Betrayal es el octavo y último episodio de la primera temporada de La Materia Oscura, de HBO. La adaptación de la obra de Pullman, con una segunda temporada ya confirmada, pone el punto y seguido en un capítulo emotivo y trepidante a partes iguales.
El camino de Lyra, que parecía estar cada vez más cerca de su final, toma un nuevo giro en Betrayal, preparándonos para todo lo que podremos ver en la segunda temporada de La Materia Oscura, ya confirmada para el año que viene. El capítulo marca el cierre del primer libro de la trilogía de Phillip Pullman, que ha encontrado en el formato serie un vehículo mucho más propicio para su adaptación.
El viaje de nuestros protagonistas ha ido volviéndose cada vez más peligroso y oscuro. A pesar de que la trilogía de La Materia Oscura siempre ha estado catalogada como literatura juvenil, lo cierto es que la obra de Pullman encierra algunos momentos muy duros, que sin duda son al mismo tiempo herramienta y consecuencia de la maduración de sus personajes. Lo que comenzó como una misión de rescate ha terminado poniendo a Lyra en el ojo del huracán de una guerra que enfrenta a la ciencia con la religión, al poder con el pueblo y a la inocencia infantil con la crudeza de los adultos.
La Materia Oscura en HBO
Ninguna guerra se libra sin bajas y, sin querer caer en los spoilers, tampoco lo hará la que nos ocupa en esta serie. El capítulo tenía una difícil misión narrativa, con momentos clave de la historia tanto para Lyra como para Will, y lo cierto es que Betrayal consigue mostrarlos con bastante naturalidad, aunque quizás en el caso de Will con demasiada ligereza. Es normal, dado que el momento climático de esta primera temporada debía, a la fuerza, recaer en el arco de Lyra.
Durante toda la temporada la serie ha puesto un cuidado muy importante en los detalles y en la correcta adaptación de la obra original, aunque siempre que se traslada un producto literario a un formato audiovisual hay que hacer algún tipo de sacrificio o cambio: este ha llegado en la resolución de los arcos de Asriel y la señora Coulson, que si bien son comprensibles, han perdido bastante profundidad.
En el apartado visual HBO ha continuado la misma línea de los anteriores capítulos, siendo un ejemplo de cómo hacer las cosas con maestría y mimo. El episodio es visualmente impactante y cautivador a partes iguales, lo que es un tremendo regalo a todos los fans de la obra original, que finalmente podemos ver en pantalla aquello que tantas veces imaginamos.
Desgarrador, emotivo y trepidante, el final de esta primera temporada deja más preguntas que respuestas y un camino abierto para el devenir de los protagonistas. No negaré que la conexión que tengo con la historia hace que tenga la serie en una estima especial, pero sinceramente creo que, junto a Cristal Oscuro y Years And Years, es una de las series más interesantes y mejor realizadas de las que he visto este año.
Para aquellos que no podáis esperar para seguir inmersos en el mundo fantástico de La Materia Oscura, voy a permitirme un pequeño offtopic y recomendaros un disco conceptual titulado “Alborea (Parte I)”, inspirado también en el primer libro de esta trilogía. Y ahora ¡A esperar la segunda temporada!