Inland nos regala un oscuro y peculiar cuento de hadas influenciado por Lynch que supone el debut de Fridjoft Ryder en la dirección.

Inland llega a Filmin como parte del Atlántida Film Fest 2023, ofreciéndonos una experiencia fílmica diferente que, sin lugar a dudas, no dejara indiferente a nadie. Hay que tener en cuenta que el lenguaje y el planteamiento de la cinta no son para todos los públicos, y que casi podríamos decir que termina planteando más preguntas que respuestas.

Tras salir de una institución mental, el anónimo protagonista se embarca en un viaje de autodescubrimiento marcado por el trasfondo de la desaparición de su madre. Recorriendo un camino de alegorías y simbolismos, el joven protagonista se verá atraído hacia sus raíces rurales.

crítica de the gravity

Inland: de aquellos barros estos lodos

Inland
Filmin

Haciendo uso de flashbacks y aprovechando al máximo el lenguaje fílmico en cada plano, Fridtjof Ryder nos va dibujando un mosaico surrealista del peculiar y turbulento pasado de nuestro protagonista y de su relación con su madre, la personalidad de esta y el impacto que aquellos años, sumados a su desaparición actual, han tenido y tienen en la personalidad del personaje.

El joven vive cautivado por el recuerdo de su madre, algo que comparte en buena medida con quien podemos intuir que es su padre, o al menos una especie de padre adoptivo (magistralmente interpretado por Mark Rydance, una actuación sobresaliente que se adueña de la película), y expareja de su madre. Un hombre ya entrado en los sesenta, que recuerda con nostalgia su vida con la madre del chico y le cuenta historias del pasado, rematándolas con la óptica de la experiencia y el tiempo pasado, tratando de aliviar la mente del chico y, quizás, darle alguna lección. Pero aquello parece, en su mayor parte, caer en saco roto: el pasado con su madre y su conexión con el bosque que rodea su pueblo natal parecen haber dejado una marca indeleble. De aquellos barros estos lodos, como se suele decir.

crítica de dalva

El búho, la puta y el bosque

Inland
Filmin

Inland, como decíamos, presenta una influencia muy evidente de David Lynch, que recibe un claro homenaje cuando nuestro protagonista (interpretado por Rory Alexander), es introducido al burdel local por un compañero de trabajo. Rápidamente reconocemos en esta escena una similitud palpable con la archiconocida habitación roja de Twin Peaks. Allí, la película se deleita en los simbolismos, bastante evidentes pero no por ello menos potentes y efectivos, sobre la imagen que el joven tiene de las mujeres: primero estatuas clásicas, objetos inertes con un aire casi idólatra, y cuando finalmente pone rostro y realidad a una de ellas, la ve como un reflejo, o una encarnación, de su madre.

Su obsesión con esta mujer aumenta al mismo ritmo que su mente se va distanciando de la realidad mundana, rememorando más y más su pasado con su madre, sus historias (narradas fantásticamente por Kathryn Hunter) y el bosque en el que ella se refugiaba y por el que él la perseguía. Y en el pico de su obsesión y disociación mental, cobra significado un detalle que parecía ciertamente irrelevante al comienzo de la cinta: en su trayecto en coche regresando de la institución mental en la que estuvo recluido a su pueblo de origen, un búho choca contra su coche y muere.

 

El accidente parece conmocionar bastante al joven, pero no tiene mayor relevancia hasta que, completamente enajenado, le vemos allanar la casa de la prostituta en la que él ve a su madre y, observándola desde los pies de la cama, se inclina sobre ella, pareciendo verla por primera vez en realidad, para recoger el cadáver de un búho de la cama, que esta vez observa con emoción y nostalgia.

Lo siguiente que vemos es al joven aparcando su coche en un mirador a la entrada del bosque, desnudándose y adentrándose en la frondosidad.

especial atlàntida film fest 2023

En Resumen

Inland nos plantea una perspectiva interesante sobre encontrase a sí mismo, dibujando una interesante alegoría que debemos descifrar como si de un puzzle se tratara.