una de las criaturas estéticamente más potentes y terroríficas del cine. Con un argumento sencillo, actores con carisma y una gran dosis de testosterona, Mctiernan consiguió un clásico que hizo las delicias de fans de los productos de entretenimiento cinematográfico. En aquella película actuaba como secundario un joven llamado Shane Black siendo carne de cañón a la primera de cambio por el extraterrestre cazador.
Pero ese joven no llegó al éxito por esa actuación, Shane Black se armó un gran currículum gracias a su buen hacer en la escritura de guiones de cine, ganando una fortuna por el guión de El último Boyscout y con textos de otras obras magnas del cine de acción como Arma letal y El último gran héroe. También ha hecho sus pinitos como director, teniendo un éxito más comedido con títulos como Kiss Kiss Bang Bang, Iroman 3 o Dos tipos duros, hasta llegar a la película que nos concierne: The Predator.
Antes de entrar a valorar y hacer una crítica de un producto meramente de entretenimiento como este, donde al argumento y el guión es tan simple que cabe en un folio… me encuentro en la tesitura de valorar la película por sus pretensiones (teniendo en cuenta su calificación como película R y un presupuesto bajo en comparación a grandes producciones) o valorar el potencial que podría dar esta franquicia.
Aún pudiendo equivocarme voy a inclinarme hacía la segunda opción, por que se está entrando en una zona de confort en la cual aceptamos malas o mediocres películas con la excusa de «una película de un alienígena cazador no puede dar más«, seguro que el señor Cameron al leer esas opiniones frunce el ceño y recuerda una tal Aliens el regreso.
The Predator es una continuación de la saga iniciada por Mctiernan, un conjunto de películas con un tono serio cercano al terror pero con grandes dosis de acción, incluso la podríamos encasillar (aún con diferencias significativas) al género Slasher. Y aquí tenemos el primer punto discrepante, Shane nos trae un producto con grandes oleadas de humor, su humor carismático que le ha funcionado en la mayor parte de guiones y películas.
¿Era esta una saga que necesitaba un cambio o evolución?
Rotundamente si.
¿Pero era el humor canalla y picante de Black ese necesario cambio o evolución?
Rotundamente no.
Desconozco si el director nos ha traído intencionadamente una película cercana a la serie B, o si el bajo presupuesto no le ha permitido crear una película con una estructura más seria; ya que The Predator es un sin fin de despropósitos, escenas de vergüenza ajena y situaciones inverosímiles dentro de lo inverosímil que pueda ser una película de un alienígena asesino. Y si a eso le juntamos un humor desproporcionado y unos personajes insulsos sin trasfondo, tenemos otra vez que aferrarnos a un buen CGI y buenas escenas de acción para que no caiga en un desastre espantoso…Pero es que el CGI también es esperpéntico por momentos.
Sinopsis:
Una nave extraterrestre cae del cielo, volviendo a traer consigo a la especie depredadora más letal. Los cazadores alienígenas más letales del universo son más fuertes, más inteligentes y más mortales que nunca, se han mejorado con ADN de otras especies. Cuando un niño accidentalmente desencadena que quienes perseguían a la nave alienígena lleguen a la Tierra, solo un grupo heterogéneo de ex soldados y una profesora de ciencias podrán evitar el fin de la raza humana.
Impresiones
Al sentarme en la sala ya venía precavido como comenté en el programa sobre Blockbusters en el Podcast de esta web, pero al leer las primeras opiniones positivas de gente con cierto criterio se apoderó de mi cierta ilusión. Craso error.
El comienzo es trepidante, una escena de acción notable con el que será el protagonista (Boy Holbrook como Quin Mckenna) provista de varias ideas originales, amenizado todo con los acordes de la conocida melodía de la primera entrega.
Un halo de esperanza empezaba a rodearme. Pero después de dicha escena la película nos presenta a los personajes secundarios con mayor relevancia, y ahí es cuando conocemos al personaje de la profesora de ciencia (Olivia Munn como Casey Bracket) y a unos ex soldados con trastornos (Thomas Jane, Alfie Allen, entre otros), empezamos a ver el atisbo de humor y situaciones rocambolescas que va a ser una constante durante todo el metraje, el halo de esperanza se va desinflando.
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The Predator es un compendio de bromas y gags maquillado con escenas de acción gore. Para que se hagan una idea, es destacable uno de los personajes secundarios, Thomas Jane, el cual interpreta a un excombatiente con síndrome de Tourette, no puede contener las frases fuera de tono, frases burdas y soeces debido al estrés post traumático de la guerra, con ello Shane Black enmascara los chistes machistas para que el espectador empatice con el personaje y el colectivo feminista no se eche las manos a la cabeza, bajo mi punto de vista fracasa en su cometido, deja al personaje como un bufón y saca del climax de peligro por una amenaza real.
Si con los chascarrillos constantes de los personajes secundarios no fuera suficiente, esto se incrementa, toca a los principales y llega incluso al depredador. Después de una carnicería, The Predator se toma el lujo de hacer un estúpido gag, la criatura se mete dentro de un camión desmembrando a los ocupantes menos al conductor, cuando este pregunta si todos están bien, el alienígena coge un trozo de brazo de un soldado y se lo muestra al conductor con el pulgar en alto en señal de todo correcto, vaya, a parte de entender el idioma, el monstruo tiene sentido del humor.
Pero esto no acaba ahí, en el segundo tercio conocemos al Predator Supremo y con él a sus 2 «perros» alienígenas, monstruos horrendos que persiguen a los personajes pareciendo una amenaza importante, nada más lejos de la realidad. Después de deshacerse rápidamente de uno de ellos disparan en el ojo al segundo y como si de una de las técnicas de César Millán se tratase, el sabueso interestelar se hace amigo de estos siendo un Deus ex machina cuando el guión se complica. El «perrete» aparece siempre de sopetón sin saber como para solucionar el problema de forma (sin pretenderlo) cómica. Y por último y sin entrar a fondo, el momento del Predator supremo y el traductor de Google, ni Muchachada Nui oye.
¿Argumentalmente que se le puede pedir a una película de un alienígena asesino? Por lo menos que ya que proviene de unas películas anteriores y que la criatura tiene una idiosincrasia concreta, que sea fiel. Pero no, The Predator nos cambia los esquemas. Estos asesinos espaciales no son cazadores de trofeos con una máxima clara, conseguir los mejores ejemplares, ahora resulta que siempre han cazado para mejorarse genéticamente. No es un gran punto negativo, pero si que es la gota que ya acaba de desbordar un vaso que estaba demasiado lleno de problemas.
En conclusión, no es una película para fans de la primera entrega (la mejor de la franquicia), después de ver las 3 continuaciones posteriores ( The Predator sería la cuarta) todavía no han conseguido llegar a acercarse a los méritos del primer film y mucho me temo que esta será la tónica general en próximas entregas. A quienes le importe poco los inicios de esta saga, disfrute con el exagerado humor y no le importe las escenas sin sentido, un mal montaje y la sangre a chorros, disfrutarán e incluso aprobarán sin muchos problemas esta película.
Personalmente pienso que sí debemos exigir un nivel mínimo que esté próximo a la mejor o mejores películas viniendo de una franquicia, si no acabaremos dando por bueno productos mediocres, banalizando los problemas de estos y la industria seguirá dando una calidad baja.