La Monja Guerrera se estrena en Netflix como una de esas series de nicho que tanto le gustan a la plataforma, con un componente sobrenatural y fantástico y con un target claramente para adolescentes y jóvenes adultos. Adaptada de la serie de comic “Warrior Nun Areala”, esta serie sorprenderá a más de uno.
Cuando me senté a ver La Monja Guerrera, confieso que lo hice sin demasiadas expectativas. No faltan en Netflix ejemplos de series con un formato y un target similar que acaban ofreciendo un resultado cuanto menos muy mejorable. Por suerte no es el caso de esta serie. Sí: tiene un target muy específico y descuida algunos aspectos de su desarrollo argumental en pos de mantener el ritmo alto. Pero ¡qué ritmo! Desde el primer capítulo fui incapaz de dejar de verla hasta que se acabó la temporada (diez episodios).
El equipo de Netflix lo ha hecho muy bien esta vez: el universo y su lore se presentan desde la propia trama. Los personajes evolucionan en función de lo que les sucede (aunque aquí es dónde más vemos que se ha desechado algo de desarrollo adicional para mantener la intensidad). Utiliza muy bien la luz y el sonido como elementos para acentuar la narración. Y trata temas actuales como la homosexualidad, el feminismo o la discriminación racial de forma ligera e integrada en su historia, de modo que no resulte forzado, pero si claro y conciso.
La serie transcurre en un mundo casi igual al nuestro, pero con el detalle de que ángeles, demonios, Dios y toda su parafernalia son cien por cien reales y tienen influencia y presencia en nuestro mundo y sociedad. Una secta secreta de la Iglesia, compuesta por monjas entrenadas para el combate, lucha contra los demonios con la ayuda de un artefacto místico y nuestra protagonista, Ava, se ve envuelta en todo este trajín sin comerlo ni beberlo.
Warrior Nun ya puede verse en Netflix
Debo decir que el personaje de Ava, sin ser en absoluto un personaje perfecto ni redondo (de nuevo, la serie ha dejado fuera parte del desarrollo de los personajes para favorecer el ritmo narrativo), si es carismática y resulta interesante dentro de su contexto. A esto ayuda mucho la buena interpretación de Alba Baptista, que se confirma como un talento a seguir.
La Monja Guerrera ¿Vale La Pena?
Yendo al grano, La Monja Guerrea no es la clase de serie que marcará una época. Ni tan siquiera es la clase de serie que sorprenderá por su innovación o que destacará en la temporada por su factura técnica (bastante bien cuidada, por otra parte, mucho, muchísimo mejor llevada que la infinitamente más cara y publicitada The Witcher o la fracasada V Wars). Lo que sí nos encontramos en La Monja Guerrera es una serie adictiva. Con un tono fresco y un ritmo voraz, que nos invita a seguir y seguir viendo sus capítulos.
Es esa clase de serie que, cuando termina la primera temporada, estás deseando que llegue la segunda, y la tercera, y la cuarta. Y por mucho que sepas que hay series mejores en casi todos los aspectos hay algo que te empuja a seguir viéndola. Es, en definitiva, un grandísimo entretenimiento. Y en un mundo lleno de incertidumbre y problemas como el que habitamos actualmente, eso tiene un valor impagable.