Crítica de The Witcher (2019): Hagan Juego

the witcher

Geralt de Rivia llega a Netflix; a lomos de Sardinilla, con sus espadas y dispuesto a arrasar con todo lo que se le ponga por delante. Se estrena The Witcher, ¿la sucesora de Juego de Tronos? Hagan juego.

La batalla por el trono ha llegado a su fin, y tras quedarse este vacío, sin dueño, cada casa presenta a su candidato. The Witcher es la candidata que Netflix espera se haga con la corona. La celebérrima saga creada por el autor de nombre impronunciable encuentra su tan ansiada adaptación a través del gigante del streaming. Juego de Tronos rompió el muro por el que todos deben pasar, pero como Morpheus le dijo a Neo; hay diferencia entre conocer el camino, y andar el camino.

Antes de nada, dejad que me presente; hola, soy Samuel y no he visto Juego De Tronos. No me interesan lo más mínimo sus golpes de efecto, ni sus tramas culebronescas. Una vez hechas las presentaciones, hablemos de negocios.

The Witcher nos presenta a Geralt, un personaje muy bien tratado en los libros, que comprenden mucho mejor qué funciona como plato principal y qué funciona como guarnición. Su principal valor en la obra escrita y su principal problema en la traslación al medio visual. Una mala ejecución en el uso del punto de vista hace que la serie en términos estructurales sea tremendamente errática, con demasiados vaivenes narrativos y poco precisión en el montaje, con algunos momentos brillantes en el diseño, pero nunca en la práctica, y con desequilibrios casi constantes en los que pasas del asombro a la vergüenza ajena en cuestión de pocos segundos.

La serie funciona, no me malinterpreten, pero hasta cierto punto, en ocasiones por acumulación, en otras por el simple efecto de brutalidad con el que se propone la violencia. El quid de la cuestión está en el hecho de que el andamiaje estructural en términos puramente de escritura no está mal, es esa última decisión lo que condena a la serie por momentos, sumado al hecho de que pide a gritos una realización más estimulante y menos televisiva, acaba por ser algo intrascendente. Cosas corregibles, por otro lado, en una segunda temporada.

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