Nueva entrega de nuestro manual del director nobel para no cagarla en tu debut cinematográfico. Esta vez nos vamos al mismísimo Hollywood para ver el pifiazo de la reina de la música cuando se puso detrás de las cámaras. La ambición rubia se estrelló con W. E. no por rubia, sino por ambiciosa.
Hay que reconocerle a Madonna que nadie como ella ha sabido comprar el talento ajeno a falta de talento propio. Lo lleva haciendo en música toda la vida. Ha podido pagarse los mejores productores, los mejores videoclips, los mejores directores de márketing. Como no le había ido demasiado bien su carrera como actriz, decidió que podía dirigir una película como había dirigido su música: a base de talonario.
La idea no es en absoluto mala (hemos dicho que Madonna no sabe cantar, no que no sea jodidamente inteligente) pero me temo que el cine no funciona exactamente así. El apartado técnico y artístico de W. E es apabullante. No por nada logró la nominación al Óscar por su vestuario y dirección artística. El director de fotografía venía de La vida de los otros y La reina Victoria. También se pagó al músico de Un hombre soltero y digo “se pagó” porque el dinero salió casi exclusivamente de su bolsillo.
¿Qué falló entonces? Pues dos cosas. La primera es que en la silla de director estás solo. Los jefes de equipo te pueden echar un cable, el montador puede ser a veces la Virgen de Lourdes y salvarte el culo en la medida de lo posible… pero las decisiones las tomas tú solo. Ahí no puede salvarte el talento ajeno. Madonna no tiene buena voz, pero sus canciones están bien gracias a su equipo personal. En una película tu equipo brilla cada uno en su faceta, pero el conjunto se desploma si el director no sabe “cantar”.
Segundo error: Querer hacer la segunda parte de la película que acababa de ganar el Oscar. Error garrafal de planteamiento. W. E. no es más que la continuación de la historia que contaba El discurso del Rey. Vale que Tom Hopper ha demostrado que tampoco es mejor director que Madonna (pero eso aún no se sabía), pero no vale subirte al carro porque a él le funcionó. El cine no es como la música. Si el R&B está de moda, puedes contratar al mejor productor para que te haga una canción. Serás número 1 en ventas y ganarás el Grammy. Pero en cine no es así. Puedes hacer una peli de superhéroes porque esté de moda y te dará mucho dinero. Lo que no puedes es ganar prestigio haciendo otra película como la que ganó el Oscar. Eso es un grandísimo NO.
La historia que quieras contar tiene que salirte de dentro, no de un palmarés de premios. Nadie te va a tomar en serio si haces una peli de gansters porque Scorcesse se lo esté llevando todo este año. ¿Qué el Oscar lo gana 1914? Pues no por hacer otra película de la primera guerra mundial te vas a llevar el premio tú. La inercia o la tendencia puede arrastrar a la gente al cine a verte, pero no por eso te tiene que salir bien la película.
Manual del director nobel: Lección 3
Parece que Madonna no ha renunciado a seguir siendo directora (Lo cual aplaudimos. No hay nada más maravilloso que hacer cine por más palos que te lleves)- Lo que esperamos es que se lea este artículo y aprenda un poco. O no… porque la que ha hecho una película es ella y no yo. Y la peor de las películas siempre valdrá más que la mejor de las críticas (que tampoco lo es la mía)