En plena travesía por el desierto localizado entre los blockbuster veraniegos y los que aparecen junto a las primeras nevadas, nos detenemos para reflexionar un poco sobre algo muy comentado en taquilla: el éxito o fracaso de un film atendiendo a su presupuesto
En el mundo de la taquilla cinematográfica las cifras son el Santo Grial con el que se mide absolutamente todo. Sin embargo no siempre leemos sobre ellas de forma aislada, es decir absolutas, sino en relación al contexto, es decir, relativas. Y el presupuesto suele ser la vara de medir más utilizada.
Lamentablemente esa tendencia suele aportar algo de injusticia a muchos films. Son las expectativas en taquilla las que marcan si un film ha sido, o no, un éxito. Unas expectativas marcadas por su teórico potencial en relación a sus precedentes, al tipo de público objetivo, al género en el que se enmarca el film etc
Normalmente cuando dichas expectativas no se cumplen es cuando el estudio (o quienes hayan financiado el film) acuden al presupuesto, tratando de salvar los muebles o, por lo menos, reduciendo al mínimo las pérdidas. Y aquí es donde, tradicionalmente, ha habido cierta confusión cuando se trata este tema.
Un film, por norma general, no recupera su presupuesto cuando la taquilla iguala el mismo. En absoluto. Hay que recordar que los cines se quedan con una parte (tradicionalmente se ha fijado en aproximadamente la mitad… Y aún más en mercados como el chino) por lo que un film no entraría en beneficios hasta obtener en taquilla el doble de la cifra presupuestada.
En los últimos años se suele citar también la cifra destinada a la campaña promocional, sin embargo, esta suele estar financiada por el estudio que distribuye el film, por lo que puede ser una inversión paralela a la del mismo, pagada -por ejemplo- a partes iguales entre un estudio y dos productoras.
Finalmente debemos recordar que dichos estudios suelen anunciar que, por lo menos, han obtenido beneficios cuando el film no ha sido, claramente, un éxito. Si ni siquiera consiguen esa meta, el siguiente paso es utilizar la cifra final (que puede ser muy alta y aún así un fracaso) para recordarnos que sigue siendo mucho dinero.
No queremos terminar esta parte del artículo sin mencionar la ínclita Solo, un ejemplo excelente: pese a sus 392 millones en taquilla no ha recuperado su presupuesto y ya sólo queda que nos recuerden que eso es mucho dinero. Perdido, eso sí. Nada, sin embargo, comparado con el poder de una saga que puede rentabilizarse usando su propia marca en licencias varias que cubran ese patinazo.
En la taquilla internacional de esta semana tenemos las salidas de Night School y SmallFoot, amasando 38.6 y 33.5 millones de dólares respectivamente, la secuela de Los Increíbles llegando a los 1210 millones y la sexta de Misión Imposible acercándose a los 800 millones. Finalmente, La Monja, en un claro ejemplo de éxito incontestable, asciende a 330 millones.
En los próximos días nos espera el estreno de Venom, lo más similar a un blockbuster desde el cierre de la etapa veraniega, despertando cierto misterio acerca de sus opciones de lograr una gran taquilla.