Agents of Shield sube su apuesta con tres líneas argumentales, fantasmas, androides, realidades virtuales y un cierto desmelene que nos deja satisfechos y con ganas de más.
Me van a permitir que resuma esto con la misma celeridad de la narrativa habitual de Agents of SHIELD: su cuarta temporada es, de largo, la mejor de la serie. La mejor planteada, ejecutada y, sobre todo, la más excitante. Y todo ello sin traiciones a la esencia de la serie: esto es, acción sin pausa, problema tras problema, cero espacio para el aburrimiento y una autoconsciencia en el uso del humor que ha ido a más en esta, de momento, penúltima temporada de Agents of SHIELD. La habitual partición en dos líneas argumentales se ha visto aumentada a tres y ahí está el caramelo. Tres tramas, cada una mejor que la anterior. Veamos.
La primera, Ghost Rider, tiene a dicho personaje como elemento común de una trama que empieza casi en un in media res unos meses después de los hechos de la tercera temporada de Agents of SHIELD: la agencia ha vuelto a ser pública y legal, Phil Coulson (Clark Gregg) se mantiene en un segundo plano (degradado como agente de campo), tenemos nuevo y carismático director, Jeffrey Mace (Jason O’Mara), a Jemma Simmons (Elizabeth Henstridge) ascendida y a una Daisy Johnson (Chloe Bennet), apodada popularmente Quake, como superheorína fugitiva de todo el mundo: de SHIELD, de las autoridades, de si misma… Ghost Rider, es decir, Robbie Reyes (Gabriel Luna), une los destinos de Quake, SHIELD y unos fantasmas (sí, sí, fantasmas, Agents of SHIELD le da a todo, sin problemas) víctimas de un experimento científico. Dichos eventos nos conducen a….
Review de Agents of Shield, 3ªT (2015-2016): Quemando calorías con el espionaje
Por aquello de encontrar un lado negativo al asunto tal vez deberíamos recordar que esta apuesta por la intensidad narrativa sin fin nos priva de episodios distintos o especiales (como aquel 4,722 hours), pero en un acto de pragmatismo seriéfilo prefiero ser razonable y no pedir más de la cuenta. Aida estaría de acuerdo conmigo.